Hay ocasiones en las que nuestros sueños convergen regalándonos experiencias tan maravillosas como las que os traemos hoy. Poco más se puede decir de la exposición que ya han visitado miles de personas en el Museo Thyssen-Bornemisza, Givenchy ha invadido una de las salas con sus exquisitas obras de arte en forma de emblemáticos trajes. Quién no conoce esa maravilla que paseó sobre los hombros de Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", que algunas (y seguramente algunos también) hemos imaginado llevar, quizás no ante Tiffany, que ya está muy visto, pero sí delante de la cristalera del Apple Store de la Puerta del Sol croisant en mano observando el nuevo iPhone 6, por ejemplo. Modernidades a parte, nosotros ya hemos podido disfrutar de lo que fue el estreno mundial, hace unos días, del documental que acompaña (hasta el 17 de enero) a tan grandiosa exposición, "Hubert de Givenchy, une vie de rencontres". El film no es sólo una mera sucesión de imágenes narrando la vida del diseñador, en él ahondamos en la belleza interior de un creador que empezó como podríamos haberlo hecho cualquiera de nosotros, con mucho trabajo y, sobra decirlo, un talento que ha sido aclamado en el mundo entero.

En palabras de sus seres más queridos podréis descubrir a una persona que, dentro de la ambición que sólo puede caracterizar a quien llega tan lejos como él, tiene cabida para la humildad, la persistencia y el trabajo duro. Ya sabíamos la admiración del couturier por Balenciaga desde sus primeros años en el mundo de la moda pero es sumamente emocionante escuchar de su propia boca la sensación que le produjo conocer a uno de sus máximos ídolos. También se nos llenaron los ojos de lágrimas al oírle hablar de sus últimos minutos con su musa Audrey. Gracias al director Eric Pellerín (con una sorprendente juventud) nos acercamos más a la inspiracional trayectoria de la firma Givenchy y con el comisario de la exposición, Eloy Martínez, descubrimos como fue montar lo que hoy podemos visitar en el museo. Ha sido el propio diseñador ya prácticamente retirado (del mundo de la moda hace unos cuantos años) quien se trasladó personalmente hasta la ciudad e insistió nada más bajar del avión en correr hacía el Thyssen para comenzar con los preparativos de la muestra, a sus 87 años tanta devoción es sorprendente y admirable.

No sabemos si era posible enamorarse más del modisto, de su historia y de su compañera en este viaje de la vida, Hepburn, pero el museo, que nunca se queda en la superficialidad, nos trae un regalo más que pone la guinda a una exposición que pasará a la historia. Hasta el fin de la muestra (el 17 de enero) serán proyectados, en el salón de actos del museo, los sábados por la tarde, los mejores filmes de la actriz. Películas de Billy Wilder, Blake Edwards, Stanley Donen o Jean Cocteau… Será en versión original subtitulada así que no olvidéis vuestras gafas y dejad la cartera en casa porque encima es gratis. Amantes del cine clásico ya no hay excusa para un plan de sábado lleno de cultura porque el arte esta en todas partes. El programa de las proyecciones: 6 de diciembre Desayuno con diamantes, 1961. Blake Edwards 13 de diciembre Charada, 1963. Stanley Donen 20 de diciembre Las zapatillas rojas, 1948. Michael Powell y Emeric Pressburger 27 de diciembre El testamento de Orfeo, 1959. Jean Cocteau 3 de enero Balenciaga, 2009. Oskar Tejedor 10 de enero Cómo robar un millón y…, 1966. William Wyler 17 de enero Hubert de Givenchy. Une vie de rencontres, 2014. Eric Pellerin Lucía Fernández Alonso (Luceral)

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