Que uno de los pocos cineastas “de prestigio” que aún no han caído en la tentación de la secuela/precuela/remake/etcétera (bueno, sí picó con el 3D con esa chufla de “Airbender” con la que, por suerte para nosotros, los que no picamos fuimos los espectadores) vuelva con material fresco bajo el brazo siempre es una buena noticia. O noticia, al fin y al cabo. Pero, además, dicho regreso se revaloriza porque, en realidad,
After Earth enarbola un “decíamos ayer” de lo más unamuniano (mira que si a
Shyamalan le diera por adaptar “San Manuel Bueno, mártir”, con el rollo de nieve y el lago que tanto le pegaría): si su anterior película “adulta”, “El incidente” planteaba un preludio de Apocalipsis escrito con tinta invisible, aquí pone toda la carne en el asador con un aguafuerte a dos voces, las de un padre y un hijo que tendrán que atarse los machos para sobrevivir en un planeta con más peligros y trampas que reservar a pelo en alguna aerolínea de bajo coste. Un planeta que es… (redoble tamborilero estilo perezoso de “Los Croods”) la Tierra.
Tal vez no es exactamente lo que el fan del director de
El sexto sentido (etiqueta que, mucho nos tememos, seguirá llevando Mr. Night para los restos) se esperaba tras un lustro de tiempo muerto, pero algo es algo. Eso sí, el filme garantiza algunas constantes vitales de su cine, como su ecología bipolar (“El bosque“), su aire de fábula retorcida (“La joven del agua”) y ese perfil paterno-filial (“Señales” o hasta “El protegido”) encarnado en sus pintureros protagonistas,
Will y Jaden Smith, de nuevo juntos tras “En busca de la felicidad”.¿No sacó Tom Cruise a un clon de su cría Suri para la también apocalíptica “Oblivion”? Pues eso. Estreno: 28 de junio.
Paul Vértigo
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