Nos impresiona una orografía como pocas en la Península, con unas carreteras que no conocen la línea recta y que nos llevan curva tras curva a poner al límite el Aston Martin con el que viajamos (y que conseguimos en Renovatio Expirience), logrando elevar las sensaciones al conducir a su grado más alto.

Después de bajar por un zigzag hecho carretera de vértigo, nos recibe un caminito jalonado de cipreses que nos lleva justo hasta la entrada y recepción de este excepcional establecimiento, parte de la cadena hotelera Six Senses, conocida en todo el mundo por los altos estándares que lidera en cualquier aspecto y que deben englobar la vivencia completa para un cliente. Desde la edificación hasta la decoración, pasando por el exquisito servicio (sello identificativo y diferenciador de la casa), hasta lo natural de la comida orgánica cultivada en su huerto sin pesticidas...

Un antiguo palacete del siglo XIX se yuxtapone con acierto a un ala más moderna caracterizada por grandes cristaleras que hacen la delicia de cualquier ojo abierto a uno de los paisajes más impresionantes que podamos encontrar. La propiedad está circundada por jardines muy cuidados de influencia francesa y a su vez, por otra segunda circunvalación de verdor que son sus viñedos. Realmente espectacular.

La piscina, abierta al paisaje, queda acertadamente amueblada con las piezas de nuestra marca internacional, Gandía Blasco, que aportan calidad y calidez visual al entorno y que comulgan en sus colores neutros de forma inmejorable con todo el paisaje.

Las habitaciones son espaciosas, con un cierto aire japonés que nos transmite sosiego y vitalidad, la que entra a raudales por su pared central enteramente de cristal que se asoma a la copa de los árboles inundando de alegría la estancia.

Por no hablar de los espacios comunes, más que generosos, que permiten el tránsito de clientes sin apenas notar presencia o sensación de multitud.

El desayuno es sensacional, notando en cada plato el sabor de los productos auténticos: ¡los tomates saben a tomates!

En la cena, servida en la amplia terraza que preside la escultura de un Laoconte dentro de una fuente, una sinfonía de sabores bien maridados con los vinos locales, nos enseña que el placer de vivir puede (y debe) ser una realidad concreta. Mientras, admiramos hipnotizados el paraíso que nos rodea con las incipientes luces de la noche titilando en la penumbra. Más romántico imposible.

Es conocido que todos los Six Senses prestan una especial atención a una serie de tratamientos que nos permiten resetearnos o empezar a vivir de una forma diferente y más adecuada para poder gozar de mejor salud y bienestar. El wellness screening es el punto de partida de todos ellos. Caben destacar sus programas detox, anti aging, o el del sueño. La verdad es que todos ellos se complementan puesto que su visión holística interconecta actitudes y tendencias genéticas de una manera transversal, lo que nos sirve para alcanzar una mejor calidad de vida, alargándola incluso. La seriedad y profesionalidad con la que abordan estos tratamientos desde distintas disciplinas, es digna de mención.

Nosotros tuvimos la oportunidad de disfrutar de un estudio sobre pautas del sueño y quedamos más que impresionados. Para empezar, nos enviaron un cuestionario amplísimo antes de nuestra llegada al hotel con el fin de preparar nuestro cuarto de la manera más adecuada para nuestras necesidades. Cuando llegamos, nos hicieron una entrevista y distintas pruebas que arrojaban datos indicativos de cuál o cuáles podrían ser nuestros problemas a la hora de descansar. Resultó tan extenso como intenso. También nos instalaron un aparato junto a la cama que registraba las pautas de respiración durante la noche.

Nos asignaron un entrenador personal que trabajó específicamente grupos musculares que podían inducir el sueño en nuestro caso concreto y para terminar, recibimos un masaje que aflojaba las zonas con más tensión de nuestro cuerpo para poder disfrutar de un descanso más relajado. El masaje con Filipa se convirtió en un viaje en sí mismo, el de sus manos estirando y estimulando todos los músculos estructurales de nuestro cuerpo con la precisión de un reloj suizo, la delicadeza del Shiatsu y la firmeza del estilo tailandés. Realmente consigue un relajamiento y bienestar que no es fácil de alcanzar a través de una técnica humilde, aparentemente sencilla pero muy eficaz. No os lo podéis perder.

Sencillamente, después de probarlo no sabes cómo has podido dormir hasta ahora sin estos consejos que cambian tu higiene del sueño y por tanto, tu vida, mejorándola considerablemente.

¿QUÉ HACER?

Si no quieres moverte, dentro del propio hotel tienes distintas y muy variadas actividades para amplificar todas las sensaciones de las que estás rodeado. Aquí van nuestras recomendaciones:

Alchemy Bar. Un workshop para aprender a hacer recetas de productos cosméticos únicamente con ingredientes naturales. Podréis hacer vuestros propios potingues para poneros en casa.

Earth Lab. Aprenderéis a hacer fermentados que os ayudarán a un correcto funcionamiento del intestino, pues son probióticos naturales.

Tree Climbing. Una actividad muy divertida que, como su propio nombre indica, consiste en subir y bajar un árbol enorme (con las medidas de seguridad necesarias, por supuesto). Altamente recomendable, te sorprenderá.

Tile Pottery. Podréis hacer vuestros propios azulejos al estilo portugués y llevároslo a casa como recuerdo y decoración.

También paseos en barco, de distintas duraciones y donde descubriréis una nueva realidad del paisaje desde el agua.

¿QUÉ COMER?

Vale Abraão. El restaurante del hotel ofrece una variedad de productos naturales y orgánicos de la zona que son dignos de disfrutar durante todos los días de la estancia.

DOC Rui Paula. Terraza construida sobre el río. Encontraréis comida portuguesa internacional. Sigue siendo fantástico después de 14 años.

Cozinha da Clara. Ubicado en Quinta de La Rosa, también encontraréis comida portuguesa pero tratada de una forma de lo más actual.

¿QUÉ COMPRAR?

Vino, claro está. Dentro de la enorme variedad, os recomendamos el Oporto de 10 años del propio Six Senses. Inmejorable.

Aceite de oliva de la región.

 

Y después de esto... Solo esperamos que podáis acercaros pronto a este paraje de una belleza sin par. ¡Qué lo disfrutéis!

 

Carlos Sánchez

Imágenes: Cortesía del Hotel Six Senses Douro Valley