Joan as a Police Woman tiene nuevo álbum, una reflexión sobre sus emociones y una declaración de actitud positiva ante su vida. La cantante se presentará en julio en España.
Joan Wasser ha pasado tanto tiempo de gira en estos últimos años -ya fuera al frente de su propia banda, Joan as Police Woman, o como violinista de Antony and the Johnsons o Rufus Wainwright-, que cuenta que cuando a finales de 2012 se encerró en Nueva York a componer este último álbum, por un momento se sintió deprimida. Por suerte, sus amigos le aconsejaron observar sus emociones desde fuera y de ahí surgió “Witness”, la canción que abre el disco que la vuelve a poner en la carretera.
Al empezar a componer un nuevo álbum, ¿tienes una idea previa sobre el tipo de sonido, atmósfera o mensaje que te gustaría que transmitiese el resultado final? Me gustaría decir que hay un gran plan, pero no, sólo escribo lo que me está pasando en el momento, y la unidad se la da el reflejar el mismo período de tiempo. En este caso, también lo grabamos de una manera muy particular: buscábamos transmitir la energía de nuestro directo y decidimos que sonase más salvaje y libre, menos pulido. En tu web presentas este nuevo álbum con una poderosa declaración: “Estoy en el mejor lugar que he estado en toda mi vida”, ¿qué ingredientes tiene ese lugar y cómo se reflejan en The Classics? Supongo que hay un sentimiento de libertad y apertura. Cuando estaba escribiendo este disco, me permití no juzgar las canciones incluso antes de haberlas terminado, como solía hacer antes. En cada nuevo trabajo intento deshacerme de más y más límites que me autoimpongo. Creo que no habría sido capaz de escribir este disco cuando compuse el primero porque en The Classics hay canciones que entonces habría pensado que hablaban de cosas que no merecían la pena. Ese tipo de autocensuras sólo tienen que ver con mi relación conmigo misma. Esta vez intenté dejarme llevar realmente por lo que me hacía sentir bien. Cuando te das esa oportunidad, pasa algo interesante porque te acostumbras a ese espacio y te preguntas: “¿por qué antes pensé que no podía estar aquí?”. Por otro lado, antes de empezar a componer, me quedé soltera, lo cual no me había pasado en un largo tiempo y era algo que necesitaba de verdad. Me di cuenta de que no podía seguir teniendo relaciones con gente con la que era incompatible. Me encanta estar enamorada y el romanticismo, pero sentía que me unía todo el tiempo a la gente equivocada. No mala gente, sólo que no era la adecuada para mí. Desde el momento en que volví a estar soltera, toda la energía que estaba poniendo en otra gente, la volqué en mí misma.
¿Y sigues siendo una soltera convencida? Te diré algo: escribí algunas canciones en el disco sobre alguien que me gustaría. Acabé de escribir, grabé el disco y conocí a la persona. Si hablo de ello, aún me emociono. Es maravilloso. Estoy súper feliz.
La inspiración para el primer single del álbum, “Holy City”, te llegó después de visitar el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén y ver el estado de éxtasis que experimentaban los peregrinos... Después de un concierto en Tel Aviv, viajé por la zona con una amiga que vivía allí. Cuando vi a toda esa gente flipando -¿has estado allí?-; es que están realmente en éxtasis. Fue estupendo ser testigo de algo así. Yo no puedo relacionar esa sensación con la religión pero puedo asociarla con la música o con estar enamorada. Así que, de alguna manera, utilicé ese sentimiento considerando al amante definitivo como una ciudad sagrada.
El nombre de tu banda es un homenaje al papel de Angie Dickinson en la serie de los años 70 “Police Woman” por ser una mujer fuerte y sexy a la vez, ¿tienes alguna otra referencia o artista con quien te sientes identificada? Me encantan Nina Simone, Joni Mitchell, M-People... pero no pienso en una persona en concreto. Escucho su música como la de otra mucha gente que me transmite fuerza y positivismo, como Stevie Wonder, y no necesariamente positiva, sino simplemente buena, como Elliott Smith. Esa música está en mí pero yo no escucho absolutamente nada de música cuando estoy componiendo. Puedo pensar “¿qué haría Diana Ross aquí?” pero no necesito escucharla, sólo pensar qué haría acciona algo en mí que hace que salga lo que busco. Es algo mágico.
Antony and the Johnsons, Rufus Wainwright, Beth Orton, Guillemots... ¿Por qué has seguido tocando con otras bandas después de tener la tuya propia? Me encanta tocar con otra gente y ellos son muy especiales y siempre me apoyaron y me han ayudado a continuar. Ahora que estás en la carretera, ¿qué echas más de menos: tu casa cuando estás de gira o salir de gira cuando te toca quedarte en casa? Es una buena pregunta. El primer mes de gira es fantástico, el segundo mes aún es bueno pero ya empiezas a pensar: “¿cómo era acostarse en mi cama?...”. Pero ir de gira es muy divertido y cuando estoy demasiado tiempo en casa, sin duda empiezo a volverme un poco loca y estoy deseando volver a la carretera así que hay un poco de ambas. Siempre nos planteamos no ir de gira más de un mes pero nunca pasa. Ahora, por ejemplo, van a ser dos. Al final de dos meses te encuentras completamente agotada pero no destrozada. Ese es un buen punto.
Por Luisa Bernal Fotografía Paul Heartfield