Por fin los sonidos dance que todos esperaban de Klaxons. Sí, este es menos ruidoso. El disco anterior, “Surfing the Void”, lo quisimos llenar de sonidos porque era el segundo, se trataba de un disco en el que por primera vez nos sentimos una banda de verdad, y nos empeñamos demasiado en sonar a grupo, dejando un poco de lado el resultado final. https://youtu.be/_ig533RJgGg   ¿Antes no os sentíais así? Nosotros empezamos como tres tipos que no tenían ni idea de tocar, pero queríamos recrear la música rave de los 90 en Inglaterra, como hicieron bandas como KLF y también otras anteriores como ABBA, pop bailable en definitiva. Uno tocaba la batería, otro el bajo, yo la guitarra… No teníamos mucha idea, la verdad. Pero nuestro debut, “Myths of the Near Future”, triunfó y luego hicimos un tour de dos años durante el que tuvimos que convertirnos a la fuerza en una banda de verdad. Empezamos a aprender, a experimentar, y por eso ese segundo álbum reflejaba la excitación de una banda tocando juntos. Con “Love Frecuency” hemos querido volver a una producción enfocada a la música dance, con melodías muy pop y muy directas, muy divertido y que fuera más ligero. El anterior era más oscuro y pesado, y este queríamos que fuera más fácil de escuchar.

Tom Rowlands de Chemical Brothers ha participado en la producción, ¿cómo ha sido trabajar con él? Aún me pellizco para convencerme de que he compartido estudio con él mientras trabajaba nuestro sonido. Es mi héroe. En su época había bandas de guitarras como Oasis, y ellos lograban transmitir lo mismo pero con electrónica y dance. Es un tipo muy abierto que logró trasladar el encanto del pop a la electrónica, alguien a quien admiro igual que a Daft Punk, Aphex Twin, Justice… Todos supieron retomar la senda de Kraftwerk. Ya habíamos colaborado con Chemical Brothers en su disco “We Are The Night”; la diferencia es que ahora es Tom Rowlands el que ha trabajado para nosotros. Eso ha sido lo alucinante. Sabe hacer sonidos que suenen siempre nuevos, que hagan a la gente bailar. Para mí es uno de los mejores músicos que existen ahora.

James Righton

Empezasteis en 2007, fuisteis de los últimos grupos que vendían CD. Habéis vivido justo la transición al formato digital, al cambio de paradigma, ¿cómo lo ves? Debía ser maravilloso ser músico en los 70, 80 y 90, cuando la música era una gran industria que hacía mucho dinero, las bandas creaban álbumes superventas y vivían muy bien de ello. Nosotros empezamos justo cuando ese sueño terminaba. No están mal los cambios, pero el hecho de que ahora la gente pueda escuchar música gratis hace, aunque me joda decirlo, que las canciones inevitablemente también pierdan valor. La gente las percibe como algo fácil de conseguir y de desechar.

¿En qué medida os ha influido eso a vosotros? No hemos cambiado la manera de hacer música. Pero cuando haces un álbum gastas mucho dinero en estudios, mezcladores, ingenieros de sonido… Ahora la mejor forma de recuperar la inversión es actuando en festivales o haciendo giras larguísimas. Eso es duro, y si no puedes vivir de esto y tienes que compatibilizar tu profesión de músico con otro trabajo, no hay forma de sacar tiempo para todo.

Pero vivís de la música. Sí, por suerte. Pero hoy en día los músicos tenemos que reinventarnos. Mira a bandas míticas como Flaming Lips o Iggy Pop, haciendo anuncios… Es una pena porque pierdes autenticidad, pero no te queda otra. Nosotros tenemos mucha suerte de tener independencia a la hora de hacer música, pero las discográficas miran ahora mucho más que antes por la rentabilidad. Tienen menos margen para arriesgarse.

Hubo un disco que nunca os publicaron, "Landmarks of  Lunacy". Iba a ser nuestro segundo álbum, en esa época que te he dicho en que empezábamos a sentirnos una banda de verdad. Nos metimos en un estudio y nos aislamos de todo, y empezamos a tocar y a improvisar hasta arriba de sustancias. Estábamos volando (ríe), y de ahí salieron diez canciones, en mi opinión lo mejor que hemos hecho en nuestra vida. Eran temas muy condicionados por la música de los 60 que escuchábamos entonces, por la psicodelia y el rock progresivo. https://youtu.be/klyomrarWYM

¿Y qué pasó? Cuando los presentamos a nuestra discográfica, dijeron que en ningún caso se arriesgarían a publicar eso. Hoy siempre te piden un single detrás de otro, no hay margen para arriesgar. Hubo épocas en que bandas como Led Zeppelin o Blur se podían permitir discos de transición dedicados a la experimentación. Hoy eso es muy complicado.

¿Por eso "Love Frecuency" es tan digerible, tan lúdico? No, este es justo el disco que queríamos hacer. Hubo un tiempo en que nos molestaba que los medios nos etiquetaran como banda “new rave”. Y al final dijimos, ¿por qué no? Hagamos un discazo de “new rave”. Este es el resultado.

Por Luis Meyer Foto Iciar J. Carrasco

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