Hemos estado hablando con Sebastién Tellier acerca de la religión y de cómo crear músicaa partir de colores y viajes psicotrópicos
¿Excéntrico, genio loco, gurú de barra de bar? Sebastién Tellier es un poco de cada, pero en su mensaje hay un tono mucho más cabal de lo que aparenta, sobre todo si lo contrastamos con esta época demencial que nos ha tocado vivir. Hablamos con él de lo divino, pero sobre todo de lo humano.
Entrevistar a un músico suele ser igual de infructuoso que entrevistar a un futbolista: el periodista se encuentra con una sarta de tópicos y lugares comunes como “este es el mejor disco que he hecho hasta la fecha”, o “me siento más inspirado que nunca” y banalidades así. Por eso, encontrarse con alguien como Sebastién Tellier es una perita en dulce para cualquiera de nuestra profesión. Este parisino, que conjuga como nadie el pop electrónico, el funk, la música progresiva y el free jazz, presenta en la sala But de Madrid My God is Blue, su último y mesiánico disco.
¿Es cierto que este disco surge de un viaje psicotrópico? Supe que tenía que editar este álbum porque con 20 años escribí un libro sobre mis sueños, sobre todo lo que quería hacer con la música... Y posteriormente seguí mis sueños de adolescente, y por eso publiqué discos como Sexuality o Politics. Ahora llegaba la hora de hacer un álbum sobre dios. Pero para encontrar más inspiración fui donde un chamán de Los Ángeles, me tomé un psicotrópico y de pronto tuve un sueño azul muy vívido, de un azul intenso y profundo, todo era azul. Luego volví a Paris y relacioné mis ganas de escribir sobre dios con ese color. Es como si hubiera encontrado a dios con esta experiencia... No exactamente. Es más bien adaptar a dios a los tiempos modernos. Lo importante es creer en lo que hacemos, pero sobre todo creer en lo que soñamos, hoy en día es más importante soñar que hacer. Creer en lo que soñamos, y dios es ese sueño. El lado espiritual es muy importante para encontrar la felicidad, pero por supuesto no hablo de un Dios católico, o de Alá. Cada uno debe tener su propio dios, por supuesto uno puede optar por Alá o por el Dios católico o protestante u ortodoxo, pero también te puedes inventar tu propio dios, como yo. Yo me inventé mi dios azul.. Un dios a medida. Según el punto de vista oficial, dios creó a los humanos; según mi punto de vista, los humanos creamos a dios. ¿Por qué no podemos crear entonces un dios a nuestra medida? Es parte del juego espiritual. Y también ha creado una religión... No, a ver. Yo hago música. Lo que a mí me gusta es encontrar nuevas melodías, armonías, arreglos... Pero junto a esa música me gusta crear conceptos que creen ese universo musical. Antes fue la política o el sexo, ahora para mí era importante crear un nuevo dios. Pero mi dios es a la religión lo que el espagueti western al western. Mi dios es puro entretenimiento. Hablando de sexo. Siempre está muy presente en sus discos. Y sobre todo en sus vídeos Claro. Si tuviera que elegir entre música o sexo elegiría sexo, por supuesto. El sexo es vida, es futuro, es lo que todos queremos en último término. No puedes vivir sin sexo pero sí puedes vivir sin música.