Viktor Tell y Mikael Soderlindh, creadores de la firma sueca Happy Socks, son lo que ya de entrada parecen: encantadores y muy divertidos. A punto de lanzar su nueva campaña, realizada por David LaChapelle, han estado en España para celebrar el quinto cumpleaños de sus coloridos calcetines y contarnos cuáles son sus planes y qué les inspira a la hora de diseñar. Happy Socks nació con el propósito de hacer los mejores calcetines del mercado, y habéis transformado un producto tan simple y cotidiano en un objeto de deseo. Tras estos cinco años de vida, ¿qué balance hacéis? Es difícil de responder porque nunca nos quedamos quietos, esto nunca se para, pero somos felices (risas). Decís que la colección O/I "13, "Chapter #six", cuenta con unos calcetines para cada ocasión, mentalidad y estilo, ¿qué os inspira para crear infinitos modelos diferentes? Viajamos mucho, y viajar es la mejor inspiración para nosotros. Ver a mucha gente de todo el mundo, la arquitectura... En este momento, por ejemplo, hemos cogido el paisley, que lleva ahí siglos, y le hemos dado una interpretación diferente. Tenemos unos calcetines para cada estado de ánimo. Cuando te levantas por la mañana y te pones los calcetines, seleccionas un modelo y color u otro según cómo te sientes. Los trabajos junto a otros diseñadores son uno de los puntos fuertes de Happy Socks. ¿De qué manera surgen esas colaboraciones? Colaboramos con gente que nos gusta y a la que le gusta lo que hacemos. Es un poco como en la vida personal: cuando conoces a una persona, si te gusta, te vas a cenar con ella. En Happy Socks si nos gusta alguien colaboramos con él. Hablando de colaboraciones, para este otoño habéis lanzado una junto a WeSC. ¿Cómo conjugasteis su estilo urbano con vuestro espíritu colorista y divertido? Queríamos hacer algo nuevo. La colección cuenta con los patrones y los elementos de diseño propios de Happy Socks, combinados con el estilo y mentalidad de WeSC. Fue muy divertido diseñarla. Vuestro lema es "Mucho jugar, poco trabajar". ¿Consideráis la moda un juego? No, pero pensamos que, si amas lo que haces, el trabajo se convierte en un juego. En sólo cinco años, la firma se ha expandido por todo el mundo, abriendo varias tiendas. ¿Cuáles son vuestros planes en este sentido? Nos gustaría seguir desarrollando Happy Socks. Queremos abrir más tiendas propias aunque, actualmente, la gente puede comprar nuestros calcetines en tiendas de todo el mundo. Happy Socks cuenta con una tienda online que lleva vuestros diseños a cualquier lugar pero, puestos a elegir, ¿preferís venta online o tienda física? Tiendas físicas, que la gente pueda ir y tocar los productos. Nos hace muy felices ir a una tienda, en cualquier parte del mundo, que en ella haya otras firmas que nos gustan, y allí en medio esté Happy Socks. Ana G. Ramos