Desde Vanidad ya nos hemos adentrado en este universo fílmico, desvelando todos los secretos de vestuario que inspiran la historia, pero la moda no es la única protagonista de la narrativa. Cada escena parece una pincelada cargada de emociones y simbolismo, y sí, hablamos de pinceladas porque hoy venimos a analizar la ingeniosa mezcla de influencias artísticas que envuelven el escenario y sus personajes.  

Egon Schiele, Francis Bacon, Albert Robida y Albert Guillaume son los culpables de que «Poor Things» sea una obra de arte en sí misma, y es que cada uno de los artistas son la gran inspiración detrás de los visuales y reflexiones de la película. En este artículo exploramos la singularidad e impacto de estos maestros en una obra tan actual, donde la intersección entre el arte y el cine revela la profunda influencia que la pintura ha tenido en la creación de un mundo visual que, desde su estreno en cartelera, ya ha trascendido los límites de la pantalla. ¡Hablemos de arte! 

Los artistas responsables de que POOR THINGS sea una obra de arte en sí misma

Egon Schiele

Egon Schiele es uno de los más famosos pintores austríacos de todos los tiempos y sus obras, crudas y emotivas a partes iguales, han dejado una huella imborrable en el mundo del arte. Nacido en 1890, se convirtió en una importante figura durante la Primera Guerra Mundial y el declive del Imperio austrohúngaro, ilustrando la agitación política y cultural desde una perspectiva dura y sin complejos, de las emociones humanas en momentos de inestabilidad como los nombrados.  

Egon Schiele: Retrato de Gerti Schiele, 1909 

 

Su arte se caracteriza por los colores vivos, las figuras expresivas y contorsionadas y por los incontables retratos y autorretratos de mirada inquebrantable y formas extravagantes que suelen causar una sensación de agitación en todo aquel que admira sus cuadros.

El impacto visual es enorme y su influencia se extiende más allá del lienzo; es precisamente el uso de colores y las formas exageradas de los decorados, el telón de fondo de la atmósfera surrealista y cargada de emociones del film. Un arte tan tierno y vengativo como la película protagonista de este artículo.

Egon Schiele: Autorretrato con planta de linterna china, 1912

 

Egon Schiele: La muerte y la doncella, 1914

 

Egon Schiele: Mujer sentada con la pierna doblada, 1917

  

Francis Bacon

Continuando con el impacto de indagar en las emociones más crudas de la sociedad, encontramos a Francis Bacon. Nacido en Dublín en 1909, su pintura de posguerra es una de las más significativas del siglo XX debido a su capacidad de infundir una angustia existencial como testimonio de la psique humana. Y es que el título por el que se le conoce, «el pintor más oscuro del alma humana», no puede ser más acertado. O le amas, o le odias. No hay término medio.

Francis Bacon: Tres estudios para una Crucifixión, 1962

  

La repercusión de Bacon en el mundo del arte se debe a la facilidad de este para representar sin adornos la condición humana y la cruda intensidad de su visión. Esta sensación de inquietud que caracteriza todos sus cuadros, ofrece un reflejo distorsionado de lo que sucede alrededor de la persona.

La reflexión que de la misma forma encontramos en la comedia poco ortodoxa que podemos poner como título a «Poor Things», sumerge al espectador en un mundo que no tiene otro fin que provocar la introspección y reflexión sobre lo que significa realmente conocerse a uno mismo. ¿Qué podemos decir? Un visionario de la investigación personal en toda regla.

Francis Bacon: Estudio para corrida de toros No. 1, 1969

 

Francis Bacon: Retrato de George Dyer en un espejo, 1968

 

Francis Bacon: Tres estudios de Lucian Freud, 1969

 

Albert Robida

Nacido el 14 de mayo de 1848 en Compiegne, Francia, es considerado uno de los pioneros y el padre fundador por excelencia del arte de la ciencia ficción. Su trabajo visionario ha inspirado a toda una generación posterior de creativos que se han dedicado a imaginar, casi desde un punto de vista profético, como sería la sociedad mecanizada de los siglos XX y XXI.

Entrelazando en sus obras la innovación tecnológica, con comentarios y crítica social, ofrece siempre una interesante reflexión sobre la relación entre ambas. 

Albert Robida: El Fut le dijo a Pantagruel que estaba reconstruyendo a las viejas, 1902

  

A pesar de su miopía, la pasión de Robida por el dibujo empezó a una temprana edad y decidió cultivar esta técnica mediante trabajos como ilustrador y caricaturista para revistas populares parisinas, donde se consolidó como importante figura del panorama artístico de la época y donde sus primeros contactos como cronista de acontecimientos históricos, serían la base esencial para su carrera en la ciencia ficción.

«Poor Things» se basa en gran parte en los dibujos y caricaturas del inicio de la trayectoria de Robida y en la disparatada ficción de la segunda, explorando a la perfección una crítica sobre el entendimiento y evolución del papel de la mujer y «su sensualidad». 

Albert Robida: La gran epidemia de la pornografía, 1892 

 

Albert Robida: Las conclusiones del agente judicial Lebarbu, 1881

 

Albert Robida: Reconciliación con Tulipia, 1881

 

Albert Guillaume

Uno de los grandes nombres del panorama artístico de la Belle Époque, Albert Guillaume, fue una amplia figura que cultivó desde pinturas al óleo, hasta dibujos satíricos. El multifacético artista, nacido en 1873 en París, destaca por su meticulosa observación de los cambios culturales de la época y la política dentro de la sociedad parisina, dando lugar a un distintivo estilo artístico caracterizado por comentarios satíricos y esperadas apariciones en las más destacadas revistas de humor del momento.

 

Albert Guillaume: Café de París, sin fecha

 

Su mezcla de realismo y debilidad por capturar las complejidades de la sociedad francesa, reflejan la relevancia de la exploración de la dinámica cultural y social de una época, que al igual que Bella Baxter hace en «Poor Things», nos deja una imagen tanto sexual como feminista de la sociedad a través de un lenguaje divertido, desprejuiciado y sin pretensiones. Guillaume es descrito en numerosas ocasiones como «inteligente a la par que obscenamente divertido». ¿Os recuerda a alguien?

Albert Guillaume: Levantando su enagua, sin fecha

 

Albert Guillaume: Una sesión de masaje, sin fecha

 

Albert Guillaume: Sueños anhelados, sin fecha

 

Lanthimos, uno de los cineastas más interesantes y poco convencionales del panorama actual, parece construir un cuadro en cada plano, y es que cada escena, cuidada al mínimo detalle, da lugar a una estética extravagante que nos recuerda una y otra vez a los geniales Schiele, Bacon, Robida y Guillaume.

En Vanidad todos hemos visto ya «Poor Things», pero la verdad, no podemos esperar más para verla de nuevo y descubrir en cada trazo un trocito de la inspiración de estos grandes artistas. ¿Vosotros también creéis que la obra se ha convertido ya en un clásico inmediato?

  

Ana González: @anaaaaglez

Imágenes: Cortesía de los artistas

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