Si pensamos en la Era Dorada de Hollywood, posiblemente nos vengan a la cabeza una serie de producciones cinematográficas de renombre, de parecida estética y producción acorde a lo que caracteriza este periodo, pero todo encubierto de un halo de glamour y elegancia que hacen soñar a cualquiera que tome como referencia estas pautas para viajar al pasado.

Más allá de las películas, las verdaderas protagonistas de esta época (y las culpables de que en la actualidad asociemos estas connotaciones al período comprendido entre los años 20 y los años 60 en Hollywood), son las grandes divas del cine americano, las musas de generaciones de deseo y ensueño, las diosas del Olimpo del Hollywood de antaño.

Pero, pese a la ensoñación que pueda despertar el mirar a esta época desde esta perspectiva, la vida de estas estrellas estuvo marcadas a partes iguales por el éxito y la desgracia. La abrumadora acogida de su llegada al panorama célebre del momento, su imagen coqueta y erótica en ocasiones y la fama alcanzada, compartían papel protagonista en la película de sus vidas con la soledad, la depresión o el vacío provocado por todo lo ocurrido detrás de las cámaras. Pese a tenerlo todo, su recorrido vital no fue, en absoluto, fácil, provocando en algunas un triste desenlace eclipsado por los focos de la grandeza de su legado.

A modo de homenaje, hoy viajamos a la Era Dorada de Hollywood de la mano de alguna de las estrellas que más brillaron en el firmamento del cine, perpetuando su memoria y recordándolas como lo que fueron, son y serán eternamente: iconos, mitos e hitos de una época que, aunque con sus trapos sucios, es sinónimo de elegancia vintage, en gran medida, gracias a la presencia de estas mujeres.

Marilyn Monroe (1926-1962)

Ella es, por excelencia, el mito de los mitos, el icono principal del Hollywood dorado. Todo un sex symbol que hacía suspirar a cualquier espectador que se enfrentase a sus sugerentes y genuinas actuaciones. Marilyn Monroe fue protagonista de una época alcanzando el firmamento de las estrellas del séptimo arte, si bien esto pasó factura a su vida personal, desembocando en un final trágico.

La protagonista de grandes filmes como Eva al desnudo, La tentación vive arriba o Amor en conserva sufrió una doble vida marcada por el éxito y el desenfreno exterior y, de puertas para dentro, por la depresión y el fracaso . Una vida marcada por las contradicciones, el resquicio de una infancia complicada y los numerosos desengaños amorosos que llevaron a la actriz a acabar con su vida en un suicidio aún hoy de lo más enigmático.

Sin embargo, la estela que dejó tras de sí este icono pop, es tan fuerte que aún hoy la recordamos, ya no solo como símbolo de belleza y sensualidad, sino como una de las estrellas que impulsó el brillo del Hollywood dorado.

Grace Kelly (1929-1982)

Conocida como ‘la princesa de Hollywood’ no solo por el aura de glamour, estilo y elegancia que desprendía allá donde fuese, sino porque su vida da un cambio radical cuando deja la interpretación para convertirse en Princesa de Mónaco al contraer matrimonio con el Príncipe Raniero III.

Previamente a este evento, y pese a su corta producción compuesta únicamente de 11 películas, Grace Kelly ya consiguió hacerse un nombre de gran resonancia en este mundo gracias, en parte, a haberse convertido en la musa de Hitchcock, para quien protagonizó La ventana indiscreta o Crimen perfecto; aunque también cuenta con títulos como Mogambo o The Country Girl, que le valieron distinguidos galardones de la industria cinematográfica.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y la vida de la princesa acabó con un trágico final en un accidente de coche que puso fin a unos años marcados por la depresión y el alcohol.

