Si hasta el momento ha sido Michelle Obama la que ha acaparado la atención de los medios en cuanto a moda se refiere, parece que su hija Malia está tomando el relevo generacional. Con 16 años sus estilismos ya rellenan páginas de revistas que destacan su aspecto juvenil (al fin y al cabo es una adolescente) con un leve toque de la elegancia que caracteriza los atuendos de su madre. Hace poco protagonizó una polémica debido a un selfie subido a Instagram sin autorización de la Casa Blanca. En la imagen puede verse a Malia con una camiseta del grupo de rap Pro-Era. Aunque según declaraciones de ‘una fuente’ la foto tenía fines promocionales, al gobierno estadounidense no le hizo ninguna gracia teniendo en cuenta, además, que un miembro del grupo había sido arrestado en Australia debido a un altercado violento. Quizás a Malia le cayó una buena reprimenda por parte de Michelle y Barack. Aún así, la Casa Blanca está investigando cómo llegó la foto a las Redes Sociales. Polémicas aparte, los estadounidenses (y casi todo el mundo occidental) ha visto como la niña se ha ido convirtiendo en adolescente y cómo sus vestidos y trencitas se han transformado en outfits compuestos por prendas de marcas conocidas y una melena alisada. Por ejemplo, en una visita a China en 2014 lució un vestido de TopShop (que al minuto desapareció del stock de la tienda online). Asimismo también se la ha visto con prendas de marcas como Zara, J.Crew o Asos. Su aspecto fresco y sus estilismos de marcas de gran distribución (fácilmente copiables por las jóvenes) han hecho que su popularidad crezca como la espuma, pese a los esfuerzos de sus padres por mantener su intimidad. Al contrario que otras hijas de anteriores presidentes como Chelsea Clinton, mucho más discreta, Malia tiene ganas de divertirse y lo demuestra cada vez que puede. Carmen López