Úrsula Corberó está hambrienta. Lleva más de una hora sentada frente al espejo mientras el maquillador se afana sobre su pelo con aerosoles de nombres imposibles, y por culpa del madrugón no ha tenido tiempo de desayunar. Alguien hace una escapada al bar de al lado del estudio y vuelve con tostadas rebosantes de embutido. A la joven actriz se le iluminan lo ojos. “En cuanto termine de zamparme esto estoy contigo”, me dice, desparpajada. El glamour y los miramientos no van con ella; siempre que no haya un objetivo apuntándole, claro. Entonces todo cambia. Es de esas personas que se agrandan frente a una cámara. Al natural, en cambio, es menuda, discreta, su exuberante belleza solo se adivina al segundo o al tercer vistazo. Lleva unos vaqueros desgastados, zapatillas y una sudadera holgada. Solo el profuso maquillaje y el pelo estratégicamente recogido delatan que en media hora tendrá una sesión de fotos. Esta barcelonesa tuvo su primer papel protagonista a los 13 años en una serie de la televisión catalana, y desde entonces no ha parado. La feromónica ficción de Antena 3 para adolescentes, “Física o química”, la puso en la primera línea del gremio actoral, y supo aprovechar esa oportunidad. Sabe lo que es pisar un escenario de teatro y ha demostrado que se desenvuelve sin problemas en la vorágine de los rodajes cinematográficos. Está a punto de estrenar otras dos películas, ambas comedias, pero con registros contrapuestos. Nos lo cuenta en la charla que tuvimos con ella.

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En “Cómo sobrevivir a una despedida” interpretas a una joven promiscua y hedonista; en “Perdiendo el norte” eres una chica recatada que solo aspira a casarse de blanco con su novio de toda la vida. ¿En qué punto se encuentra Úrsula Corberó? No soy ninguna de las dos, o por lo menos no tan extrema. Me gusta salir a veces de fiesta, igual que a la primera, pero no soy muy de beber copas, en realidad me pongo a bailar a mi bola y desconecto. Y ahora valoro más los planes tranquilos, estar a gusto con mi pareja lejos del ruido, puede que eso me acerque más al segundo personaje. Por cierto, sobre el papel: es una niña pija y conservadora, pero he querido darle el matiz de que sea entrañable, de esas personas que han vivido toda su vida en una burbuja y no han podido madurar, pero con buen fondo.

Jersey y falda de TOMMY HILFIGER
Zapatos de SALVATORE FERRAGAMO y gafas de sol de MIU MIU

Tu pareja actual es el modelo Andrés Velencoso, los dos estáis de actualidad. No debe ser fácil encontrar esos momentos de tranquilidad que mencionas … Tengo 25 años, imagina si no pudiera salir por ahí con mi pareja, divertirme, ver a mis amigos… Es incómodo cuando sabes que hay cuatro cámaras siguiéndote todo el rato, claro, porque no te comportas igual con tu chico que cuando estás en casa. Y no es una cuestión de tomárselo con naturalidad, soy una persona sociable y abierta al público, me debo a ellos y estoy todo el día compartiendo mi vida con mis seguidores en las redes sociales, pero a la vez necesito mis momentos de privacidad. Soy consciente de que la mía no es una vida normal, o por lo menos la vida que lleva la mayoría de las chicas de mi edad. Este es el precio de ser actriz y dedicarme a lo que más me gusta, eso también lo tengo claro. Siempre has mostrado simpatía cuando te han puesto un micrófono delante. Eres de esas actrices que caen bien. ¿En serio? (Ríe) Si te soy sincera, no soporto verme por la tele cuando me plantan la “alcachofa” delante. Me pongo muy nerviosa, nunca sé qué decir y pienso luego: “¿Pero tú quién te crees para opinar de tal o cual cosa?”

