En plena Gran Vía de Madrid y sumergidos entre amplios ventanales que dan paso a terrazas ajardinadas, raudales de luz y privilegiadas vistas, Ático se convierte en el restaurante perfecto para disfrutar de esos clásicos que nunca pasan de moda. Y es que, a través de las recetas de siempre y la excelencia de los productos frescos del mar y la tierra (seleccionados con esmero, cocinados con rigor y presentados de manera elegante, moderna y atractiva), su cocina honesta y atemporal es ya un infalible para los paladares vecinos y visitantes.
Ahora bien, su experiencia gastronómica se renueva temporada tras temporada con el objetivo de no dejarnos de sorprender, ¡y vaya si lo consiguen! Este otoño, Ático estrena una carta basada en sabores reconocibles que apelan a la memoria y platos pensados para compartir (aunque también se pueden disfrutar de manera individual).
Entre sus nuevos entrantes, destacan: las empanadillas caseras de cocido, presentadas de manera especial junto con una reducción de su propio caldo; la tortilla vaga, la cual mezcla en un mismo plato sabores tan dispares como el de la gamba de cristal y la morcilla; la ensaladilla, hecha con un tartar de gambas y caviar de trucha, o las flores de alcachofa confitadas con queso Gamoneu, el mejor ejemplo de cómo reinterpretar a la perfección un clásico de la oferta gastronómica otoñal de la capital.
Sin olvidarnos de su clásica croqueta de jamón ibérico de bellota, su buñuelo de bacalao y romesco o los no tan típicos platos de cuchara, como la sopa de cocido o la crema fina de boletus con huevo de campo y foie gras.
En cuanto a los platos principales, encontramos novedades como el taco de merluza braseada, acompañado de patata panadera cocinada con un jugo realizado a base de su excelente vino de autor Finca Serena.
Asimismo, se unen a la carta el bacalao a baja temperatura, con asadillo de pimientos y su pil pil; las albóndigas de rabo de toro, situadas sobre una cama del mejor puré de patata del mundo (receta del chef Robuchon) y el canelón cremoso de pollo de campo y setas, para el cual ni todo el pan que el servicio de Ático te ofrece, será suficiente para rebañar el plato... palabra de Vanidad.
Si has llegado hasta aquí es porque, como nosotros, eres fan de la parte dulce. Y es que, ¿quién puede resistirse a delicias como una tarta cremosa de queso, un sablé de chocolate, dulce de leche y pistacho, una torrija caramelizada con helado de almendras y lavanda o una tarta fina de manzana y helado de vainilla?
Para rematar la experiencia, te recomendamos terminar la velada con cualquiera de los cócteles que ofrece la propuesta de autor de The Principal Madrid, que además podrás disfrutar en su nueva terraza: la Pérgola, un espacio tan único como acogedor situado en la mismo piso que Ático, frente a la cúpula del edificio Metrópolis.
Ahora sí, ¡a disfrutar del otoño!
Redacción Vanidad
Imágenes: Cortesía de The Principal