¿Alguna vez alguien ha escuchado: "Dejemos de romantizar relaciones de mierda", frase estrella de mi querida ilustradora Sara Herranz? Tiene toda la razón, en muchas ocasiones ensalzamos relaciones que después, con un poco de distancia de por medio, con algún sentimiento menos y alguna experiencia más, nos percatamos de que no significaban absolutamente nada. Hablo de "nada" de manera irónica, algo significaron, pero donde algunos a veces ven un simple beso, otros pueden ver una muestra de amor y viceversa, dependiendo del grado de enamoramiento en el que nos encontremos. Algunas veces nos esforzamos tanto en intentar comprender los sentimientos ajenos y en hacerlos nuestros, que los deformamos completamente... Y con esto, somos tan tontos a veces que nos conformamos con las migajas que alguien nos deja creyendo que en el fondo nos está entregando toda la barra de pan. ¿Por qué lo hacemos? Pues porque hay veces en la vida en las que conformarse parece la mejor de las opciones. Entiendo que hay infinitud de relaciones y yo no soy quién para intentar analizar cada una de ellas, pero creo que está bastante claro que estoy hablando de esas relaciones tóxicas en las que uno se entrega y el otro simplemente se deja llevar... Al cabo del tiempo, estas relaciones, suelen generar situaciones en las que uno ironiza y el otro aplaude, en las que uno se agobia y el otro persiste, en las que uno sufre y el otro no se inmuta y si lo hace, es cuando ya no hay vuelta atrás. Son relaciones de mierda, esas en las que unos por miedo y otros por necedad, sacrifican incluso su propia personalidad a expensas de un poco de amor y de sentimiento recíproco, cuando en el fondo es mero esfuerzo por hacer funcionar algo que no puede funcionar. Eso que no fluye. Soy una gran defensora del amor, pero siempre y cuando sirva para construir. Y construir significa un montón de cosas, no se trata de formar una familia y un núcleo y una vida estática, no se trata de entender el compromiso como una jaula a la libertad… Se trata de muchas cosas, de dar y recibir, de saber luchar, saber escuchar, de ser consciente de que habrá momentos duros y situaciones dolorosas, significa que si tú quieres vas a estar ahí, pase lo que pase, significa crecer como persona, confiar, perdonar... Eso es amar, eso es tener una bonita relación. Eso es crecer como pareja, como cómplice, como socio. Eso es tener una relación de las que molan. El amor no sólo consta de cosas buenas, hay un montón de cosas más complicadas y sobre todo, queremos compartirlas y vivirlas de una manera fácil. Que no nos hagan sufrir de más, que nos regalen sonrisas y planes y proyectos… Incluso romanticismo, claro que sí. Pero sano, inteligente y morboso, natural, libre y sincero.
No romanticemos aquello que no lo es, no hablemos más de ensalzar relaciones de mierda. Si uno sufre de más ya no vale la pena.

 

 

Alejandra Remon – @alejandraremon

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