Goya Toledo y María León protagonizan un drama en forma de roadtrip que llega a los cines el 18 de julio. "Marsella" reúne a estas dos actrices y aquí nos relatan su experiencia.
De León a Toledo, pasando por Marsella. La catalana Belén Macías (directora de “El patio de mi cárcel”, las mini-series “Historias robadas” y “La princesa de Éboli”, y una de las realizadoras detrás de “La señora” de TVE1) reúne a dos actrices bien distintas para su segundo largometraje. Un binomio tan dispar como efectivo compuesto por María León y Goya Toledo, dos madres de cine que lucharán, la primera como madre biológica y la segunda como adoptiva, por el amor de una niña en el drama con paisajes de road-movie que cruza la geografía femenina (aunque no es una película solo para mujeres): “Marsella”. La química entre ambas intérpretes, que no habían trabajado anteriormente juntas, es más que evidente dentro y fuera de la pantalla, rivales en la ficción pero en perfecta sintonía en la promoción de este estreno.
El 18 de julio estrenáis “Marsella”, un drama sobre la maternidad y las segundas oportunidades en el que lucháis por la custodia de una niña. En este caso, mamá sí hay más que una… María, tú eres Sara, la madre natural; y Goya, tú la madre de acogida, Virginia. ¿Qué es lo que le espera al espectador en “Marsella”? ¿Y cómo habéis conseguido equilibrar el tono de la película con una premisa tan potencialmente dramática? María León: El tono de la película está muy cuidado. En definitiva, trata sobre el amor y las oportunidades que te ofrece la vida, ya que cada uno, dependiendo de dónde nazca, puede tener unas oportunidades u otras… Es una historia de superación y aprendizaje en dos direcciones, y de cómo andamos por la vida y por qué. Goya Toledo: “Marsella” es un drama muy natural ya que antes del rodaje ensayamos bastante y el potencial dramático de la trama se fue quemando en los ensayos. Cuando empezamos a rodar, ya estábamos en otro punto, en el mismo que los personajes: mucho más calmado y pausado. Lo cierto es que no lo hicimos con esa intención pero ocurrió de manera espontánea. Ensayar es fundamental, y más cuando se trata de un tema tan delicado: las emociones están a flor de piel y hay que controlarlas. Vivimos todo con mucha intensidad, había días muy fuertes durante los ensayos y la experiencia fue un auténtico viaje.
En la película, viajaréis hasta Marsella en busca del padre biológico de “vuestra” hija, Claire. Un itinerario por carretera que se convertirá en una pugna por el cariño definitivo de la niña. ¿En esta historia hay sitio para buenos y malos? M.L: Ambas mantienen un pique enorme durante todo el viaje ya que existe una lucha entre ellas: una la ha parido y la otra la ha cuidado. Mi personaje, Sara, es una chica que no ha hecho bien las cosas en su vida y además sigue siendo una cría. Es muy bonito comprobar cómo aunque ellas no tengan nada que ver, y equivocándose cada una en cosas muy diferentes, se van encontrando en el camino, y es gracias a la niña que se van dando cuenta de sus propias carencias. Al final, nadie es más que nadie, no importa de dónde vengas, todos somos personas que amamos, lloramos… G.T: Hemos trabajado y luchado mucho para establecer y trasladar ese encontronazo entre Sara y Virginia a la audiencia. Sin embargo, hay partes de mi personaje que se rodaron y que no están en el montaje final, como la catarsis inicial que sufre Virginia por no saber si la niña se va a quedar en buenas manos y qué vida va a tener. Cuando aparece Virginia, personaje que no tiene nada que ver conmigo, ella tiene que hacer de tripas corazón con todo lo que se encuentra. Lo normal es que sintonices más con la madre biológica, pero en este caso para Virginia, Sara es una alcohólica y una drogadicta. Ahí ya entra lo que cada espectador sienta, aunque en el fondo todo se resume en qué es lo mejor para la niña. Tanto Sara como Virginia creen que Claire les pertenece… La primera por derecho natural, la segunda por haberla acogido durante cinco años. ¿Somos posesivos con el amor o es posesivo el amor en sí mismo? M.L: No tenemos ningún derecho sobre el amor… En la película, por ejemplo, la niña es la que hace todo por las dos madres; los niños no tienen prejuicios de nada ni de nadie, se limitan a vivir y a solucionar. La niña es la única que no tiene un interés egoísta, en realidad ninguna de las dos piensa en lo que es mejor para ella. G.T: Somos posesivos… y somos esclavos. Parece que tanto tu libertad como tu amor te los tiene que dar otro, siempre esperamos que venga de fuera. ¿Y qué pasa contigo? Tú eres quien te tienes que dar a ti mismo tu libertad y tu amor. Y por supuesto dar y recibir, porque de eso se trata. En “Marsella” el ingrediente femenino está muy presente. ¿Es una película exclusivamente para mujeres? M.L: Es una historia con mujeres que además se alimenta del universo femenino y ese instinto natural y animal de la maternidad que todas tenemos. Virginia no puede tener