Moda, glamour, sexo, fama y estatus. Halston construyó un emporio mundial redefiniendo la moda estadounidense –el Nueva York de los años 70 y 80– y revolucionando la noche. Pero a pesar de haber hecho historia y de su innegable influencia (aún latente en nuestros días), su nombre apenas es conocido. Hasta ahora. Netflix ha llegado con una nueva miniserie de Ryan Murphy para cambiarlo.

En tan solo cinco capítulos (avisamos que se hacen cortos), el productor de éxitos como American Crime Story: el asesinato de Gianni Versace, Hollywood o Ratched, junto con el director Daniel Minahan, recorren la historia del legendario diseñador de moda (interpretado por Ewan McGregor), desde su humilde y desafortunada infancia en Indiana hasta la cúspide de su carrera y la posterior caída en picado.

Halston es el nuevo pasatiempo para los amantes de la moda (y los fans de los biopics), que fugazmente devorarán esta nueva producción repleta de luces y sombras. 

Las musas de Halston

En la toma de posesión de John F. Kennedy el 20 de enero de 1961, Jackie lució un sombrero pillbox diseñado por Halston durante sus inicios como diseñador para los grandes almacenes Bergdorf Goodman. Podría haber pasado a la historia como el sombrerero de Jackie Kennedy, pero Halston ansiaba más. Más logros, más reconocimiento… y más musas.

Liza Minelly (interpretada por Krysta Rodríguez), Elsa Peretti (Rebecca Dayan), Bianca Jagger, Greta Garbo, Lauren Bacall, Cher, Pat Cleveland, Anjelica Huston y Elizabeth Taylor fueron algunas de sus fieles Halstonettes, como se conocían a sus musas.

El mítico Studio 54 

Halston fue uno de los responsables de convertir Studio 54 en la leyenda que es hoy: el club de moda al que todos querían entrar y donde todo podía pasar.

De hecho, fue él el encargado de organizar la fiesta en honor a Bianca Jagger en el icónico club en 1977.

Por supuesto, sus diseños también pasaron a estar influenciados por la estética disco, con lentejuelas y vibrantes colores. Pero las noches interminables y la adicción a las drogas duras no tardaron en pasarle factura tanto a nivel personal como profesional. Studio 54 y los excesos de la época fueron su trampolín a la fama y también su perdición.

Un excepcional vestuario a cargo de Jeriana San Juan 

Si por algo destaca la nueva miniserie de Netflix es por el papel clave que juega la moda, no solo a nivel narrativo sino también visual. Los diseños más renombrados de Halston, como el vestido camisero monocolor Ultrasuede, los kaftanes o las chaquetas de terciopelo, toman protagonismo al personaje por su espectacularidad y buena ejecución.

La artífice detrás del impresionante vestuario es Jeriana San Juan, reconocida fan del trabajo del enigmático diseñador, que ha creado prendas y patrones de la mano de quien mejor conocía su indumentaria: Gino Balsamo, el sastre encargado de hacer la ropa personal de Halston.

En palabras de San Juan, “la moda de Halston se parece mucho a la escultura; trataba las telas como su medio y las manipulaba como un verdadero artista. Plisaba, envolvía y usaba textiles de una manera poco convencional y celebraba la figura de la mujer en lugar de crear una sastrería rígida”. Esta intencionalidad por la belleza effortless se refleja en la producción y sigue influyendo en nuestros armarios de hoy en día.

El eterno dilema de la moda: entre el arte y el negocio

La ambición insaciable de Halston y probablemente su miedo al abandono (así lo narra la serie) llevan al diseñador a vender la marca, su propio nombre, a Norton Simon, Inc. Desde ese momento, se enfrenta a una lucha constante entre la creatividad y la facturación que le conducen (sumando las noches desenfrenadas) a tomar una serie de malas decisiones.

Entre ellas figuran la infinidad de licencias que creó bajo su emblema (desde ropa de hogar hasta calcetines Halston) y la inesperada alianza con la cadena low-cost JCPenney, que acabó de una vez por todas con el aura de exclusividad y glamour que había creado alrededor de su persona y firma, con las ventas y con su compañía.

 

Carla Tomillo: @carlatomillo

Imágenes: cortesía de Netflix.

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