Hablar de dedicarse a la música, es hablar de sueños grandes. Y es que quienes poseen el don y la vocación de hacer del arte, y más concretamente de las cualidades vinculadas a esta rama, su forma de comunicarse con el mundo, saben que convertirlo en profesión no es precisamente tarea fácil. Sin embargo, y a riesgo de pecar de cliché, que sea difícil no significa que sea imposible. Dicen que en la vida los trenes solo pasan una vez, pero para muchos artistas, el vehículo es lo de menos: tienen tan claro su destino y ya se encargarán de encontrar el medio idóneo para llegar a él.

En mitad de este camino, muchos de ellos se han encontrado con una ventana al mundo que ha resultado ser acceso directo para hacer de su sueño, una realidad. La red social Instagram se ha convertido en catapulta de artistas emergentes que, compartiendo su talento en el escaparate que es esta plataforma, se han ido abriendo el camino hasta consolidarse como artistas profesionales de su vocación tan perseguida: la música.

Paula Cendejas (@paula_cendejas) tenía muy claro que su camino estaba marcado por la música, y se calzó los zapatos para emprender un camino que vislumbraba más arduo de lo que, gracias a Instagram, fue al final. “Empecé a usar Instagram como una herramienta para que la gente conociera mi voz casi sin quererlo. Para mí era una manera de desahogarme y de que mis amigos me vieran disfrutando de lo que me gustaba hacer”, nos cuenta.

Similar es la historia de Belén Aguilera (@thegirlandthepiano), Carly Gibert (@carlygibert) o Ignacio Serrano (@ignacioserranob), quien califica sus comienzos artísticos en esta red social como algo “accesorio”. Sin embargo, este cantante afirma que no entraba en sus planes hacer algo en la música hasta que, gracias al efecto de Instagram, le llegó.

 
 
 
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Lo que en el caso de Paula e Ignacio comenzó de manera inocente en una red social entre amigos, ha acabado derivando en toda una carrera emergente en la industria musical. La clave de este éxito, sin duda, se debe al efecto viral que abunda en la era Internet. Su don plasmado en videos de escasos segundos en sus perfiles fueron llegando cada vez a más y más gente que fue conociéndolos, siguiéndoles y creando un público fiel que le ha dado el beneplácito necesario para echar a volar. Sin embargo, lo viral es un arma de doble filo. Por eso, mantener la atención, el interés y el gusto para lograr estabilidad en este concepto tan efímero, es cuestión de suerte, constancia y, como no, talento.

Siendo conscientes de los riesgos, muchos artistas ya con un pie dentro del mundo de la música decidieron probar suerte en Instagram para consolidad, por fin, su nombre. Kisko Espinosa (@kiskoespinosa) empezó a cantar mucho antes de que Instagram existiera, pero cuando fue consciente del alcance e impacto de esta, no dudó en sumarse a los usuarios de la red social con el claro objetivo de compartir su trabajo.

Varios años y un par de campañas después, Kisko ha podido comprobar de primera mano su eficacia: “Ahora con Instagram puedes llegar a todo el mundo, antes era mucho más complicado sacar un disco y llegar a la gente, no se podía compartir tan rápido como ahora”, reflexiona. En la línea de estos artistas, St Woods (@iamstwoods) ha ido construyendo un perfil “con un carácter muy profesional enfocado a la música”, y define su relación con Instagram casi como una simbiosis: “es un punto intermedio en el que yo puedo aportar cosas a la plataforma y la plataforma me puede aportar a mí”.

 
 
 
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Porque, tal como destaca St Woods, uno de los puntos fuertes de la plataforma es la relación directa que establece con los seguidores, quienes se convierten en público y consumidores del trabajo que muestran ahí. “Me he dado cuenta de que a la gente le gusta cómo canto, pero le gusta más la cercanía”, comenta Ignacio Serrano. Instagram permite no solo mostrar las canciones, sino mostrar quién hay detrás de lo que la gente escucha. Según la experiencia de St Wood, “Instagram premia más cuanto más cuentas, y puede que a veces esos resultados no se conecten con lo real, pero sí que está muy relacionado”.

