Situándonos en el origen del tema, en las tribus indígenas la principal opción a la que se recurrió para decorar nuestro cuerpo no fueron las pieles para protegernos del frío, sino las pinturas. El origen se basa en decorar nuestro cuerpo para potenciar los genitales, mediante técnicas de pintura. De este modo, en las tribus se comunicaba la fertilidad de la mujer o cuántas esposas tenía un hombre. Este concepto evolucionó y dio lugar a lo que hoy conocemos como tatuaje, según el libro El vestido habla.
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Pues bien, partiendo de que alrededor del 30% de la población española tiene tatuajes, es importante saber los últimos datos que cita la ciencia. Aunque anteriormente fue un acto que se asoció a los presos, legionarios o marinos, en la actualidad se ha normalizado el hecho de tatuarnos y se considera un arte aceptado en la sociedad.
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Podemos afirmar además, que desde hace unos años los tatuajes ayudan a mejorar el sistema inmunológico, y según algunas encuestas, las personas que poseen tatuajes tienen mas relaciones sexuales que las que no. Es decir, llevar tatuajes supone un plus en nuestras relaciones sexuales, consiguiendo que estas sean más activas y variadas.
Lo cierto es que el hecho de jugar con estas ilustraciones y su posición en el cuerpo humano provoca mayor morbo en los demás. Ya que lo que todos ven no es motivo de curiosidad, el acto de poder contemplar diseños simbólicos sobre las partes mas reservadas de nuestro cuerpo conlleva a aumentar la curiosidad ajena.
Por el contrario, en esta misma encuesta podemos comprobar que las personas tatuadas tienden a tener comportamientos más peligrosos y, en ocasiones, poseen enfermedades mentales pero, ¿es realmente cierto?. Lo que sí sabemos es que el hecho de estar tatuado ya no influye negativamente en encontrar trabajo. Durante años hemos tenido que aguantar la idea de no ser seleccionados para un trabajo por el simple hecho de llevar un tatuaje, sin embargo, actualmente muchos gremios los consideran un acto creativo y de expresión individual, influyendo positivamente.
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En definitiva, aunque los tatuajes hayan pasado a lo largo de la historia por una serie de altibajos, lo que nos queda claro según los últimos estudios es que sus orígenes, mencionados anteriormente, y las relaciones sexuales en la actualidad están más relacionados de lo que pensábamos.
John Benítez: @iamjohnbenitez
Imágenes: Instagram
