Desde que asumiera el papel de Primera Dama de los Estados Unidos, Melania Trump está en el centro de la polémica. Como es lógico, las elecciones estilísticas de la ex modelo no pasan desapercibidas: la moda es una herramienta de comunicación poderosísima, tremendamente provechosa en la profesión política, y por ello todos los atuendos que escoge la esposa de Donald Trump son examinados y estudiados al milímetro.
Melania con un vestido rosa de la firma española Delpozo
En el último año y medio, decenas de diseñadores se han pronunciado a favor y en contra de vestir a Melania. La figura de primera dama de EE UU es por sí sola una gran embajadora de las firmas locales conocidas y también de las que están empezando. Sin embargo, muchos modistas, principiantes y seniors, han dado la espalda a Trump por culpa de los comentarios contra los inmigrantes o las mujeres que a menudo lanza su marido. Algunos creen que apoyándola estarían secundando de alguna manera el comportamiento del líder republicano.
A la Izda., Melania con vestido de Valentino. A la Dcha. con vestido de Ralph Lauren
Semejante guerra de posiciones ha procurado que cada selección de vestuario de Melania suponga siempre un intenso debate. El más reciente estalló hace unos días, cuando la estadounidense visitó un albergue de niños inmigrantes en McAllen, Texas, usando una chaqueta verde de Zara con el lema “La verdad es que no me importa, ¿y a ti?” escrito en la espalda. Las críticas arreciaron en los medios y las redes sociales y, al cabo de un rato, el presidente Donald Trump entró al trapo a través de su cuenta de Twitter. Aclaró que el mensaje no suponía una afrenta a los niños, pero endosó a su mujer otra controversia. “Se refiere a los medios de comunicación mentirosos. ¡Melania ha descubierto lo deshonestos que son y ya no le importa!”, escribió. La poco acertada opción estilística de la ex maniquí de origen esloveno ha generado un movimiento de repulsa que se ha plasmado en la gabardina creada por la marca Wildfang, en respuesta a la que llevaba la primera dama. El nuevo mensaje es “Realmente sí me importa, ¿y a ti?”. Asimismo, el vestido rosa fucsia de la marca española Delpozo que lució el pasado septiembre durante un almuerzo de líderes mundiales en la ONU fue objeto de multitud de burlas. El llamativo modelo de mangas abullonadas de Josep Font, de 2.500 euros, no fue del agrado de la prensa, que se cebó con Trump por lo inapropiado del escenario elegido para vestirlo. También fueron duramente escrutados los stilettos de altísimo tacón que en un primer momento se calzó para visitar a los damnificados del huracán Harvey en Houston, en agosto. Estos zapatos provocaron un vasto revuelo en Internet, tan propenso a la conmoción instantánea. Pero la discusión duró escaso tiempo. Melania bajó del avión que la llevó de la Casa Blanca a la ciudad texana en zapatillas de deporte blancas, mucho más apropiadas para visitar las zonas afectadas por la catástrofe, y con el pelo recogido en una coleta. Un mes atrás, en septiembre, y a falta de tacones, los internautas reprendieron contra la exclusiva camisa de 1.000 euros de Balmain que escogió para participar en la popular actividad de siembra y recolección que anualmente se celebra en el huerto de la residencia presidencial. Los vestires de Melania, ¿son símbolo de la desconexión que tiene el clan Trump con la realidad?     Alejandro Bernad Imágenes: agencias y Twitter

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