En el mundo beauty hay principios activos sorprendentes, texturas extrañas e incluso productos raros. Pero más allá de ahí encontramos todos esos instrumentos de belleza. Artilugios que, a primera vista, parecen poco amistosos y escasamente de ayuda.
Hablamos de esas herramientas que cada vez que salen a la vista de algún conocido generan miradas de desaprobación, estupor o incluso pena. Seguidas de un comentario reprobatorio o dubitativo:
"¿Realmente necesitas eso?".
Huda conoce los secretos para unas pestañas desorbitantes, aunque en su caso también utilice postizos
La siguiente cuestión es si duele o molesta. Para, una vez retirado y viendo el resultado, convertirse a la nueva religión de estos instrumentos de belleza.
En temas de esos instrumentos de belleza eficaces pero que despiertan pavor los japoneses y coreanos están a la cabeza, pero con esta serie de temas dedicados a ellos prometemos desvelarte algún que otro que puede enamorarte y pasar a formar parte de tu rutina diaria. Adéntrate con nosotras en la cámara de torturas de la belleza y prometemos que saldrás intacta y con alguna idea para probar en casa.
@ Shu Uemura
Empezamos suave, con el rizador de pestañas, para unos pasado totalmente de moda, para otros un clásico básico que no pasa de moda. En lo que todos coinciden es que hasta que no se prueba no se tiene fe en él. A no ser que la naturaleza te haya provisto de unas fenomenales pestañas de avestruz: tupidas, rizadas y perfectas en su estado natural, te podrás beneficiar enormemente del uso del rizador.
Su estética y diseño se ha mantenido fiel a sus orígenes. Ya que fue creado en la década de los años 30 en EEUU. Un simple vistazo nos permite asegurar que efectivamente tiene ese sabor vintage que tanto nos gusta... Como elemento decorativo para el tocador.
Pero además de ser atractivo, su aplicación permite curvar las pestañas de forma natural, siempre y cuando sea utilizado debidamente.
Algunas usuarias maximizan su efecto calentando la protección de goma entre las presillas, pero nuestro consejo es empezar desde lo más elemental para no dañar más de lo necesario el pelo de las pestañas.
Otras optan por usarlo como paso final tras aplicar la máscara, pero además de quedar un rizo más artificial por partir de una superficie maquillada es más probable que el pelo se rompa con el incremento de presión y fricción
El maquillador Garret Gervais aplica el rizador a una modelo
Entonces, ¿cómo habría que usarlo? Mediante el aprovechamiento de su acción mecánica. Es decir, colocando el aparato en la misma raíz de las pestañas limpias, atrapando entre las dos bandas la zona teniendo cuidado con el párpado y esperando 10-15 segundos. Una vez liberadas las pestañas éstas quedan rizadas, ampliando la mirada.
Tras este paso puedes repetir el proceso en la parte media de la pestaña y en la punta, si te gusta un resultado de pestañas de muñeca, disparadas perpendicularmente. Si no, con una sola aplicación seguida de un par de capas de máscara es más que suficiente.
El osito de Shu Uemura se sienta confiado sobre su reconocido rizador
Alíate con los mejores
Si te hemos convencido sobre el uso de uno de los instrumentos de belleza más audaces, apuesta por las marcas expertas en la materia.
Hazte con una rizador de pestañas de
Shu Uemura, Kevyn Aucoin o
Shiseido y verás como en poco tiempo te sentirás cómoda con él siendo imposible prescindir de su efecto.
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Si no tienes acceso a éstas, el detalle en el que te deberás fijar para saber que no dañará las pestañas es: el material que recubre las dos presillas. Debe ser de goma flexible redondeada. De forma que al encerrar las pestañas no las parta ni agreda.
Berta Almagro - @bertalmagro
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