Hay muchos tipos de flores. Estas se pueden clasificar atendiendo a algunas de sus características o bien por familias. Resulta imposible enumerar una por una la totalidad de variedades de flores que hay, ya que según ciertos botánicos existen alrededor de 10.000 tipos.

Sin embargo, si uno entra en una floristería, verá rosas, tulipanes, lirios y petunias: lo de siempre. Las descubrirá revueltas, engalanadas con papel pinocho, como el colmo de lo original, y se irá con las manos vacías casi con toda seguridad.

Desde Orquídea Drácula, el laboratorio floral que abrió en Madrid el pasado agosto, su dueño y señor Felipe Carvallo reivindica diversión para este campo.

Estamos en un momento en el que no solo se compran flores por razones de celebración, sino también para el consumo diario. Ponerlas en casa es un placer muy sencillo, y al alcance de todos los bolsillos, que practicamos muy poco.

La estilista Paloma González Durántez, en busca de regalos de Navidad perfectos, visita la tienda de Felipe en la céntrica calle Amaniel con el claro propósito de cambiar la concepción anquilosada que aún define el mundo de las plantas y las flores.

El artífice de Orquídea Drácula antes vivía del retail. Después de trabajar como creativo en firmas de moda, emprendió este original proyecto. De ahí su filosofía: “Yo creo colecciones. Me apetecía ahora tropicalismos. Plantas de Guatemala, de Puerto Rico, anturios, colorido, hojas gigantes, verdes…”, dice a Vanidad. En su “laboratorio”, lógicamente, experimenta. “Estoy jugando a pintar las plantas, con pinturas con pigmentos naturales. Así no sufren porque siguen respirando”, cuenta.

Cuando los ensayos no van bien, recula. “Es fundamental no vender ninguna planta que yo no consiga adaptar al espacio. Por eso, mi cliente siempre se va sabiendo exactamente qué es lo que tiene que hacer en casa”, insiste.

Felipe elabora ramos personalizados. Los temáticos, inspirados en películas -como el de Eduardo Manostijeras, por ejemplo, con imperdibles y dentro de una pequeña maleta que imita el packaging de los cosméticos Avon- y en series -el modelo Twin Peaks, con foto de Laura Palmer y envuelto en plástico-, son sus favoritos. Los crea basándose en fotogramas o a partir de una pequeña entrevista previa. “Quiero que quien reciba esto sienta nostalgia, y que se identifique con las texturas, los colores y hasta con la forma en la que he dispuesto las flores”, explica.

Solo de esta manera puede seducir a los nuevos compradores. A la hora de definir el concepto de su negocio, menciona a la llamada Generación X. Nacido en los 80, con ella comparte referencias e inquietudes.

Orquídea Drácula ofrece además el servicio de hospital de plantas. Felipe trata de salvar -“a veces lo consigo y a veces no, depende”, advierte- tanto plantas compradas en su tienda como otras.

Sugiere “crimlims” de regalo. “Parásitos que solo necesitan que una vez a la semana los sumerjas tres veces en agua para luego dejarlos secar durante toda la noche sobre papel”. En otra gran muestra de su singularidad, los apellida así por los famosos Gremlins.

La nueva botánica, ¿es o no una realidad?

 

Alejandro Bernad  Imágenes: @orquideadracula

 

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