C
on este calor dan ganas de dar paseos y qué mejor que recorrer ciudades a bordo de una bici, el transporte más apreciado de los últimos tiempos. Aquí lo hacemos en Amsterdam.
En Vanidad estaremos recorriendo, durante las siguientes semanas, varias ciudades europeas, y españolas, a bordo de un medio de transporte ecológico, de moda y bueno para la salud (que se come mucho en las vacaciones y hay que mantener el tipo). Comenzamos nuestro paseo por Amsterdam, el destino clásico de todo ciclista citadino, en que las bicis de alquiler están en todas las esquinas para deleite del visitante. Una capital histórica y moderna. Descúbrela.
Paseo en barco o bicicleta
La
visita por los canales Patrimonio de la Humanidad de Amsterdam es otra de las cosas que no puedes dejar de hacer. Te hará tener otra vista de la ciudad, no es lo mismo ver de cerca las casitas que se sitúan a sus orillas. Y para los más arriesgados, también existe la posibilidad de alquilar un barco de pedales y decidir la ruta sobre el agua.
Para los que no les guste el agua, tenéis la posibilidad de hacer vuestros propios recorridos en bicicleta, siempre y cuando respetéis las estrictas normas de seguridad, ya que son más de 600.000 bicicletas las que circulan a diario por esta ciudad.
MacBike ofrece un folleto explicativo sobre cómo circular de manera segura por Amsterdam.
Tour gratuito por Amsterdam
La historia de Amsterdam es la historia de un pueblo de pescadores que en el siglo XII construyeron el primer dique ("dam") sobre el río Amstel, que dio nombre al poblado allí asentado: Amsteldam. Pero para conocer mejor la historia de esta ciudad, lo que debéis hacer nada más llegar es hacer el
tour gratuito de
New Amsterdam Tour, en el que por un pago voluntario os harán una visita completa por toda la ciudad. Además de este
tour, ofrecen otros por los
coffeeshops más famosos, un
tour alrededor de la ciudad en bicicleta y otro por el Barrio Rojo, pro precios entre los 10 y los 18 euros por persona. Éste último, el del Barrio Rojo, además del gratuito, merece muchísimo la pena. En este paseo, se aprende sobre su historia, cómo surgió y cuáles son las condiciones de trabajo de estas mujeres y otras curiosidades (que no te dejarán indiferente), como por ejemplo que declaran a Hacienda su actividad o que existe una guardería en medio de este barrio y pegada a sus cabinas de trabajo.
Si eres un amante el arte...
Deja tu bici fuera y dedícate a recorrer museos. El arte es otro de los puntos fuertes de esta ciudad. La ruta debe incluir la
plaza de los museos (Museumkwartier) en la que se encuentran varios, además de la conocida obra “Iamsterdam”. Recordemos que varios Maestros de la pintura llevan pasaporte holandés, la oferta es amplia: El Museo Rembrandt, el Van Gogh, el Rijksmuseum o el Museo de Arte Contemporáneo (Stedelijk Museum), en dónde podrás ver además de piezas de arte muy conocidas una arquitectura espectacular tanto por dentro como por fuera.
Un trocito de la II Guerra Mundial
A orillas del canal de Prinsengracht, se encuentra la casa original en donde
Anne Frank y su familia permanecieron escondidos durante más de dos años. La casa alberga una exposición que relata la persecución judía durante la II Guerra Mundial. El escondite de esta familia se conserva intacto para los visitantes y además se exponen documentos históricos, fotografías, imágenes, objetos y utensilios originales que pertenecieron a todos los que se ocultaron allí.
Lo típico holandés
No te puedes ir de Amsterdam sin ver un molino tradicional ni sin probar su cerveza. La opción perfecta, y más práctica, es la de este viejo molino convertido en fábrica de cervezas.
Brouwerij’t IJ está a las afueras de la ciudad y a los pies de un canal. Un lugar agradable y acogedor en donde podrás degustar caldos artesanales acompañados del queso típico holandés.
Coffeeshops
Los
coffeeshops son otros de los lugares más visitados de Amsterdam. Aunque pueda parecer lo contrario, no hace falta que tengas vicios si quieres es visitarlos. Uno de los más llamativos y curiosos es el
Hill Street Blues Coffeeshop, que se sitúa en pleno Barrio Rojo y a orillas del canal principal. En el interior está lleno de graffitis. Y en los techos, los sofás, las mesas podrás dejar (si encuentras hueco) una pequeña firma que recuerde tu paso por allí. Las vistas al canal son de lo más increíbles, aún más si las acompañas de un
hot chocolate con nata y galletas.
Lucía Díaz Madurga
También te puede interesar