Empezaste en el género urbano cuando ni siquiera estaba reconocido como “urbano”. ¿Cómo llegaste hasta el sonido que, aunque no siempre sea el mismo, te define hoy en día?

Creo que todavía sigo buscando ese sonido, pero he llegado a la conclusión de que lo que me representa realmente es mi voz. El hecho de verte reflejado en un sonido es uno de los retos principales que tenemos los artistas y el que nos produce más impresión. En mi caso, nunca sueno igual. Depende de cómo me levanto, me apetece más hacer una base de reggaetón, de soul, un mix loco de rock-trap… No quiero definirme, así que voy a dejar que mi voz sea la que lo haga. Que alguien me escuche y diga: esta es Fusa.

¿Cómo ha sido tu evolución como artista?

Antes de Factor X, estuve como medio año haciendo música y saqué un par de temas y algún que otro videoclip, pero sin ningún tipo de presión, lo hacía porque me gustaba. Luego vino el programa y a partir de allí, más temas. Ahora estoy trabajando de forma independiente. No tengo discográfica, ni repre, ni nada, pero es lo que siempre digo, trabajo con amigos que me ayudan. Me gusta trabajar con gente que de verdad crea en mi proyecto y con la que pueda haber una química.

¿Y qué es lo mejor de trabajar rodeada de tu gente?

Sobre todo la tranquilidad de saber que lo que me dicen o me aconsejan es por mi bien. No lo hacen ni para ganar más dinero, ni para ganar nada. Lo hacen de verdad, porque realmente quieren que me vayan bien las cosas.

¿A pesar de que ahora estés trabajando de manera independiente, descartas el hecho de firmar con una discográfica en un futuro?

Para nada, no me cierro. Sí que es verdad que hace un tiempo me distancié un poco de esa idea, pero porque consideraba que no era para mí en ese momento. No juzgo ni llamo vendido a nadie por firmar con una major. En cuanto encuentre una discográfica que crea en mí y me respete en todas mis facetas como artista, sin pensar solo comercialmente, entonces ya veré.

¿Por qué decides presentarte a Factor X?

Bueno, en realidad no me presenté, me hablaron ellos. Te juro que al principio no sabía si hacerlo porque pensaba que iba a ser el hazme reír de todo el mundo. Yo confiaba en mi música pero la tele… son palabras mayores.

Recuerdo que el primer día estaba tranquilísima porque pensaba: “o no me cogen y me da igual”, “o me cogen y guay”. Llegué allí, con mi abrigo de pelo y me di cuenta de que había gente que llevaba preparándose años. Realmente los nervios me empezaron cuando comencé a pasar fases y me di cuenta de que eso iba en serio.

¿Cómo valorarías la experiencia? ¿Más positiva que negativa?

Sí, sí. Nos trataron genial, como verdaderos artistas. En mi caso, me dejaban escribir semana tras semana, sacar mis canciones, nunca me pusieron ningún impedimento… Y si había consecuencias, te enfrentabas tú solo y eso es muy guay. En otros talents no tienes tanta libertad, te dicen qué tienes que cantar y qué no… y eso te limita un montón.

Ahora que ha pasado más de un año y medio, ¿te molesta que se te encasillen por tu paso en el talent show?

Más que por mi paso, por mi primera canción. Sé que a todos los artistas nos pasa que, en cuanto sacamos un tema que por alguna razón pega un poco más, siempre nos van a relacionar con ese, pero lo odio. He hecho y voy a hacer muchas más cosas además de ese tema.

En una entrevista has dicho que, después de Factor X, te perdiste a ti 
misma y estuviste un tiempo intentando encontrar quién eras. ¿Lo has 
conseguido?

(Risas). Sigo haciéndolo, pero sí que es verdad que cuando sales de allí, sales con muchas esperanzas, mucha ilusión… pero vas viendo que eso, al final, es algo que cuesta y que te lo tienes que trabajar tú. No sé cómo explicarlo pero en ese momento, es como que tu cabeza se empieza a rallar de una forma que no se había rallado nunca. Te entra una ansiedad que no te había entrado en la vida. Horrible.

