Hace apenas horas conocimos la noticia de su fallecimiento a través de un comunicado de su familia que Macarena Blanchón, Directora de Comunicación de la firma, hacía público: “Con gran dolor os comunicamos que David Delfín ha fallecido esta noche en su casa de Madrid rodeado de sus seres queridos. Agradecemos las muestras de cariño y apoyo que habéis transmitido a David durante este tiempo. Gracias por vuestro amor y respeto".
A nosotros, como a Natalia Ferviú (otra amiga inseparable) también nos llegó la noticia en mitad de un concierto... Y no pudimos evitar pensar qué bonita forma de decirte adiós. Por eso, nos unimos a sus palabras:
Porque, mientras sonaba esa canción, la red iba llenándose de mensajes de todos aquellos que una vez tuvieron el privilegio de conocerte, David...
Pero no queremos recordar a David Delfín con (inevitable) pena y dolor. Como Alaska, queremos recordarlo por su fuerza y su energía creativas. Las mismas que le hicieron un gran hueco en la moda y en nuestros corazones.
Por eso recuperamos una de las últimas entrevistas que concedió a Vanidad, donde deja bien patente ese torrente creativo incansable:
Con el mismo rostro aniñado con el que le conocimos hace casi 15, el que fue considerado el enfant terrible de la moda española ha madurado. David Delfín mantiene intacta la enorme pasión que siente por su trabajo -el brillo de sus ojos mientras habla le delata-, sin embargo su imaginario ha crecido, sus colecciones han ganado en serenidad y él ha aprendido que el instinto de supervivencia es fundamental cuando uno se enfrenta solo a un nuevo proyecto. El diseñador malagueño nos recibe en su estudio del centro de Madrid y nos habla de cine, de emociones y de Alicia, la perrita de sus ojos que le inspiró una colección entera...
¿Qué claves componen el imaginario de Davidelfin?
No es nada fácil responder a esto. Siempre digo que todo lo que me pasa en la vida acaba influyendo de algún modo u otro en mi trabajo, y puede ser cualquier cosa. A la hora de plantearme una colección, la inspiración se compone de asociaciones libres que, al final, acaban encajando como si se tratase de un puzzle y todo adquiere sentido, al menos para mí. Nunca hay un patrón fijo, a excepción claro de los tiempos que hay que cumplir, aunque podría decir que mi forma de trabajar es similar a la que se sigue a la hora de hacer cine: hay un guión aunque no esté escrito, una historia, unos personajes, música, puesta en escena...
La mayoría de tus desfiles se recuerdan, entre otras cosas, por la llamativa puesta en escena. ¿Cómo consideras que esto influye en la percepción de las colecciones?
La moda es algo complejo y maravilloso, la suma de muchas otras cosas, por eso la puesta en escena es tan importante. El mundo de la moda no lo componemos solo los diseñadores, sino también los modelos, los fotógrafos, las revistas... En mi caso, un desfile es mucho más que ropa, es, como te decía, la suma de muchas otras cosas. Si la moda fuese solamente diseñar ropa bonita y bien hecha creo que no sería diseñador.
¿Satisfecho con el trabajo realizado en tu última colección, “El tiempo de los monstruos”?
Sí, estoy contento, aunque ha sido un proceso complicado. Hace un año me tomé un respiro, lo necesitaba porque a veces la moda es muy tirana y te obliga a estar cada seis meses al pie del cañón, así que decidí descansar. Esta es la primera colección en la que he trabajado solo, porque hasta entonces siempre trabajaba en equipo. Me gusta tener a alguien al lado, aunque sea para llevarle la contraria (risas), y esta vez no ha sido así, con lo que me he sentido extraño a ratos, ni mejor ni peor.
Diseñaste el vestuario de “Los amantes pasajeros”, ¿cómo fue la experiencia en el cine?
Fue fantástico. Me encantó estar cerca, ver como se armaba todo... por momentos pudo ser complicado, Pedro (Almodóvar), del que soy muy fan y al que adoro, lo tenía todo muy claro y me pedía verosimilitud. Todo era súper loco, así que el vestuario tenía que ser comedido. Me di cuenta de que cuando miras detrás de la cámara, ves cosas que el ojo no es capaz de ver, es alucinante.
La que fue tu perrita durante 15 años, Ali, inspiró una de tus colecciones, ¿quiénes han inspirado tu trabajo de una forma tan directa?
Lo de Ali fue muy potente. Las emociones son el motor de mi trabajo y con la pérdida de Ali lo pasé muy mal. Tuve que acostumbrarme a que ya no estaba conmigo después de tantos años y es increíble lo presente que está todavía después de dos años. Las colecciones a veces son como un exorcismo, y en mi caso, me ayudan a relacionarme con las cosas que me paralizan en la vida, como lo que me pasó con Ali, y sin darme cuenta me ayudan a seguir hacia adelante. Alicia entró a lo bestia en la colección, fui tomando decisiones y me dejé llevar, así nació “Missing”. Fue una especie de ritual, una despedida para ella.
David, ahora sabemos que por fin descansas tras tu dura batalla contra el cáncer. Ese enemigo cruel que también nos arrebató a
Bimba... Y esperamos que hasta allí donde os encontráis os llegue todo el cariño de quienes no os olvidaremos nunca.
Redacción Vanidad - @vanidad
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