Todo en la carrera de MGMT, el dúo formado por Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser, incluido aquel glorificado debut –Oracular Spectacular-, alberga un doble sentido perverso y tragicómico. También su regreso al pop tras cinco años de ausencia con el álbum Little Dark Age. A mediados de la década de los 60, el rock se hizo colorista. Traspasó sus propios límites e hizo del sonido una experiencia casi visual. La psicodelia había llegado. En los primeros años del nuevo milenio, el grupo MGMT instauró la cultura beatnik en el mundo indie y expandió las posibilidades del género hasta el infinito. Tras cinco años de parón, el dúo de Middletown, Connecticut, vuelve al candelero con la gloria emopop y lisérgica –alucinógena- Little Dark Age, su cuarto álbum de estudio. Hablamos con ellos en pleno arranque de gira. “Little Dark Age” es vuestro primer trabajo en cinco años. ¿A qué se debe este receso? ¿Por qué habéis estado tanto tiempo fuera de escena? Sinceramente, necesitábamos tomarnos un respiro. Pasar por casa, comer bien, dormir más horas, hacer la colada (ríen). Pero hemos seguido escribiendo y componiendo. Comenzamos a grabar Little Dark Age hace año y medio, más o menos. Hasta entonces estuvimos poniéndonos al día en lo cotidiano, viviendo una vida normal. Han pasado cinco años pero podrían haber pasado más, o menos. Sentimos que es la ocasión idónea. Coincidimos. ¿Llegasteis a dudar de si volverías? Sí. A veces no sabes hacia donde tirar o si vas a poder hacer algo que realmente merezca la pena… Cuando nació la banda éramos mucho más inseguros que ahora, no obstante. Ahora confiamos en lo que hacemos de una manera que antes no. Somos más libres. ¿Cómo fue el regreso al estudio? Muy emocionante y divertido. Actualmente vivimos en ciudades distintas y algunas veces hemos tenido que trabajar en la distancia. Ha sido genial volver a pasar tiempo juntos, sobre todo el último año y medio. Hace música es la cosa que más nos gusta del mundo y estábamos deseando lanzar temas nuevos. ¿Cómo os enfrentasteis a este álbum y al proceso de grabación? Con tranquilidad. No hemos sufrido ningún tipo de presión, ni autoimpuesta ni por parte del sello. Y con sentido del humor, como siempre. Es importante no tomarse a uno mismo muy en serio. Todo salió de forma muy natural. “LDA” es un proyecto oscuro porque atravesamos una etapa histórica oscura, ¿no es así? Habéis añadido un toque político – ineludible, por otra parte- a la amalgama de letras entre descorazonadoras y divertidas que forman el disco. Estados Unidos atraviesa un momento político realmente extraño y hemos querido hablar de ello en algunas canciones. También hablamos sobre la tiranía de la tecnología… Sin embargo, esperamos que al final la gente recoja un mensaje esperanzador.

¿Ha sido catártica la producción del álbum? Sí, sin duda. A través de la música compartimos nuestras opiniones sobre temas universales. Ha sido así desde el minuto uno. En esta ocasión, la intención era coger momentos oscuros, depresivos o que vienen de la ansiedad y contraponerlos con elementos y melodías alegres, consiguiendo una sensación de positividad. ¿Habéis afrontado el proyecto teniendo en mente una dirección musical concreta? No. Hemos hecho lo que nos ha apetecido en todo momento. Es posible que ahora sonemos más pop. En este disco hay coros, sintes y guitarras de artistas y amigos como Connan Mockasin, Sébastien Tellier, Ariel Pink… Contar con ellos como colaboradores puso en marcha un montón de canales creativos y nos permitió quitar presión y seriedad al curso de composición y grabación. A estas alturas de la película, ¿sentís mucha expectación por parte del público? ¿Cuál es la mayor diferencia entre la banda que ha grabado “Little Dark Age” y la banda que grabó su álbum de debut hace ya más de una década? Esperamos más de nosotros mismos ahora que ya no somos unos niños, y supongo que nuestros fans también. Tenemos cierto recorrido y los críticos comparan unos trabajos con otros. Diferencias hay muchas. 10 años… imagínate. La esencia obviamente es la misma.

A pesar de vuestro éxito, seguís siendo unos perfectos desconocidos. ¿Es esto algo intencional? Qué va (ríen). Somos tímidos, por eso fuera del escenario no interesamos. Tenemos la suerte de conectar con la gente a través de la música. ¿Representa cada disco una edad definitoria del grupo? Sí, creemos. Con este álbum hemos querido redescubrir la forma más divertida de trabajar y de crear música. Hemos tratado de recuperar lo que hacíamos cuando nos conocimos: canciones amenas y ochenteras que puedes tararear a la primera. Reír, bailar y pasarlo bien es una forma de protesta muy válida.   Texto: Alejandro Bernad Fotografía: Brad Elterman   
LEE ESTE Y OTROS CONTENIDOS AL COMPLETO EN EL NÚMERO DE PRIMAVERA-VERANO 2018 DE VANIDAD
YA A LA VENTA EN KIOSCOS Y EN KIOSKOYMAS