Lo cierto es que es muy complicado catalogar el estilo de Alaska, pero una vez repasemos su historia esto pasará de difícil a imposible. Ya sea como icono de la movida madrileña o como mujer de Mario, lo único que sí podemos afirmar es que se ha ganado el derecho de hacer lo que le da la gana. Ella es así y así seguirá, nunca cambiará, por muchos halagos o críticas que reciba. Olvido Gara Jova nació y vivió sus primero diez años en Ciudad de México. Una vez asentada en Madrid, comenzó a descubrir a sus primeros ídolos musicales, entre los que se encontraban Lou Reed o David Bowie. Es también en estos primeros años como ciudadana española cuando decide estudiar un curso de estética junto a su madre. A partir de este momento la imagen se convierte en uno de sus sellos de identidad. Su siguiente paso, donde se hace llamar por primera vez Alaska, es en la revista Bazofia, al mismo tiempo que empieza su andadura musical. En 1977, con 14 años, forma el grupo punk Kaka de Luxe y aunque esta primera aventura durará poco, Alaska graba el primer EP con cuatro canciones. Su siguiente formación, Alaska y los Pegamoides, cuenta con bastante popularidad desde sus inicios, sin embargo las tensiones acaban por disolver al conjunto tras varios éxitos ochenteros. No nos olvidamos tampoco que es en estos años cuando la artista hace su debut en el cine, con nada más y nada menos que Pedro Almodóvar. Alaska se convierte en Bom que junto con Pepi y Luci protagonizan la primera película comercial del director, con escenas que como mínimo nos dejan como a Luci: con la boca abierta. Pero la trayecctoria de la cantante no había hecho más que empezar, aún le quedaban muchos éxitos por cosechar con Alaska y Dinarama, como Bruja Avería o en Fangoria. Ha quedado claro que las transformaciones de Olvido podrían llenar libros enteros, pero lo que siempre ha conservado es un estilo de vida despreocupado y una personalidad desbordante. Nosotros tampoco queremos más dramas en la vida, solo comedias entretenidas. Berta Gómez Santo Tomás