Muy contento está todo el mundo para la triste noticia que llega del país vecino. La senadora socialista Nadine Grelet-Certenais ha propuesto en la cámara francesa la creación de una nueva ley que ponga fin al uso de cigarrillos en el cine patrio. Asegurando que el 70% de las nuevas películas francesas tienen al menos una escena en la que alguien aparece fumando. En Twitter consta lo ocurrido. La sugerencia de Grelet-Certenais tiene sentido. Según el último informe de la OMS sobre la epidemia mundial del tabaquismo, publicado el pasado mes de julio, cada vez es mayor el número de países que incluyen políticas de control del tabaco en su gobierno, como las ya típicas advertencias gráficas en los paquetes. La ley antitabaco que entró en vigor en 2010 en nuestro país prohíbe a todos los medios de comunicación “la emisión de programas o de imágenes en los que los presentadores, colaboradores o invitados aparezcan fumando”. El artículo 9 de la norma no atiende al cine. El resto, tampoco.
Alain Delon en un fotograma de la película “A pleno sol” (1960)
El año pasado, la Organización Mundial de la Salud ya propuso el establecimiento de un sistema de certificación que calificase como cintas para adultos las películas en las que se fuma. En Francia, en España y en el resto de los estados miembros de las Naciones Unidas. Antesala quizá de este nuevo plan que Francia contempla. El país se unió a la liga antitabaco en 2008 implantando las medidas más estrictas. “Está comprobado que la exposición a escenas donde se fuma influye en la toma de decisión y que la no exposición reduce el consumo”, declaró entonces el organismo. “Asimismo, las películas se ven en todo el mundo, con lo que su influencia es global”. La ministra de Sanidad francesa Agnès Buzyn, si bien quiere “desnaturalizar la imagen del tabaco en la sociedad”, sabe que la censura en el cine atacaría directamente a las libertades de expresión y creación artística, por lo que tendrá que respetar la normativa previa al menos de momento.
Una historia llena de humo
Las filmografías de Alain Delon y Jean-Paul Belmondo, colmadas de humo, no corren peligro. Ni el futuro cine francés, seguramente. De censurarse el uso de cigarrillos, la condena debería ser universal.
Jean-Paul Belmondo en un fotograma de la película "Al final de la escapada" (1960)
Francia sigue siendo uno de los países europeos con mayor tasa de tabaquismo y por ello quiere hacer frente a la “incitación cultural a fumar”. ¿Cómo? Elaborando una política de prevención que tenga en cuenta “este tipo de publicidad encubierta [que realiza el celuloide] para el consumo de tabaco”. Con todo, Buzyn lanza una pregunta a la industria cinematográfica: “¿La libertad de creación, no reside ella también en la independencia de los realizadores de cara a las incitaciones a mostrar el cigarro en la pantalla?”. El debate sigue abierto. Sea como fuere, las biografías filmadas de Serge Gainsbourg y Coco Chanel serían muy distintas sin pitillos.

 

 

Alejandro Bernad – @alejandrobernad Imágenes: Pinterest

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