Si uno piensa en las fotos de extranjis, de paparazzis, de las celebrities de los primeros años del 2000, verá a Britney Spears –o a J. Lo, o a Paris Hilton- agarrada a un cáliz venti de Starbucks, con las gafas de sol puestas –esas rectangulares, tintadas, con algún adorno muy sutil de pedrería- y forrada en terciopelo de pies a cabeza. Uno ve el chandal de Juicy Couture definitivamente. Por narices.

Y es que la prenda se las trae. Debe su popularidad al impagable escaparate que conforman los tabloides. Las famosas pasearon el uniforme deportivo del momento por las páginas de las principales revistas de cotilleos.

El éxito de Juicy Couture es indisociable de la cultura de la celebridad. Durante años, ha contado con la mejor cartera de clientes. En la Costa Oeste, de donde es originaria, y fuera de las fronteras hollywoodienses.

El ya clásico generacional de 2004 Chicas malas mitificó la prenda deportiva. Paris Hilton y Nicole Richie la llevaban antes incluso de ser prescriptoras de estilo, en el reality The Simple Life.

Fundada en 1997 por Pamela Skaist-Levy y Gela Nash-Taylor, Juicy Couture siempre ha contado con el apoyo de rostros famosos como los citados y otros perfiles preclaros que importaron el look y lo extendieron a pie de calle.

Tras el cierre, en 2014, de todas las tiendas de Juicy Couture en Estados Unidos, no supimos más de su mítico chandal rosa hasta el año pasado, cuando la etiqueta francesa Vetements celebró el 20 aniversario de la prenda de terciopelo presentando varios modelos en la pasarela –y como Alta Costura-.

Hoy el insigne conjunto vuelve a estar en boca de todos. Las nostálgicas y los nostálgicos están de suerte: la cadena estadounidense E! pone en marcha el rodaje de una serie sobre la creación de la empresa de Skaist-Levy y Nash Taylor. Al parecer, la pareja de diseñadoras ha pedido a los productores de Sexo en Nueva York Michael Patrick King y Amy B. Harris el guión del capítulo piloto del show, ya bautizado Juicy Stories.

El libro The Glitter Plan: How We Started Juicy Couture for $200 and Turned It into a Global Brand, algo así como Un plan brillante: Cómo creamos Juicy Couture con 200 dólares y lo convertimos en una marca global, escrito por las empresarias hace tan solo tres años, inspirará esta nueva ficción televisiva.

De momento no hay más datos al respecto.

Preguntas muchas. ¿No nos habremos pasado de rosca con tanta morriña por los últimos días del pasado milenio? Rotundamente no.