Derruída por la II Guerra Mundial y dividida durante 28 años, Berlín es una de las ciudades con más historia y cultura del panorama europeo. ¿Te vienes a visitarla con nosotros?
Un paseo por la capital alemana puede significar muchas cosas: ponerte en la piel de aquellas personas que fueron enviadas a los campos de concentración o separadas de sus familias a través del famoso Muro de Berlín, un recorrido por la escena de la cultura más viva de Europa, vivir la historia y lo contemporáneo en un mismo sitio... ¡Nosotros vamos a recorrerla en bici! Visitar Berlín en bici Alemania es uno de los países donde la bicicleta es un medio transporte primordial para los ciudadanos. Esta ciudad cuenta con más de 620 kilómetros de carriles de bici y diversas rutas tanto para turistas como para habitantes. Una de ellas es la que recorre paralelamente durante cinco horas el Muro de Berlín, en la que conocerás la historia del Checkpoint Charlie, la torre de control o la franja de la muerte. También podréis disfrutas de rutas por el río Spree y otras muchas más que pasan por el centro de la ciudad y que te llevarán a conocer el Parlamento, el Reichstag y los jardines de Tiergarten, entre muchas otras cosas. Si no sabes por cuál ruta decidirte visita la página BBBike en donde encontrarás propuestas de paseos para realizar durante tu estancia. Las bicicletas se pueden alquilar o bien hablar con locales que las prestan de forma gratuita o por un precio testimonial en la red online Bike Surfing Berlin. Todas estas rutas te permitirán disfrutar de la gran riqueza cultural de esta ciudad y las personas de diversas etnias que conviven en ella y, que hacen de Berlín un lugar fantástico para conocer otra sociedad mucho más abierta y tolerante, en donde un día las razas les separaban y ahora están más unidas que nunca. Puerta de Brandemburgo Es una de las puertas más antiguas de entrada a la ciudad de Berlín construída en 1791 en la Pariser Platz, además de uno de los símbolos más importantes de la ciudad: el del triunfo de la paz sobre las armas. Sus 26 metros de altura coronan con un monumento de una cuadriga doble a la Diosa de la Victoria. Se trata de uno de los puntos más importantes de la ciudad y con más historia, ya que sus puertas han visto desfilar a las tropas de Napoleón, diversos desfiles nazis y miembros de la realeza. El Muro de Berlín Desde que en 1961 las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) mandaron levantar un muro de hormigón para aislar el Berlín occidental del oriental. Con sus 144 kilómetros de longitud se le considera un referente de la Guerra Fría que en 1989 volvió a permitir la libre circulación de ciudadanos entre un lado y otro de la ciudad. En la actualidad se pueden ver restos del Muro por diferentes partes de la ciudad, se le ha convertido en una galería de arte al aire libre. El Muro se ha convertido en un símbolo cultural de la capital alemana que sigue presente para recordar un hecho histórico y social. Lo que un día significó la separación de familias y una mala actuación por parte del gobierno, ahora se ha convertido en símbolo de unión entre perdonas de diferentes nacionalidades. Monumento al Holocausto Este es el mayor monumento que conmemora la persecución y la muerte de los judíos asesinados en Europa. Junto a la Puerta de Brandemburgo, al norte de la calle Wilhelmstrabe, se encuentran 2.711 estelas de hormigón en una superficie de 19.000 metros cuadrados creado por el arquitecto neoyorkino Peter Eisenman. Un lugar para la reflexión y en alguno casos, para el perdón. Tacheles Dentro del Barrio Judío se encuentra uno de los edificios más interesantes de la ciudad: el centro cultural alternativo más famoso de Berlín (pendiente de la construcción de un hotel en su lugar). Se trata de un edificio okupa en el que excéntricos artistas crean y exponen sus obras. El edificio en sí tiene un aire tenebroso, y para ver sus obras debes buscar y recorrer sus recovecos. Su historia es la historia de un edificio que quedó en ruinas tras la II Guerra Mundial y que fue ocupado por jóvenes artistas de todo el mundo, creando en él y en todo el este de la ciudad de Berlín una nueva filosofía basada en la autonomía, improvisación y espontaneidad. Texto: Lucía Díaz Madurga Fotografía: Rocío Centeno
También te puede interesar