hijos pero sí tiene el instinto, y Sara, sin embargo, tiene una niña pero no es consciente de su lado maternal. Se habla mucho de la fuerza y del coraje de las madres con sus hijos, e incluso con ellas mismas. Hay veces que las mujeres se olvidan de sí mismas cuando se convierten en madres, y creo que también es muy importante encontrar un equilibrio entre el amor hacia un hijo y el amor hacia una misma. G.T: El otro día hicimos un pase con hombres y mujeres, y todos se habían emocionado. Tampoco creo que sea una película estrictamente femenina. Tal vez la mujer es más honesta al exteriorizar su instinto maternal, y el hombre lo guarda más, pero ya desde el principio de los tiempos, el hombre siempre ha tenido por igual un instinto paternal. ¿Qué recuerdos tenéis de vuestra infancia? ¿Os asaltaron esas memorias cuando grababais? ¿Y hablasteis con vuestras respectivas madres sobre vuestros personajes o les pedisteis algún consejo? M.L: La verdad es que con mi madre no he compartido nada de este trabajo, aunque estoy deseando que me vea en la película. Yo como actriz no me parezco a mi madre, pero como persona me parezco muchísimo, y cada día más: en el carácter, en la forma de pensar, en la forma de moverme… Y me siento muy orgullosa: “Quien a los suyos se parece, honra merece”. De pequeña yo era súper feliz, fantasiosa, teatrera, siempre estaba disfrazándome, era una niña con muchos colores. Para la película no me he planteado nada de cómo era de pequeña ya que mi personaje, Sara, al contrario que yo, no tuvo una infancia feliz. G.T: En mi caso, durante el rodaje me he acordado de muchísimas cosas de mi infancia, incluso había días en los que sentía que estaba en otro sitio y en otra dimensión. Ha sido un viaje emocional brutal no solo por el tema de la película sino también a un nivel más personal, y eso siempre es maravilloso.
María, ¿qué es lo que has llegado a aprender de Goya trabajando juntas? M.L: Hemos aprendido mucho la una de la otra. Me encanta su amor, su compromiso, y cómo se implica a la hora de trabajar en un personaje. Como actriz tiene una trayectoria bastante larga y podría estar mucho más relajada, sin embargo es como una niña pequeña desde el primer momento, contagia su pasión y quiere saberlo todo. Es fantástico caminar con ella. Hay gente que ama tanto su trabajo que inspira. Y Goya, ¿lo que más te ha sorprendido de María ha sido…? G.T: Su generosidad, su apertura, su bondad… Es una persona maravillosa, una actriz súper talentosa, y eso es perfecto porque sabes que nunca habrá un conflicto entre compañeras, no suele haberlo, pero para mí trabajar con ella es aprender todos los días. Goya, acabas de recibir el Premio de Honor en el Festival de Alicante por “tu versatilidad para interpretar personajes de todo tipo”. ¿Cómo se siente uno recibiendo premios “de honor”? ¿Y con cuál de todos tus personajes te quedas? G.T: Fue maravilloso, y es que además me lo entregaron Belén (directora de “Marsella”) y María. Toda una sorpresa, no me lo esperaba. Son cosas que te sientan bien y es un reconocimiento que agradezco enormemente y he podido compartir con la gente que quiero. En cuanto a quedarme con una película o un personaje, cierto es que “Amores Perros” me marcó a nivel reconocimiento, a nivel laboral, aprendí muchísimo con esa película, pero me pasa con todas, así que me cuesta muchísimo elegir. Tal vez en cuanto a significado me quedaría con “Mararía” ya que fue mi primera película y la que me ha llevado a todo lo que estoy haciendo ahora. María, ¿cómo has vivido la despedida de “Aída”? ¿Nunca se ha planteado llevar a los personajes del barrio de Esperanza Sur a la pantalla grande? M.L: Ha sido muy triste. Por suerte, y para envidia de todo el mundo, yo voy a seguir teniendo a la familia de Esperanza Sur, ya que no voy a dejar de ver a mis compañeros… Así que no voy a echar tanto de menos la serie como el público. Pero es una pena saber que los actores no van a volver a pisar el plató. He tenido la suerte de haber podido trabajar con ellos, y de conocerlos fuera, y nos hemos convertido en una gran familia. “Aída” es una serie muy especial, una sitcom con público… algo que en España no se hace mucho. Ahora deberían hacer una serie con el personaje de Miren Ibarguren. Es una de las mejores cómicas que tenemos, para ponerle un altar y hacerle 10 series. Es muy especial y toda una artista, la vasca con más arte que he conocido nunca. ¿Estáis preparando algún nuevo proyecto en este momento que ya se pueda anunciar? M.L: Estoy con dos proyectos que todavía están cerrándose, lo próximo de Gonzalo Suárez y Juanma Bajo Ulloa. Ojalá que salgan ya, pero sacar un proyecto de cine adelante es muy difícil. Hay que esperar un poco. Además acabo de terminar la promoción de “Carmina y Amén”, que todavía está en cines, por lo que, de momento, estoy muy ilusionada y contenta, mañana Dios dirá. G.T: Afortunadamente tengo varios proyectos, a ver si todo sale, estamos en ello, levantándolos.
