Las modelos en la moda son fundamentales. Resulta obvio. Sin embargo, algunas no gozan del respaldo y los cuidados que merecen por su trabajo. Ya se sabe que salvo contadas excepciones, las maniquíes son contratadas a granel, especialmente para recorrer la pasarela, ateniéndose muchas veces a ordenes poco profesionales.
Esta situación ha provocado que los dos grandes conglomerados del sector del lujo, los franceses LVMH y Kering, hayan aparcado su rivalidad en los negocios para intentar mejorar las condiciones de trabajo de las modelos, tan importantes para las firmas de moda. Del grupo LVMH forman parte, entre otras, Louis Vuitton, Christian Dior, Givenchy, Céline y Loewe, y en el otro bando están Balenciaga, Gucci, Saint Laurent o Stella McCartney.
El proyecto común es una página web, WeCareForModels.com, que reitera su compromiso con el bienestar de las maniquíes, queriendo mejorar la experiencia laboral de los chicos y las chicas que trabajen en campañas de publicidad o desfiles de cualquiera de sus marcas.
El site, pensado para que lo consulten los propios modelos, cuenta con útiles informaciones relativas a su salud física y psicológica. Incluye documentos redactados con la ayuda de nutricionistas y psicólogos con directrices y consejos.
“Nuestro objetivo es inspirar un cambio real en el mundo de la moda mediante la eliminación de ciertos comportamientos y prácticas que no se corresponden con nuestros valores, y a la vez, animamos a las modelos a desempeñar un papel activo en dar forma a esos cambios”, aclaran en la web.
Aporta declaraciones de varios consejeros delegados y diseñadores que, bajo el letrero “They care” (“ellos se preocupan”), juran absoluto compromiso con la causa. “Es fundamental en la industria de la moda que tratemos a las modelos con respeto. Como comunidad, tenemos que ser responsables a todos los niveles de cuidar los unos de los otros y mantenernos a salvo”, afirma Stella McCartney.
Ya el pasado septiembre LVMH y Kering lanzaron juntos un estatuto para regular las condiciones de las modelos que sean contratadas por sus firmas. El documento no solo establecía una serie de normas básicas irrenunciables (desde la talla mínima de los modelos, establecida en una 34 para las mujeres, a la edad mínima de 16 años); también hacía hincapié en su seguridad. Garantizando, por ejemplo, que en una sesión de fotos que requiera desnudez o semidesnudez ninguna modelo se quedará a solas con el fotógrafo o con ningún otro miembro de la producción sin su consentimiento.
Ambas compañías han dejado claro que no trabajarán con agencias que no se atengan a estas condiciones.
Alejandro Bernad -