Los millennials, la nueva era
En pleno siglo XXI, los convencionalismos en cuestión de sexo ya no tienen ningún sentido. Cada vez más mujeres apostamos por vestir con prendas que nos hagan sentir cómodas y se alejen de la obviedad de lo que significa ser femenina. Aunque parezca contradictorio, estos looks nos lo hacen sentir todavía más.Los trajes oversized, los boyfriend jeans, las Dr.Martens, el pelo pixie… La nueva feminidad no entiende ni de tacones imposibles, ni de vestidos ajustados. Los antiguos ideales de lo que era la moda masculina y femenina están quedando totalmente obsoletos por eso muchos diseñadores han decidido sumarse a ese lugar ambiguo que no entiende de barreras de género donde las prendas más icónicas del armario masculino pueden dirigirse perfectamente a mujeres (y viceversa). Gucci, Burberry, Tommy Hilfiger, Palomo Spain, incluso Ana Locking en su desfile durante la MBFWMadrid, se encuentran entre las marcas más grandes dispuestas a implementar el cambio definitivo hacía el gender fluid. Pero no olvidemos que grandes diseñadores como Jean Paul Gautier o Coco Chanel ya lo intentaron en su momento… Ya lo decía David Bowie en Rebel: “Tienes a tu madre en un torbellino, no está segura de si eres un niño o una niña”. La letra de su canción ahora se alinea con un cambio en la relación entre las normas de género y la moda. Un traje o un vestido solo son prendas, cosas que ponernos, artículos que se instauraron dentro de un contexto antiguo de género, de una idea correlativa entre ropa y orientación sexual. El consumidor de hoy en día es progresista y no se rige a lo que la sociedad le dicta, por eso busca en la ropa un medio de autoexpresión y descubrimiento que no le obstaculice con categorizaciones específicas de género.
Replantear los códigos y revolucionar la industria
Este cambio también ha transcendido hasta las connotaciones de color. Según WGSN, el rosa históricamente era un color masculino que se usaba principalmente en los niños, ya que se asociaba con los "lazos de poder" machistas. No fue hasta la década de 1940 y 1950 que ganó una connotación femenina, en parte debido a la influencia de la Primera Dama de los EEEUU, Mamie Eisenhower, así como a musicales como Funny Face. Ahora los tonos pastel y sobretodo, el rosa, han logrado liberarse de las connotaciones femeninas y tienen un nuevo protagonismo en la moda joven masculina. Desde colaboraciones como la colección Fenty Puma de Rihanna, hasta colecciones como la de Bottega Veneta, demuestran esta interacción entre géneros. El diseñador de Acne Studios, Jonny Johansson, utilizo como ejemplo a su hijo Frasse de 11 años para la campaña A/W 15/16 de la marca, donde aparece vestido con prendas que aparentemente podrían etiquetarse como femeninas. El gender fluid se encuentra en su punto más álgido de aceptación social y ahora toca mantenerlo. Bienvenidos a un nuevo cambio de paradigma cultural.Anna Alarcón: @_annalarcon Imágenes: Cortesía de las firmas, Instagram y WGSN