El día de San Valentín es ese que las parejas celebran como algo parecido al aniversario... Como si se tratase de un día realmente especial para ellos, aunque en realidad no tenga por qué significar nada en su relación. Ni se han dado su primer beso un 14 de febrero, ni ha sido la fecha en la que se han prometido amor eterno.
Sin embargo, aunque en algunos casos sí se ve como una ocasión especial para dar un paso más en la relación de pareja, San Valentín es, para el otro colectivo de la sociedad, la ocasión perfecta para celebrar lo que se conoce en la cultura popular (o en Twitter) como San Solterín.
Fijo que tú también lo has vivido alguna vez. Por eso, si hoy eres de los que pertenece a ese grupo, vamos a darte unos consejos para que te quieras como te mereces. Porque, ¿estás seguro de que ya lo haces?
1. Acéptate tal como eres
Es uno de los pasos que más nos cuesta dar pero, sin duda, es probablemente el que más satisfacción nos da cuando lo conseguimos. Sí amigo, aceptar nuestras virtudes y nuestros defectos, nuestro físico y el rumbo de nuestra vida, hará que seamos más felices y dejemos de quejarnos por lo que no debemos.
2. No te compares con los demás
Todos lo hemos hecho... y más de una o dos veces. Nos pasamos la vida comparándonos con el vecino, que si el coche que tiene, que si en qué trabaja, que si cuánto gana… ¡Qué más da! Todas esas cosas no nos incumben y, además, solo nos están haciendo perder el tiempo. Tiempo que deberíamos invertir en mirar hacia adelante y perseguir nuestros sueños y nuestros objetivos. Ya lo dice el refrán: "las comparaciones son odiosas".
3. Reflexiona
¿Piensas cuando actúas o actúas por impulso? Más bien la segunda opción y, claro, después vienen los arrepentimientos. Antes de actuar o tomar cualquier decisión en caliente, deberíamos pararnos a reflexionar sobre lo que realmente queremos y, más importante aún, sobre lo que tanto nosotros como nuestro cuerpo necesita. Siéntate a pensar tranquilamente, mantén una conversación contigo mismo y comenzarás a conocerte mejor...
4. Reconoce tu esfuerzo
Todo el día pensando en lo que hiciste mal o en lo que ni siquiera llegaste a hacer pero, ¿acaso te has felicitado por todo lo que has hecho durante el día? Probablemente no, porque vemos antes lo negativo que lo positivo y eso tiene que cambiar.
Está claro que hay días en los que no hacemos todo lo que nos gustaría, pero hemos hecho un millón de cosas bien de las que apenas nos acordamos. Para remediarlo, al final del día, piensa en todo lo bueno que ha tenido este, y deja lo malo en el pasado.
5. Ríete
No hay mejor cosa para terminar el día que reírse. A carcajadas, solo, con amigos, de un chiste malo o de un meme. La risa beneficia nuestra salud, tanto física como mental, sobre todo si aprendemos a reírnos de nosotros mismos. Porque, lo creas o no, ¡reírnos de nosotros es tan importante como querernos!
Redacción Vanidad
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