Estuve una temporada jodidísima hasta que me paré y me dije: “no estoy haciendo nada de lo que me gusta, no estoy trabajando con quien me gusta”. Entonces fue cuando pensé: “si me va mal, que me vaya mal con la música que yo quiero hacer”. Es lo que estoy haciendo ahora y la verdad es que estoy muy feliz.

¿En qué se diferencia Miriam de Fusa? ¿Cómo eres encima y fuera del 
escenario?

Ni la Fusa que se sube encima del escenario es la misma que está fuera de él. Cuando me subo a un escenario, mi objetivo es crear un espectáculo, transmitírselo a la gente y que me entiendan. Por eso intento dar siempre lo mejor de mí. En ese momento soy dos mil veces Fusa Nocta.

Algunos se refieren a ti como la “trapera” más prometedora del panorama musical. ¿Estás de acuerdo?

Por supuesto que no (risas). Partiendo de la base de que yo no hago trap y siguiendo con que es una presión que no quiero tener encima... La gente se confunde con la idea que tenemos del trap. Entiendo que es un concepto que ahora está muy globalizado, pero yo lo veo como una forma de vida muy alejada de la mía. Que haga urbano o que alguno de mis temas tengan toques de hip hop, no quiere decir que sea una trapera, ni mucho menos.

Dices que eras un poco introvertida y que escribir te ha ayudado mucho. ¿Suele haber mucho de experiencia personal en tus canciones?

Total. Escribo sobre mis sueños, cosas que me pasan a mí, cosas que les pasan a mis amigos... Ahora estoy aprendiendo a querer ser introvertida porque es lo que soy. No es vergonzosa, es como que tengo muchas cosas dentro que no tengo por qué compartirlas. Me pasa desde muy pequeña. Nunca me atrevía a decir lo que sentía y empecé a escribir frases, que más bien eran quejas, miedos. Y de frases a frases enlazadas, y luego textos y de ahí, pues ya canciones.

¿Qué papel juega la imagen en tu propuesta musical? ¿Cómo definirías tu estilo?

A día de hoy pienso que es súper importante que los artistas cuidemos la imagen ya sea con el look que llevamos, con los videoclips, o encima de un escenario. Es guay poner un poco de ti –o todo lo que podamos- en todo esto. Me encanta que todo sea tan creativo ahora mismo.

¿Qué papel jugamos las nuevas generaciones en este cambio de percepción, tanto en la escena musical, como en la moda, por ejemplo?

Siempre les digo a mis amigos que estamos siendo culpables y partícipes de una nueva Movida madrileña. En todos estos ámbitos creativos vemos que se empieza a apostar por gente que está haciendo las cosas como yo creo que hay que hacerlas: con libertad, con ideas locas, compartiendo… Eso es algo que tenemos por bandera las nuevas generaciones.

De todo lo que has logrado hasta ahora, ¿qué es lo que no habrías imaginado jamás?

Lo de este verano en los festis, sin duda. Me recorrí toda España pero recuerdo que en el Madrid Salvaje, flipé. No sé si es porque era el último festival y estaba súper melancólica, pero aunque era su primera edición y no habíamos oído hablar de él antes, tenía mucha ilusión y muchas ganas. Compartí cartel con un montón de artistas que yo pagaría por ver así que imagínate… un sueño.

¿Proyectos entre manos que puedas contarnos?

De cara al próximo año tengo varias cositas preparadas. En enero sacaré un un soul-trap que ya adelanté el otro día en mis stories… En febrero sacaré una canción que me encanta y que además, significa mucho para mí. La llevo cantando desde mis inicios en los escenarios y siempre se lo digo en directo a la gente, es un tema que no tenía grabado porque me costaba un montón. Es con guitarra y con una base bastante fuerte, muy especial. Y luego creo que voy a sacar mi primer EP…

Equipo

Texto: Anna Alarcón @_annalarcon

Fotografía: Guille Sola @guille_sola

Asistente digital: Juankar Gibson @juankargibson

Asistente de fotografía: Helena de Wind @hedewind

Estilismo: Ona Goeree @onagoeree

Muah: Carlos Cortés @carloscortesmkp (Ana Prado)

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