Ay el amor... Indefinible, perturbador, frustrante, hay quienes lo han desterrado de sus vidas, y quienes no pueden vivir sin él. Ya nos lo dijeron los
Beatles, "All you need is love..." y quién mejor para recordárnoslo que nuestro querido Paul
McCartney. Ejerciendo de improvisado alcahueto ha reunido a una de las parejas preferidas de la década de los 90,
Johnny Depp y Kate Moss reaparecen en el vídeo del nuevo single del ex beatle,
Queenie Eye.
Después de 15 años sin amoríos la que fue una de las parejas más atractivas, glamurosas y envidiadas de los 90, se han reencontrado. Suponemos que después de las declaraciones de Moss que apuntaban fue la ruptura más dolorosa de su vida, "años y años llorando", ha debido de resultarles por lo menos un poquito duro. Aunque en realidad quien dejó a Depp fue Kate, el pobre ha sido bastante castigado en cuanto al amor se refiere.
Y es que reencontrarse con ese pasado, que casi siempre pinta mejor, no satisface a todos, sobre todo si a tu ex le han dio las cosas maravillosamente bien y tú sigues pintando la mona e imaginando cómo sería vuestra vida recorriendo el mundo en caravana, mientras él ya lo hace pero demasiado bien acompañado. Que tire la primera piedra quién no se ha topado con aquel amor perdido, y ha fingido que todo era más y mejor que cualquier cosa que te contara, bueno menos esos afortunados que alguna vez han estado del otro lado. Alegría vital sentir que quien te hizo sufrir es castigado, aunque sea ligeramente, por eso que pensamos que es el karma. Ya lo vimos con
Adele "llorando" por las calles en
Someone Like You, a todos nos puede pasar...
Pero hay reencuentros que endulzan la amarga sensación de lo que no tienes.
¿Recordáis aquella performance en el MOMA donde apareció el ex de Marina Abramovic? Ella sentada en una mesa con los ojos cerrados, él en frente con cara de inetrrogánte gigante pensando "igual se levanta y no salgo bien parado de aquí". Pero cuando ella abrió los ojos y vio al que durante años fue su pareja artística (y una gran historia de amor), y rompe a llorar sabiendo que el desconsuelo sólo seria sofocado por las manos de
Ulay (el susodicho ex). Cuando éstas se unen, si tienes sangre en las venas, terminas haciendo compañía a esas lagrimas de amor perdidas.
A pesar de las malas experiencias siempre es mejor quedarse con lo bueno, y continuar tarareando día tras día eso de "All you need is love! titititi All you need is love, love, love is all you need..."
Lucía Fernández Alonso (Luceral)
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