Si hay una figura clave en los últimos años del siglo XX, ésa es Lady Di. Diana Spencer, tras ser nombrada Princesa de Gales en 1981, fue convirtiéndose en un ícono. Ella llevaba la ropa de los mejores diseñadores del momento y ocupaba todas las portadas. El mundo estaba a sus pies. Pero en 1997, la vida de Lady Di, se apagó en un accidente en el Puente del Alma de París. El icono pasaba a ser leyenda. Hoy 20 años después de su muerte, la llama de Diana sigue viva e incandescente. Por ello, repasamos todo aquello que nos enamoró de la llamada por todos ""La Princesa del Pueblo""

Su innegable estilo y visión para la moda 

Si algo nos fascinó, nos fascina y nos fascinará, es el estilo de Diana. Siempre estaba perfecta en cada ocasión. Llevaba con una gracia natural todas las prendas. Sin duda, era de esas personas que tienen elegancia innata. Ya fuese para llevar a sus hijos al colegio, realizando tareas de voluntariado o siendo acosada por la prensa Lady Di, siempre estaba resplandeciente. Y qué decir de su pelo...marcó tendencia y la sigue marcando. Su único patinazo: El horroroso vestido que llevo el día de su boda. Pero bueno un fallo lo tiene cualquiera y con lo que vino después, está más que perdonado.

Su faceta solidaria 

Si algo caracterizó a Lady Di, fue su implicación con los más necesitados. Durante su pertenencia a la Familia Real, ya empezó a desarrollar esta faceta de ayuda a los más necesitados. Pero tras su divorcio del Principe Carlos, la filantropía se convirtió en una de sus pasiones y de sus prioridades. Todos tenemos grabadas en nuestra retina, esas imágenes de Diana rodeada de niños necesitados, reclamando amor. Y ella como siempre, les dedicaba su atención y con la mejor de sus sonrisas. Por esto y por otras muchas cosas, se la conocía como ""La Princesa del Pueblo"".

Su cercanía 

Diana se daba a sus fieles/fans/súbditos o cómo se les quiera llamar. Lady Di, nunca tuvo reparo en expresar las cosas tal cual las pensaba. Las entrevistas que concedió, son más que memorables. Estando en el ojo del huracán mediático y desde una posición tan complicada, Diana siempre y en todo momento se comunicó de manera franca y sincera. Habló sobre su divorcio, sobre el acoso de los medios y sobre temas tan delicados como sus trastornos alimenticios. Sin duda, todo un ejemplo de clase, pero sobre todo de sinceridad.

Su faceta de madre 

Lady Di, ajena a su realidad mediática e ignorando su condición, nunca dejó de ser la madre de sus hijos. En muchas ocasiones, pudimos ver como llevaba a sus hijos a la escuela, como jugaba con ellos e incluso como paseaba por las calles de Londres. Diana, era un personaje público, sí. Pero para ella y por encima de todo, era madre. Una gran madre, entregada a sus dos hijos y que disfruto con ellos lo que la vida le permitió. Sin duda, un ejemplo a tener en cuenta por muchas celebrities, que se pierden su maternidad por su obsesión con la prensa.

 

 

Redacción Vanidad - @vanidad 

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