Este viaje comienza con una invitación que aterrizó en la bandeja de entrada de mi email a mediados de agosto con un asunto que rezaba “Clara en el Círculo Polar Ártico”. Querían contar conmigo en un evento gastronómico que acogería a ponentes de diferentes lugares del mundo para debatir en torno a la alimentación y los sistemas productivos en el pequeño pueblo de Mosjøen, situado en un fiordo a tan solo 30km del círculo polar ártico.

Nunca pensé que viajaría a los fiordos para dialogar acerca del futuro de la gastronomía desde una perspectiva holística, pero así de caprichoso y sorprendente es el destino.

Cuadros y retratos antiguos de personalidades noruegas en Fru Haugans, el hotel más antiguo del norte de Noruega, donde puedes encontrar arte tradicional nórdico mezclado con elementos folklóricos de la cultura escandinava

 

Apenas tardé unos minutos en confirmar mi asistencia, no sin comprobar que llegar a Mosjøen desde Madrid supondría escalas infinitas y tres o cuatro vuelos de trayecto… Tiene sentido: hablamos de llegar al fin del mundo.

Volamos desde Ámsterdam a Trondheim (la antigua capital noruega) y desde allí a Mosjøen en un avión muy pequeñito que hace los tránsitos aéreos hasta allí varias veces al día, pues el acceso en coche es complejo dada la intrincada formación de los fiordos, que dificultan la movilidad sobre ruedas por toda la región.

Me informaron de que me alojaría en Fru Haugans, el hotel más antiguo del norte de Noruega. Fue fundado en 1794 y es operado desde entonces por la misma familia. El hotel está situado a la orilla del río Vefsna (el área principal de Mosjøen lo está) y se conforma por una mezcla interesante entre decoración escandinava de los noventa y artesanía antigua regional: en cada pasillo puedes encontrar bonitos tapices nórdicos colgando de las paredes, así como retratos de personalidades norteñas.

Formación de ensamblajes de madera, tradicional en toda la zona del norte de Noruega y utilizada para elevar las casas y almacenes, manteniéndolos a salvo de las subidas de nivel del agua.

 

La arquitectura de Mosjøen es colorida y responde a las estructuras tradicionales de las casas propias de los fiordos. Todas ellas, construidas íntegramente de madera protegida y con tejados pizarrosos, datan del s.XVIII y se construyen sobre estructuras de madera de leños horizontales para evitar que la subida del mar alcance las casas y almacenes que se sitúan a lo largo del fiordo.

Los colores ocres y granates son los protagonistas en el paisaje urbano.

Sjøgata (que significa ‘’la calle del río’’) es el área principal de la ciudad, y se extiende a lo largo de la orilla del río Vefsna. Vikgarden es uno de los locales y puntos de encuentro más especiales que tiene Mosjøen: se trata de una cafetería situada en la calle principal en la que el sol entra por todos los rincones, inundándola de luz.

El local está decorado con artesanía y artilugios tradicionales que cuentan historias y te ayudan a hacerte una idea de la cultura del lugar. Allí pude probar un plato de comida tradicional que consiste en una masa frita (típica de los países nórdicos) en forma de flor sobre la que se dispone un pescado fresco (muy salado) con cebollino y nata fresca, además de unas hierbas recogidas en el jardín de la propia cafetería.

Plato de pescado tradicional noruego, pescado esa misma mañana y acompañado con flores recogidas en el entorno de un restaurante local

 

La gastronomía del norte de Noruega gira en torno al consumo de productos fermentados y sin duda, pescado. En Mosjøen es tradicional cenar gambas todos los viernes, pues un barco llega al pueblo durante la mañana y trae la pesca del día. ¡Os aseguro que las gambas en Noruega son las más frescas que he probado nunca!

Los paseos a la orilla del río, recorriendo sus caminos rodeados de vegetación y con el frío de la tarde, uno de los mejores recuerdos del viaje.

 

Sin duda, uno de los encantos de Mosjøen es su increíble entorno natural. Abetos y abedules tiñen de verde todo el entorno y hacen que te sientas en un cuento de hadas paseando a través de sus bosques.

La temperatura puede oscilar entre -5ºC y 15ºC a lo largo del día: es importante viajar abrigado y con calzado resistente, aunque depende de la hora y del día, puede que disfrutes de un sol frío pero agradable.

Este viaje estaba planeado junto a mi marido Adrián, con quien comparto profesión. Sin embargo, en el último momento tuvo que quedarse en Madrid por razones profesionales y fue mi padre quien me acompañó en la aventura y quien se encargó de inmortalizar con su cámara muchos de los momentos vividos en Noruega, pues es fotógrafo.

Aunque me dio mucha pena no compartir esta aventura con Adrián, he de reconocer que fue un viaje padre e hija muy especial ya que no tenemos habitualmente la oportunidad de viajar juntos. Disfrutamos de los paisajes, de los paseos por los bosques noruegos entre boletus y multitud de hongos que crecen sin cesar en los suelos húmedos de la ciudad, del silencio y de la quietud de este pequeño lugar mágico en Noruega que, si no fuese por esta invitación, probablemente nunca hubiese llegado a descubrir. Mosjøen, espero volver a verte pronto.

 

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Texto: Clara Diez @claradiez

Fotografía: Justino Diez