Fantasear es un acto involuntario que todos los seres humanos hacemos en nuestra vida. Para ello solo necesitamos que nuestra imaginación vuele, recreando otra realidad en nuestra mente que por algún motivo deseamos tener. En el plano sexual dejamos llevar nuestros pensamientos eróticos de un modo privado. Mente, cuerpo y emociones se entrelazan para recrear situaciones y experiencias sumamente placenteras. En determinadas ocasiones, la mente es tan poderosa, que llegamos a lograr un resultado sexual igual de gratificante que aquel que tenemos en la vida real. 

Pero, ¿por qué tenemos estas fantasias sexuales?, ¿somos infieles a nuestra pareja de este modo?, ¿hemos dejado de querer a la persona a la que amamos?, te contamos todo lo que sabemos.

El origen de este motivo surge en nuestra adolescencia. Muchos adolescentes comienzan a idealizar una vida sexual llena de romanticismo, experiencias hasta el momento no vividas o la llegada de la persona perfecta. Mediante nuestras vivencias y situaciones que vemos en películas, televisión o lo que nuestros amigos nos cuentan, la mente va recopilando un cóctel de datos que desemboca en lo que conocemos como fantasía sexual. Las fantasías, por lo tanto, están muy relacionadas con el desarrollo sexual. Por este motivo debemos conocer nuevas experiencias, culturas y situaciones que nos estimulen con el fin de disfrutar de un placer único refugiado en la mente. 

Si llevas años con tu pareja, puede que la relación sexual caiga en una monotonía. Este puede ser uno de los motivos por los que surjan "fantasías secretas", pero esto no significa que os hayáis dejado de querer o que vuestra relación esté acabada. Sino todo lo contrario, tómalo como excusa para plantearle a tu pareja nuevas experiencias y canalizar así tú energía sexual.

En un principio, las fantasías sexuales no tienen por qué suponer un problema. De hecho si mediante esta experiencia mental consigues activarte y disfrutar como si de un acto sexual real se tratase, significa que tus fantasias funcionan así que aprovéchalas. Si por el contrario notas que está dificultando tu intimidad y el modo de relacionarte con tu pareja o nuevo rollo, significa que hay un problema. Esto sucede cuando la fantasía hace que la realidad de aquella persona comience a cambiar y pierda el control de su vida sexual. Para solucionar este inconveniente solo necesitas cambiar de fantasía sexual y respetar los códigos guardados hasta el momento en tu memoria, mediante libros especializados, psicólogos o terapias colectivas, conseguir tu objetivo será muy fácil. 

Aunque el poder de la mente es infinito, es cierto que podríamos clasificar las fantasías sexuales en dos bloques. Por un lado, aquellas que clasificamos como como fantasías noveladas. Consiste en desarrollar una historia con personajes y relaciones entre ellos. El papel del protagonista puede variar desde ser el personaje dominante con el control de todo y sumamente deseado por los demás, hasta un papel de víctima donde no tiene ningún tipo de poder. Por el contrario, las fantasías no noveladas son aquellas que no tienen ningún tipo de historia. Funcionan mediante estímulos visuales, táctiles o auditivos, consiguiendo un placer que únicamente se encuentra en la mente. 

Si quieres saber más sobre este tema te recomendamos el libro El mundo íntimo de las fantasias sexuales femeninas de Wendy Maltz, en el podrás solucionar cualquier duda y cultivarte de conceptos sexuales que seguro que aún no conoces. 

 

John Benítez: @iamjohnbenitez

Imágenes: Archivo y Casa del libro

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