“Marsella” es, además de la casilla final que abre un nuevo principio para Sara, Virginia y Claire, un destino turístico siempre de moda. ¿Algún lugar más que visitable para recomendar a los viajeros? M.L: La verdad es que siempre digo Cádiz... Pero también Formentera es un sitio para perderse y ahogarse, si se quiere, o Mallorca, y pasarte por el bar de la Terremoto de Alcorcón (el Flexas). También el Norte de España… Y Badajoz. No hay mar pero hay unos rincones maravillosos. Aunque si tuviera que quedarme con un sitio sería Cádiz. Algo de especial ha de tener si hasta Björk ha grabado un disco en Vejer de la Frontera (risas). G.T: Lanzarote, por ejemplo, la playa de El Papagayo… Pero resulta que ahora quieren hacer unas prospecciones petrolíferas en aguas profundas de Canarias, y también en Baleares. Es una auténtica barbaridad y estamos luchando para detenerlo. ¡Qué pena que César Manrique no esté aquí! Si no lo paramos, van a hacer perforaciones en Lanzarote que es Reserva de la Biosfera por la UNESCO, donde viven ballenas, delfines… ¡Es un paraíso natural que no se toca! Animo a todos los lectores y a los que disfruten y les gusten las islas a que firmen en Greenpeace: safecanarias.org. En Instagram (GOYATOLEDO) y en Twitter (@GOYATOLEDO) cuelgo muchas fotos que me manda Greenpeace para todo el que esté interesado y quiera unirse en contra de esta catástrofe. Por último, seguro que nos podéis revelar algún truco o hacernos alguna recomendación personal para brillar más que el sol este verano. ¿Algún producto, marca o diseñador favorito para lucirse en vacaciones? M.L: Las camisetas de la mini-colección “What the fuck is fashion?” del ilustrador Sete González. ¡Son la prenda del verano! Y, por ejemplo, me gusta mucho, y va mucho con mi rollo, todo lo que diseña el sevillano Roberto Diz. G.T: La web: decomprasenmiarmario.com. Puedes crear tu armario online totalmente gratis, clasificar la ropa, hacerte tus propios conjuntos... Y para cuidarse la piel en verano: thebeautyconcept.com. Para la piel también uso, tanto para la cara como para el cuerpo, las cremas hidrantes de Kiehl’s, son maravillosas. Los favoritos (del verano)
Un sabor estival. La sandía (ambas coinciden). Una película para el verano. “¡Marsella!” (a la vez). Summer song. M.L: “Ain’t No Sunshine” de Bill Withers. G.T: “Superlove” de Lenny Kravitz. Look bajo el sol. M.L: La camisetas de Sete. Para una fiesta, combinadas con una falda y una americana; encima de un bikini si te vas a la playa y, además tienes estilo; y para la ciudad, con unos shorts y unos zapatos planos. G.T: El color blanco. Y un pareo, una camiseta de tirantes, un sombrero y unas “cholas”.
"Marsella" se estrena el 18 de julio.
Por Asier Iturrate Fotografía Rubén Vega Realización Cristina Terrón Peluquería y maquillaje Pedro Cedeño @TALENTS para Chanel y GHD y Raquel Álvarez @TALENTS para M.A.C. Y GHD Goya Toledo @www.A6cinema.com y María León @Paloma Juanes