Hablamos de São Lourenço Do Barrocal, una excelente finca de 700 Ha convertida en hotel por el premio Pritzker de Arquitectura, Eduardo Souto de Moura, quien consigue conservar y potenciar la esencia de esta casa familiar que tuvo que ser nacionalizada tras la Revolución y después recuperada por la familia tras la vuelta de su exilio en Brasil.

©Nelson Garrido

 

Este recorrido culmina hace 14 años, cuando el último heredero de la familia, financiero en La City londinense, vino a conocer la herencia de sus antepasados y decidió quedarse a vivir definitivamente entre estos hermosos parajes. Abandonar el bullicio de la capital británica le permitió hacer realidad y llevar a lo más alto dentro del turismo rural de excelencia, un establecimiento que ya forma parte del consorcio Leading Hotels of The World. 

©Nelson Garrido

 

Llegamos a la entrada de la finca, flanqueada por dos piedras enormes a modo de menhires con el nombre dede São Lourenço Do Barrocal esculpido de una forma sencilla y elegante.

Menhires como el que tienen dentro de su propiedad y que, por cierto, suma 7000 años de historia, así como algunos de sus olivos. Nos recibe un destacamento de encinas y alcornoques que enfilan nuestro Aston Martin (bueno, nuestro no, alquilado en @renovatio.experience, donde tienen unos coches de lujo que quitan el hipo) hacia los distintos edificios encalados que componen este conjunto de cubos bordados por el verdor de buganvillas y otras plantas y que hacen la delicia de cualquier ojo que aparque sobre sus formas.

 

Después de pasar por recepción, nos muestran nuestra habitación. Amplia, blanca, espaciosa, mesurada y monacal que nos invita a un descanso de cuerpo y alma. Al rato salimos a correr para inspeccionar los límites de la propiedad y descubrimos un paisaje reconfortante y espléndido en toda su exuberancia contenida.

©Ash James

 

También tenemos la alegría de volver a disfrutarlo, esta vez a caballo, con un maravilloso paseo que os recomendamos hasta el cercano y fortificado pueblo de Monsaraz.

Para relajarnos de tanto traqueteo equino, nos tiramos en las tumbonas de las piscinas que han ubicado en un enorme y hermoso prado que te permite privacidad, espacio verde y agua, una combinación ganadora para disfrutar de cualquier momento estival.

©Ash James

 

La tarde la empleamos para sumergirnos en el universo Susanne Kaufmann, el sello beauty austríaco de inconfundible calidad que representa el spa del hotel, siendo esta su única sede en Portugal. Solo entrar al recinto, ya se respira ese aire de calidad natural de todos y cada uno de sus productos.

©Ash James

 

Decidimos probar el tratamiento de la casa, inigualable. Sentir las manos de la terapeuta (maravillosa, por cierto) deslizarse por tu espalda, colocando suavemente todos los músculos de tu cuerpo, incluso los del vientre, es una experiencia que no se puede explicar. 100% recomendable. Por algo es una de las razones principales por las que muchos de sus clientes vienen hasta aquí...

©Nelson Garrido

 

Salimos del spa con una sensación renovada y decidimos experimentar con otra de las vivencias más gratificantes de esta escapada: su bodega (y su correspondiente cata de vinos propios que te deja un regusto en el cuerpo que no se olvida fácilmente).

Como colofón a esta aventura, os aconsejamos una actividad que proporciona el hotel y que consiste en ver las estrellas mediante un telescopio y la guía de un astrónomo experimentado que te va explicando las distintas constelaciones y cómo se guiaban en la antigüedad por la posición de las estrellas en cada época del año, pudiendo determinar así la latitud y altitud con gran precisión. Por si acaso nos quedamos sin GPS...

©Nelson Garrido

 

¿DÓNDE COMER?

En el propio hotel hay dos restaurantes que no os debéis perder. Todos sus productos son naturales, de su propia huerta. Además, se pueden degustar desde el lunch, en la piscina. Os recomendamos que probéis su delicioso churrasco a la brasa. Más natural imposible...

©Sanda Pagaimo

 

Si queréis algo más elaborado aunque no por eso menos natural, tenéis el restaurante convencional que hará las delicias de vuestro paladar igualmente.

Y si os apetece salir del recinto, podéis acercaros al restaurante Sabores de Monsaraz, ubicado en este precioso pueblo fortificado a 5 km del hotel. Allí saborearéis la verdadera y tradicional cocina alentejana.

¿QUÉ COMPRAR?

La tienda del hotel tiene una excelente variedad de productos de una calidad incuestionable. Os aconsejamos comprar su aceite y su vino especialmente, entre otras curiosidades que te harán pasar un rato entretenido. Por ejemplo, los cencerros que usan para identificar a las vacas y ovejas son en sí mismos una verdadera obra de arte sonora.

©Ash James

 

Casa Tial. Aquí encontraréis toda una selección de productos portugueses tradicionales del Alentejo. Muy aconsejable.

Mizete. Es el sitio donde podréis encontrar la lana o ropa de cama, algodón egipcio de 300 hilos o todo lo que podáis necesitar para ropa del hogar.

Pantalin. Aquí disfrutaréis de la cerámica local, muy conocida en todo Portugal. Este es el epicentro desde el que sale Sao Pedro Do Corval.

Esporao. Si os ha gustado la experiencia vinícola del hotel y os habéis quedado con ganas de más, no os perdáis esta bodega con unas cuevas subterráneas maravillosas donde almacenan el vino. A parte de que ofrecen unos almuerzos fantásticos, también podéis comprar el vino y el aceite que producen en la zona.

Valdío. Una panadería exquisita que atesora el oficio ancestral de la producción de pan y dulces típicos de aquí.

Zapata. Aquí podréis encontrar una selección de quesos increíble tanto de cabra, como de oveja. Si sois grandes amantes de este alimento, no os lo podéis perder.

Charcutaría do Barrancos. Aquí las delicias de lomos, jamones y todos los embutidos naturales que elaboran en la zona son el producto estrella. Seguro que más de uno haréis un buen acopio de algunas de estas exquisiteces locales...

©Nelson Garrido

 

Esperamos que os animéis a recorrer estas tierras maravillosas del sureste de Portugal y que acudáis a este recinto que no os dejará indiferentes. ¡Buen viaje!

 

Carlos Sánchez

Imágenes: Cortesía de São Lourenço Do Barrocal Hotel