Visitar una nueva ciudad, es automáticamente hacer un tour para conocer todos sus monumentos. ¿Por qué no hacer una visita guiada de arte urbano? Explorar las obras de murales y graffiteros con las calles de museo.
Si eres capaz de resistirte al aire acondicionado que ofrece un museo a la
antigua usanza, puedes hacerte con un plan cultural que no afecta al bolsillo y que además permite mezclarse con la ciudad al 100% sin parecer un turista perdido.
Con la mirada puesta en Filadelfia como la ciudad que concertó un plan para erradicar el vandalismo a través del arte urbano, elegimos destinos europeos (y más accesibles que el otro lado del charco) para disfrutar de sus murales. Ciudades donde replantearse cambiar la visita guiada por uno de los tours callejeros alternativos que ofrecen sus barrios:
Madrid
Los muros del centro cultural
La Tabacalera han vuelto a poner bonita la Glorieta de Embajadores, entre las calles Mesón de Paredes y Miguel Servet.
Durante una semana 25 artistas nacionales e internacionales hicieron un lavado de cara a la fachada de la antigua fábrica de tabacos madrileña que desde finales del mes pasado muestra sus nuevos colores con pintura fresca. Bajo el concepto "
Naturalezas Urbanas", revisan la vida en la gran ciudad y la falta de espacios naturales en ella.
La capital ofrece actividades de arte urbano a lo largo de todo el año con propuestas de diferentes bloques temáticos, como fue la promoción de la igualdad de género en el barrio de Lavapiés o la decoración de las fachadas de negocios con Pinta Malasaña.
Barcelona
Para no perderte entre toda la oferta de murales que ofrece Barcelona, siempre puedes apuntarte a un
tour callejero.
RebobinArt es una plataforma de arte nacida para revitalizar y "liberar" las paredes de la ciudad condal. Uno de sus proyectos es Murs Lliures que permite ver los espacios disponibles y pedir cita para pintar un mural en uno de ellos, hasta cuenta con una app para facilitar el procedimiento. Una actividad abierta a todos, en la que solo hay que rellenar un
cuestionario para que la plataforma artística dé su visto bueno.
Lisboa
El ayuntamiento tiene un plan para arreglarla las fachadas abandonadas a través de murales y grafittis y convertir la acción del arte urbano en un proceso legal.
A través la Galería de Arte Urbana (GAU) los artistas se organizan para decorar las calles, así que olvídate del mítico tranvía nº28 para subir al
Barrio Alto y disfruta de los murales que recorren las paredes de la cuesta.
También puedes visitar
LX Factory una especie de mercadillo al aire libre/centro cultural en una antigua fábrica. Los resturantes, puestos de ropa y mercadillos de cosas vintage se guarecen entre paredes graffiteadas.
Berlín
La capital alemana es uno de los referentes claves del arte urbano dentro del panorama europeo. Con tours que recorren toda la ciudad basándose en este tema, sin duda es indispensable ir a visitar la
East Side Gallery, aquella que decora el tramo que mejor se conserva del muro.
Y al otro lado de la ciudad, la galería Tascheles contaba con esculturas de artistas callejeros. Ahora ya cerró y está abandonada, pero desde fuera aún se puede ver el gran graffiti
How long is now? que recubre una de sus paredes laterales.
Londres
Además de un plan de tarde que puede ser jugar al
¿Dónde está Bansky? por toda la ciudad, el East End es el barrio a visitar cámara en mano si de graffiti estamos hablando.
Imprescindible la calle
Brik Lane, donde ni uno sólo de los ladrillos que sostienen los edificios se libran de un trazo de pintura. Además en esta calle los domingos se organiza un mercadillo que intercala los puestso de ropa y curiosidades con los de comida de diferentes sitios, acorde con la multicultural del barrio.
Łódź
Esta ciudad polaca cuenta con las escuelas de Cine (a la que acudió Roman Polanski) y de Bellas Artes más importantes del país. Así que no es de extrañar que el ambiente joven y universitario mezclado con el arte sean el germen perfecto la proliferación del arte urbano.
El aspecto de la ciudad con edificios de los ochenta medio derruidos y fábricas abondonadas son el entorno ideal para disfrutar de los graffitis que recubren la ciudad.
Marta Otero
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