Asier Etxeandía es el ejemplo personificado de un mastodonte, aunque como él mismo nos cuenta, no le gusta colocarse en ninguna categoría o estilo. Nominado en 2016 en la categoría Mejor Actor Protagonista por su papel en La novia, nos cuenta cómo vivió el rodaje de una de las películas más esperadas de este año: Dolor y gloria, del español Pedro Almodóvar.

Te hemos conocido por tu faceta como actor, pero nunca has dejado de lado la música. Si siempre ha sido tu pasión, ¿por qué surge Mastodonte justo en este momento de tu vida?

Es un momento que llevo esperando desde que tengo uso de razón. Siempre he soñado con hacer música, mucho más que con ser actor. De niño buscaba cualquier forma de ser artista, cualquier forma de expresión que me ayudara a sacar lo que tenía dentro para defenderme de la sociedad que me estaba jodiendo la vida en ese momento. Tengo la sensación de que todo lo que he hecho en mi vida con respecto a ser actor era porque me estaba preparando para poder contar algo, no solamente cantarlo. Pero la vida me llevó a que siempre me ha salido mucho trabajo como actor y he sido un culo inquieto que no ha parado en ningún sitio.

¿Qué significa el término Mastodonte para ti?

Cada uno tiene su mastodonte. Para mí tiene que ver con todos los miedos que nos rodean. Una especie de bicho que nos persigue y nos va a perseguir toda la vida. El miedo al fracaso, al ridículo, a que te abandonen, a no ser aceptado… Todo esto es un mastodonte con el que es muy difícil cargar. Para los artistas es algo parecido a ese sentimiento llamado síndrome del impostor. Cuando crees que no vales una mierda pero tienes la necesidad irrefrenable de joderte y exponerte aunque en realidad te gustaría estar escondidito en un rincón donde no te viera nadie. Por eso para mí la única forma de poder con el mastodonte es siendo tú un mastodonte.

Cazadora bomber de Ana Locking, camisa vintage, pantalón de Just Cavalli y zapatos de Jimmy Choo

Tienes muy claro qué no te gusta…

Intento huir de ciertos prejuicios, de etiquetas, incluso de ciertos estilos musicales. No soporto entrar en tribus, no me gustan los estilos. Creo que la gente, para sentirse menos imbécil, tiene que ponerle nombre a todo para poder entenderlo ellos mismos y colocarlo en categorías. A mí no me gustan. Yo me levanto siendo una persona diferente cada día.

¿Entonces qué otra faceta creativa te queda por explorar?

Dame tiempo. Cuando tienes una idea es muy aburrido quedarte solamente con un rol. Al fin y al cabo la obra es más inteligente que tú y te va a estar dando información continuamente. Por eso yo me pregunto: ¿por qué me voy a reducir solamente a escribirla si puedo crear todo un universo a su alrededor?

¿Somatizas mucho con tus personajes?

Somatizo mogollón. Me pongo enfermo, adelgazo, me empiezan a pasar cosas que le pasan a él… Al empezar a rodar Sordo estuve con 40 de fiebre una semana entera. Adelgacé diez kilos y pasé noches delirando por el miedo terrible que tenía de enfrentarme a ese papel. Para que suceda algo mágico después, primero tiene que haber una bajada a los infiernos que en mi caso no elijo yo, me pasa porque soy así de flipado.

Abrigo, cazadora y camisa de Dsquared2 y pantalón de Just Cavalli

Habéis terminado de rodar Dolor y Gloria. ¿Puedes adelantarnos algo de tu papel?

No puedo adelantar mucho, pero es alguien que ha tenido la oportunidad de tener el éxito en sus manos. Alguien que hubiese podido ser muy exitoso y que, por alguna circunstancia de su vida (y por ciertas cosas que consume), no llegó a despegar nunca. Es un personaje a quien se prejuzga porque parece un caradura, un bala perdida… Pero es un hombre con talento.

¿Por qué crees que Almodóvar te eligió a ti para este papel?

Me sorprendió bastante. Al principio tenía miedo de no darle lo que quería, pero la verdad es que, desde el primer día de casting, entendí muy bien al personaje. Me emocioné muchísimo y me metí en su piel. Quería ser Alberto. Cuando leí el guion por primera vez y vi cómo él se había abierto en esta película y cómo lo ha expresado, no podía parar de llorar.

¿Cómo ha sido trabajar con él?

He estado en manos de un genio. Almodóvar me ha descubierto el maravilloso mundo de la sumisión, porque yo soy bastante indómito. Pero cuando crees en alguien, lo que te diga va a misa aunque al principio no lo entiendas. 

Eres muy activo en redes sociales, te posicionas mucho en cuanto a temas políticos, causas sociales… ¿Cómo crees que puede ayudar tu condición de personaje público?

Yo doy mi opinión porque creo que, como famoso, puedo aprovecharlo si algo me toca realmente. Lo importante no es lo que eres, sino lo que haces. Así que está muy bien poder denunciarlo, pero no de forma panfletaria. Eso no me interesa, me aburre.

Gabardina de Palomo Spain, pantalón de Carhartt y jersey y sombrero de Uniqlo

¿Cómo lo denuncias tú?

En mi caso no defiendo todo. No sé tanto de política, así que no puedo defender cosas con vehemencia porque no conozco muchos aspectos de cómo podría llevarse mejor este país. Otra cosa es aquello de lo que estoy realmente seguro, que es todo lo que tiene que ver con las libertades. Por eso sí voy a luchar porque esa es mi forma de ser. Me duele profundamente la ignorancia emocional, la falta de empatía, que seamos tan egoístas. Cuando hay cosas que tienen que ver con términos medievales, como ciertas formas de vivir la religión, los prejuicios o los tabús, me toca mucho. Si fuera por esta regla de tres yo ya estaría en la cárcel o muerto y con esto no me puedo callar.

 

 

Fotografía: Guillermo Sola

Texto: Anna Alarcón @_annalarcon

Peluquería y maquillaje: Ezequiel Rodríguez (Ana Prado) para NYX Cosmetics

Estilismo: Javier Lozoya

Asistente de fotografía: Juan Gari

Localización: www.nyx-hotels.com

 
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