El primer contacto que mantuve con el
vintage fue durante una época en la que me dio por coleccionar faldas antiguas de
Prada. Nunca he sabido explicar del todo bien por qué comencé aquella acumulación tan inútil, pero de repente, me vi inmerso en la intensa y fetichista búsqueda de estas prendas. Cada colección de
Prada tiene un par de prints que la representan, por lo que me fascinaba poseer la historia de la marca a través de sus icónicos estampados con acuarelas de paisajes italianos, pintalabios, mosaicos griegos y loros de patchwork.
El
vintage no es un estilo, aunque así lo quieran ver algunos. Nada tienen que ver un vestido con silueta new look de los años 50, con uno cortado al biés de los 30, por lo que hay quien viste vintage maravillosamente, y quien parece una mala versión de un personaje de época. Hay una página web que me chifla:
www.virvin.com. En ella, su propietaria,
Virginia, vende auténticas preciosidades a precios de ganga. Lo interesante del asunto no es el concepto vintage, que no es en sí novedoso, sino la selección de prendas que lleva a cabo, lo cual es el verdadero interés que debería suscitar este fenómeno (a no ser que seas sociólogo). En esta web no sólo aparece la foto de cada prenda silueteada, sino que
Virginia se fotografía con cada una de ellas para ver su efecto y silueta real.
The Lope es mi último gran descubrimiento culinario. Esta pequeña
taverna (brasserie o bistró, si uno se quiere hacer el parisién) está situada al lado del
Parque del Retiro, de Madrid, y su ambiente acogedor se corresponde con la extraordinaria calidad de la materia prima que emplean. Su carta es cero pretenciosa y no demasiado extensa, lo que siempre acredita la frescura de los productos. Recomiendo el pulpo con espuma de patata ¡y reservar!
www.thelope.es
Desafortunadamente para mí, no puedo hacer alarde de mi cultura musical; no conozco el nombre de los mejores autores de punk escandinavo ni sabría enumerar diez artistas de electroclush. Sin embargo, cuando quiero ponerme al día de las tendencias o disfrutar de un rato de música independiente, recurro a una página fundamental en la vida:
lmm.lemoncat.org. Lemoncat es quien me asesoró con la música de mi último desfile, protagonizada por el remix que hizo
Fuck Buttons del tema
If I had a heart, de Fever Ray. Él es mi melómano favorito y mi gurú musical bien aimé. Mueve el esqueleto, gato!
Por Jorge Acuña
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