El avance de las nuevas tecnologías y la disminución de su coste ha producido un gran aumento del uso que le damos. Continuamente estamos expuestos a las pantallas de ordenadores, teléfonos y televisiones principalmente. No importa cuándo ni dónde, cualquier momento es bueno para echarles un vistazo. Estos dispositivos tienen tanto beneficios como efectos dañinos para la salud. Uno de ellos es la conocida luz azul. Se trata de una emisión altamente energética y dañina para nuestro rostro, al ser con lo que tienen mayor contacto. Esta podría provocar efectos envejecedores similares a los producidos por la luz solar. Solo de pensar los efectos irreversibles que estos dispositivos podrían estar produciendo en nuestro rostro, no podemos hacer otra cosa que alarmarnos. Cada vez son más las investigaciones realizadas por expertos para conocer esos efectos secundarios. Por eso ya han asegurado que esta luz azul llega hasta la segunda capa de la piel: la dermis, donde se encuentra el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico. Esto podría desembocar en una piel seca, deshidratada y con la pigmentación alterada como consecuencia de las largas horas frente a las pantallas y el estrés oxidativo que producen. Sin olvidarnos del aumento de las arrugas y la aparición de manchas en la frente y contorno de los ojos debido a la hiperpigmentación de la piel. Los efectos de la luz azul permanecen durante 3 o 4 horas después de haber estado expuestos a ella, lo que significa que nuestra piel prácticamente no tiene tiempo a descansar. Los expertos recomiendan comenzar a protegerse cuanto antes. Ya son muchas las marcas cosméticas que han lanzado al mercado productos para protegernos de esa sobreexposición dañina. Cuentan con la tecnología Blue Light para proteger nuestro rostro del envejecimiento y las manchas creando una película protectora. Pollution Defense (Germanie de Capuccini). Es el primer tratamiento anti-edad que blinda la piel frente a los 4 tipos de contaminación: atmosférica, solar, doméstica y digital.
Otros efectos negativos
Hasta el momento tan solo conocíamos los efectos negativos que la luz azul tiene sobre el sueño y la visión. En cuanto al primero, está demostrado que el uso de cualquiera de estos dispositivos por la noche altera la secreción de melatonina, la hormona que facilita la conciliación del sueño, al igual que el proceso de regeneración celular. La luz azul le dice al organismo que sigue siendo de día, por eso es recomendable dejar de usarlos al menos una hora antes de irse a dormir. La luz azul en la visión produce el llamado síndrome visual informático. Es decir, nuestro ritmo de parpadeo disminuye produciendo fatiga visual y también reduciendo la secreción del lagrimal. A pesar de que nuestros ojos son capaces de bloquear los rayos UV para que no lleguen a la retina, no pueden hacer lo mismo con la luz azul. Para proteger nuestra salud ocular existen gafas con filtro para la luz azul. Las pueden llevar tanto personas que lleven gafas como las que no ya que su función es limitar la fatiga ocular.
No todo es negativo
La parte positiva es que la luz azul también se emplea en tratamientos para combatir el acné y las cicatrices que este provoca en nuestro rostro. Se trata de la terapia biofotónica. Consiste en la aplicación de un gel que al exponerlo a una luz multiLED emite una fluorescencia que reduce la inflamación producida por el acné. Es un tratamiento rápido y eficaz que en España ofrecen empresas como Kleresca; aunque tiene un coste elevado. Por eso actualmente diferentes empresas están desarrollando aparatos de uso doméstico con esta tecnología. Es el caso de las máscaras de LED (de las que ya os hablamos aquí) o de los punteros anti-acné como éste:
Sin embargo, si el acné es severo es recomendable someterse a estos especialistas tras haberlo consultado previamente con un médico.
Lucía Pandiella - @luciapandiella
Imágenes: archivo y cortesía de las marcas mencionadas