Vuelta a la rutina. Atascos. Jornadas laborales más largas. Extraescolares. Obligaciones. Probablemente entre estas últimas haya un propósito que, meditado desde la comodidad de la tumbona al pie de piscina, ya en septiembre parece inexcusable: retomar la práctica deportiva y el ejercicio físico. Si te encuentras ahí, decidiendo qué disciplina descubrir o retomar, permítenos que te hablemos del yoga (si no lo conoces ya).
Ciertamente no es nuevo, pero sí ha experimentado un gran crecimiento en las últimas décadas en Occidente. Quizá busquemos paz mental, quizá respuestas a las dudas existenciales de la vida o simplemente algo de ejercicio que nos permita dedicar un par de horas a nosotros mismos. El caso es que el yoga ha sabido responder a las demandas de los buscadores incansables de ejercicios que combinen cuerpo y mente.
Por eso no se nos ocurre mejor momento para embarcarse en él que el fin de las vacaciones. Sea cual sea en el nivel con el que te quedes (físico, mental, espiritual) la ejecución de asanas o posturas en cualquiera de sus variantes te ayudará a trabajar tu cuerpo y llegar, en un momento dado, a la paz mental.
Como el running, el yoga es universal, independientemente de edad o condición física, y te permite realizarlo allá donde vayas. Solo necesitas un maestro que te guíe en el camino y tu esterilla o una toalla adecuada para incorporarlo a tu día a día. ¿Te animas a probarlo? Cantemos tres OM antes de descubrir alguno de nuestros lugares favoritos para practicarlo:
Mysore House en Madrid
Este centro situado en la multicultural zona de Cuatro Caminos, acoge un templo dedicado al yoga ashtanga, una variedad que se basa en el movimiento y la respiración para producir una secuencia de posturas, unidas entre sí, llamada vinyasa. A partir de ahí se genera energía, se calientan los músculos y se suda, consiguiendo así depurar el organismo de toxinas.
Imagen: Instagram @summerperez
Aunque aquí traten lo físico especialmente, con la práctica se pretende llegar a un estado mental adecuado, trabajando las ocho ramas de las que se compone la disciplina, y entre las que están las asanas (posturas), para llegar a la iluminación. Como su nombre indica, en Mysore House incluyen la modalidad Mysore, que resulta interesante por realizarse de manera abierta y no guiada.
Yoga Box en Valencia
Una completísima oferta de yoga es la que ofrece este estudio valenciano y atrae a numerosos seguidores de la zona. Hatha, ashtanga, vinyasa, loto... Si descubres un nuevo estilo probablemente lo encuentres disponible aquí, junto a la posibilidad de recibir reiki, masaje tailandés o terapéutico.
Nosotros nos quedamos con el rocket yoga, un estilo contemporáneo que añade a las secuencias tradicionales ashtanga algo más de emoción con transiciones y equilibrios bastante retadores. Así consigue avances rápidos en la práctica y tonificar la musculatura, sin restar los beneficios a nivel espiritual y mental.
Hara Yoga Studio en Barcelona
Formada en la India y Asia, Nieves Lahuerta es el alma máter de este centro de la Ciudad Condal donde podrás encontrar, sobre todo, las modalidades de yoga jivamukti, vinyasa y ashtanga, pero con especial interés por el arte de la respiración o pranayama.
Con todos ellos se proponen que los alumnos fluyan de manera intuitiva, mejoren su elasticidad y fuerza, además de que sean más conscientes de sus movimientos reflejos. En definitiva, en Hara tratan el cuerpo desde una perspectiva holística que va más allá de lo físico para considerarlo un medio con el que llegar al espíritu del ser humano.
OmShala en Tarifa
Será el clima, el ambiente relajado o el optimismo presente en la zona pero sin duda, Tarifa es una de las mecas del yoga en el sur de la Península. En el estudio OmShala son conscientes de ello y combinan las clases para alumnos, con formaciones a profesores y retiros a pie de playa.
Yin yoga, kundalini, nidra, mindfulness, ashtanga, prenatal y embarazadas. Independientemente del nivel, el punto en común de todas las disciplinas que ofertan se resume en una conocida frase del mundo yogui que responde a la impaciencia del alumno por ver mejoras en su práctica. Practice and all is coming. ¿Lo mejor de todo? Darse un masaje después de clase para relajar 100% los músculos.
Bikram Yoga en Santander
Yoga a 40º. Bajo esta premisa, el bikram se hizo un importante hueco en la escena yogui. Las opiniones al respecto son variadas y se dividen entre el amor y el odio, pero lo que se aplica a todos los casos, es la necesidad de probarlo antes de juzgarlo...
Esta modalidad creada por Bikram Choudhury se basa en una secuencia cerrada de 26 posturas que deben realizarse en 90 minutos. Aunque proceden de la variante clásica hatha, la secuencia ha sido ideada por el maestro para que, unida al calor, los músculos se calienten rápidamente y el oxígeno llegue mejor a las células. En este centro de Santander podrás probarlo y, probablemente, acabar con unas buenas agujetas al día siguiente. La clave está en volver, ya que prometen que el segundo día de clase ya es diferente.
Berta Almagro: @bertalmagro
Imágenes: Giphy y cortesía de los centros