Elizabeth Taylor (1932-2011)

Como todas las estrellas que ocupan esta lista, el magnetismo de su belleza es uno de los ingredientes que favorecieron su éxito. Sin embargo, Elisabeth Taylor cuenta con una particularidad que la hace aún más especial: sus ojos morados, la mirada del cine por antonomasia. Son, precisamente, esos ojos los que traspasan la pantalla y penetran en cada espectador, embaucando su corazón y alimentando el mito de este icono.

Así ocurrió en películas como Un lugar en el sol, Una mujer marcada o Cleopatra. Sin embargo, como venía siendo constante en la vida de todas estas divas, en lo personal el éxito le pasó factura, y en numerosas ocasiones se vio envuelta en conflictos con adicciones y en amores truculentos. Aún así, esta diva de la gran y pequeña pantalla consiguió continuar con su carrera hasta 2001, siendo la más longeva de esta lista falleciendo a los 79 años de edad a causa de una insuficiencia cardíaca.

Ava Gardner (1922-1990)

Un torbellino de mujer y de artista. La vida de Ava Gardner estuvo marcada por la turbulencia tanto en lo personal, como en lo profesional. De explosiva imagen y carácter, con un talento embaucador que la llevó a protagonizar una amplia filmografía, destacando títulos como Venus es mujer, Mogambo o Las nieves del Kilimanjaro.

Sin embargo, más allá de su trabajo, lo que marcó la imagen de Ava fueron sus gustos por el vicio, la fiesta y el desenfreno, así como las numerosas relaciones románticas con fatídico final como la que tuvo con el cantante Frank Sinatra. Fue, precisamente, buscando la libertad para dar rienda suelta a su personalidad, como aterrizó en un Madrid marcado por la dictadura, pero que, paradójicamente, era el lugar idóneo para vivir sin leyes.

El Madrid de Ava Gardner, así como la vida y peripecias de la propia artista en la capital española, fue retratada en el año 2018 en la serie Arde Madrid, dirigida por Paco León y disponible en Movistar+. ¿La has visto ya?

Audrey Hepburn (1929-1993)

La sofisticación hecha persona. Icono de la elegancia comedida, de la belleza que, a la par que desbordante, es discreta, y del buen gusto a la hora de exhibir la moda. Pese a su corta trayectoria cinematográfica (apenas 30 películas), Audrey Hepburn fue y es aún en la actualidad todo un hito del cine clásico.

Con una infancia marcada por el hambre y el exilio provocado por la Segunda Guerra Mundial, factor que marcaría su carácter de por vida, haciendo de ella toda una filántropa comprometida con las causas humanitarias, esta actriz que comenzó su andadura como bailarina de ballet, consiguió hacerse un hueco en el Olimpo de las divas de Hollywood. Entre sus trabajos, encontramos títulos de vigencia perenne como Vacaciones en Roma, Sabrina o Desayuno con diamantes.

Rita Hayworth (1918-1987)

Su nombre de pila era Margarita Carmen Cansino, un nombre que nos resulta bastante familiar, y es que los orígenes por parte paterna de esta artista se sitúan nada más y nada menos que en Sevilla. Su carrera en el mundo del arte comenzó como bailarina, siguiendo los pasos de su progenitor, aunque lo que la lanzó a la fama fue su salto al cine.

Rita Hayworth fue otro referente de estilo y belleza, pero además se convirtió en el mito erótico del momento gracias, en parte, a su papel en Gilda, donde un striptease tan sugerente como corto (pues solo se quita un guante) levantó pasiones alrededor del mundo, hasta el punto de considerarse una película digna de censura debido al alto contenido erótico de esta escena.

Si bien es cierto que su papel en el filme le catapultó a la fama, en lo personal acabó pagando con la constante insatisfacción el halo de grandeza que se creó en torno a su persona. Causado por esta circunstancia, la actriz pronunció su famosa frase: “todos los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan conmigo”. En su filmografía destacan también obras como La dama de Shanghái, Los amores de Carmen o Esta y todas las noches.

 

Elena Romero: @elenar_vargas

Imágenes: Giphy