Sin embargo, Instagram pide a veces más de lo que se le conviene dar... El hecho de que esta plataforma exija una constante exposición tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Por defecto, cualquier personaje público que emplee esta red como herramienta de trabajo intercalado con contenido más personal, es calificado de influencer.

Además de confundir el término, este calificativo puede ensombrecer la labor real de quienes tiene un objetivo alejado de este. “A mí me ha costado mucho trabajo quitarme la etiqueta de influencer, porque yo hace 3 años era la "influencer que hace 'covers' en Instagram", confiesa Paula Cendejas. 

 
 
 
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Como recalca Paula sobre sus comienzos, muchas veces la llave primera a este universo está en los 'covers', versiones propias de canciones de otros. Así, tanto Paula Cendejas como Ignacio Serrano, entre otros muchos artistas consolidados como Bely Basarte, Sofía Ellar o Pablo Alborán, comenzaron la partida en este juego prestando su voz a lo que otros contaban. Ese toque personal fue su primera toma de contacto para, luego, sacar música propia. Pero no por ello llegan a abandonarlos del todo, pues darse a conocer con algo que ya suena familiar ayuda a llamar a más gente a formar parte de su comunidad.

Mentiría si dijera que todas las personas que me seguían cuando hacía 'covers' lo siguen haciendo ahora y les gusta lo que hago, pero para mí cuentan los que se quedaron y vinieron de nuevas, porque es gente que realmente me quieren por lo que soy como artista”, nos cuenta Paula, que afirma sentirse “feliz y segura” de compartir sus trabajo en este siguiente nivel del juego. Abrirse ante miles de seguidores mostrando una parte de uno en forma de canción, no es tarea fácil, pero ayuda cuando sus oyentes se muestran receptivos.

“Los seguidores que tengo están por mi música y quieren escucharla”, afirma Kisko, quien coincide con Ignacio en que “ahora, en este preciso momento, hay mucho más cariño a mis canciones que a las 'covers'”.

A pesar de todo, a la hora de poner ventajas e inconvenientes en una balanza, el peso se inclina hacia las oportunidades que Instagram brinda a quienes quieren hacerse oír. Sea cual sea el enfoque del perfil, las personas que llegan y se suman a la comunidad de seguidores acaban quedándose por el trabajo del artista que hay detrás. Los seguidores convertidos en público, tienen un papel fundamental en su emergencia, pero no es la única vía por la que Instagram ayuda a los cantantes a crecer. Las redes sociales son el nuevo patio de recreo donde es posible conectar con personas de todo el mundo. Al igual que todos sus seguidores han llegado a ellos de forma más o menos casual, también lo han hecho contactos de dentro de la industria con más llaves exactas para cada nueva puerta aparecida.

 
 
 
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Algunos artistas como Kisko o St Woods ven en la plataforma una oportunidad para “crear sinergias”, contactar con otros artistas y con otras vías de difusión. Si bien, como defiende Ignacio, “en el mundo de la música todo el mundo conoce a todo el mundo, y la clave es encontrártelo en un sitio y que de ahí salgan cosas bonitas”, y ahora ese sitio es en muchas ocasiones el plano virtual. La conexión entre las personas que hay tras cada cuenta traspasa la pantalla, y cuando la música entra en juego, a los artistas les nacen grandes oportunidades de regalar al público resultados de verdad.

 
 
 
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El camino hacia la utopía que es la música se ve en estos casos y en otros tantos, impulsado a golpe de seguidores, likes e interacciones que acaban por traducirse en el sustento necesario para hacerse un hueco en la industria. Para algunos, como Ignacio Serrano, Instagram sigue siendo su principal escaparate, mientras que para otros, como Kisko Espinosa, esta plataforma complementa con los mayores números que alcanza en Spotify. En el equilibrio entre Instagram y Spotify se encuentran Paula Cendejas y St Woods. Pero todos convergen en el mismo punto: gracias a Instagram han conseguido crear una comunidad fiel a su trabajo, dentro y fuera de Instagram. Sin duda, el impulso necesario para dar el primer paso en una carrera que no ha hecho más que empezar...

 

Elena Romero: @elena_romero07

Imágenes: Instagram