Hay un instante muy especial que sucede cada día en habitaciones adolescentes de todo el mundo. En esos reinos privados las paredes se convierten en altares lleos de fotografías y posters de ídolos. Ídolos necesarios que iluminan pensamientos e inspiran decisiones. Muchos ídolos son compositores de canciones y tienen una estética única para el que los adora. Cada día, cuando elige la ropa que llevará y cómo se arreglará el pelo, pone su música a un volumen más o menos indecente, mira la fotografía de su ídolo, deletrea las palabras de sus canciones y percibe una fuerza inexplicable para ese día. Es ese instante tan especial que sucede cada día en tantas habitaciones adolescentes. Taylor Momsen es necesaria en esas paredes. Es una chica poderosa y diferente. Diferente como han sido otras -Courtney Love, Deborah Harry- antes que ella; pero una diferencia que se cuenta en pequeñas cantidades en el panorama de ídolos: la oscuridad. Taylor es oscura y, a la vez, muy brillante. Su ojos negros, su ropa negra, sus labios maquillados de púrpura. Tiene una actitud deslumbrante que asusta a muchos y que enciende a más. Taylor es una estrella en todas las áreas artísticas -en la serie “Gossip Girl”, encarnando la imagen de la primera línea de ropa de Madonna, en películas indies como “Paranoid Park” y con su disco de rock grunge y doliente, “Light Me Up”, con su banda The Pretty Reckless- y una estrella aún más brillante en otras de las dos disciplinas más importantes que existen: la idolatría y la angustia adolescente. ¡Hola, Taylor! Muchísimas gracias por haber posado para Vanidad en una sesión de fotos tan increíble. Es un honor. ¿Dónde estás ahora? En la carretera. En Austin, Texas. ¿Qué ves a través de la ventana, mientras hablamos? Ahora mismo el club Stubbs. Estamos descargando los instrumentos y preparando todo: tocamos esta noche. ¿Hay alguna canción que se te haya quedado ‘pegada’ en la cabeza y que no hayas podido dejar de cantar? Ayer tocamos “Criminal”, de Fiona Apple, en el Bobby Bones Show, en la radio de Austin. Sigo con ella en la cabeza. ¿Qué canción te pone inmediatamente de buen humor mientras te arreglas para salir un día por la noche? “Cochise”, de Audioslave. He leído que escribiste tu primera canción cuando tenías unos cinco años. Recordaste que, probablemente, estuvo dedicada a un perro que tenía tu padre y que murió. Es una historia bastante triste sobre la que escribir cuando tienes cinco años. ¿Recuerdas los versos de la canción? No. Al menos así de memoria. Pero estoy segura de que la tengo escrita en algún cuaderno de canciones, en alguna parte. ¿Entonces conservas los cuadernos donde escribes los versos? Sí, tengo montones de diarios de versos almacenados en algún lugar. ¿Recuerdas si compartiste la canción sobre el perrito con tu padre?¿O te la guardaste para ti? Sí, la compartí con él. Sabemos entonces cuál fue tu primera canción triste. ¿Y la primera de amor? ¿Te acuerdas de quién la inspiró? No sé... Llevo tanto tiempo escribiendo que no me puedo acordar. ¿Me puedes dar un ejemplo de algo que te parezca bello e inspirador? Nueva York. Aunque la inspiración es muy caprichosa, ¿cuándo trabajas mejor?¿De noche o de día? “Ligth Me Up”, el disco de The Pretty Reckless, fue compuesto entero por la noche. Por Marta Hurtado de Mendoza. Fotografía de David Roemer. Realización de Christian Stroble. SI QUIERES LEER EL RESTO DE LA ENTREVISTA, CORRE AL QUIOSCO Y HAZTE CON EL NÚMERO DE MARZO DE VANIDAD. SI TE HA INTERESADO ESTE ARTÍCULO, VISITA: -COCO SUMNER.

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