¿Qué viste en “Cómo sobrevivir a una despedida” para dar el “sí quiero” y aceptar el papel? Me pasaron el guión y me tiré toda esa noche sola en casa, descojonándome desde la primera hasta la última página. Es brutal, a sus protagonistas les pasa todo lo que puedas imaginar. Es como “Resacón en las Vegas”, pero protagonizada por mujeres. Y me gusta, porque demuestra que nosotras, cuando queremos, podemos ser mucho más gamberras que los hombres. Creo que nuestra forma de pegarnos una fiesta es diferente, nos va más el morbo. Un hombre sale, se emborracha, cae redondo y no sabes de él hasta pasados dos días. Las tías somos más rebuscadas por la noche si nos lo proponemos. Somos más peligrosas cuando nos desmadramos.
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“Perdiendo el norte” también es comedia, pero parte de una situación real un tanto dramática, la de los españoles que tienen que emigrar para encontrar fuera el trabajo que no hay aquí. Tengo amigas que se han ido y han vuelto. Aquí nos venden que todo está fatal, y desde luego la situación no es fácil, pero tampoco lo es hacerse un hueco en Alemania, donde se desarrolla la película. Es un país muy hermético. Primero, está la traba del idioma, y además empezar de cero es muy difícil. Eso hay que tenerlo en cuenta antes de hacer la maleta para marcharse. Precisamente la película habla de esto. No parece un tema que dé mucha risa, así de entrada. Precisamente, creo que toda buena comedia parte de ahí, de un drama. Nos reímos de lo más traumático. Ahora que estoy tan metida en comedia, aparte de estas dos películas en la serie “Anclados”, me doy cuenta de que cuanto más pillas el lado dramático de tu personaje y menos buscas la comicidad, más gracia hace. Es muy cruel, pero es así. Es lo que funciona.
Vestido y bolso de DIOR
¿También le ves el lado dramático a la otra película, “Cómo sobrevivir a una despedida”? Lo tiene. Habla de la generación perdida: gente joven que estudia para conseguir algo en la vida sin muchas garantías, están pelados de pasta y no tienen las ideas muy claras. Tú si parece que lo tuviste claro desde el principio. Empezaste a actuar muy joven y solo has ido a más. Soy Leo, cuando quiero algo voy a saco. Eso es bueno y malo, porque cuando no lo consigo es bastante traumático. Desde que casi ni tenía uso de razón, tenía claro que quería ser actriz. Me encanta el baile, la música, el mundo del espectáculo, hacer una payasada… Siempre he sido muy fantasiosa, me gusta mucho imaginar mis propias películas, tal vez tenga que tratarme esto (ríe). Muchas veces estoy en un sitio con gente y de pronto alguien me pregunta: “¿Dónde estás?”. Me evado con mucha facilidad. Por ejemplo, ahora estoy hablando contigo y de pronto me veo en un mundo paralelo, me he ido un rato. Me gusta mucho la interpretación porque es una vía de escape increíble poder vivir tantas vidas. Cuando interpreto no soy yo, desconecto de todo. Si no hubiera sido actriz, creo que habría pertenecido a la generación “ni-ni”. No sé hacer nada más.
Vestido de MAX&CO y zapatos de LK BENNETT
¿Siempre te han salido bien las cosas? A mí no me ha venido todo de sopetón y eso va bien para tener una estabilidad mental: he ido peldaño a peldaño. Empecé con publicidad y moda para niños, luego me di cuenta de que me tiraba la interpretación, pasé a hacer algunos papeles en la tele autonómica… Me ha ido muy bien porque no he parado de hacer cosas, pero hay un esfuerzo constante y eso es bueno para mantener los pies en la tierra. Hace un par de años dijiste en una entrevista que la gente cree que los actores vivís como reyes, pero que con la crisis y las cancelaciones constantes de series, no era así en absoluto. Ahora parece que las cosas empiezan a ir un poco mejor en cine y televisión… Mi trabajo es duro, también cuando van bien las cosas. Es vocacional al 100%. O lo disfrutas y realmente te gusta, o es imposible llevarlo a acabo. El objetivo cuando eres actor no puede ser dejar de ser mileurista o conseguir fama. Psicológicamente es complicado: cuando no te llaman para darte trabajo tienes que tener tu propio ego nivelado, ni más ni menos, confiar en ti para demostrar que vales; pero cuando tienes mucho trabajo, entonces tienes que mantener ese listón. Cualquiera de las dos circunstancias extremas es dura. Además, nosotros somos unos currantes más en un rodaje, esto no es Hollywood. Somos una pieza del puzzle, tan importantes como el pértiga, el de iluminación o el encargado del catering. Nadie es imprescindible, los actores tampoco. ¿Aún sigues aprendiendo o ya te consideras una actriz completa? ¡Pues claro! Lo mejor es empaparse de lo que hacen todos y cada uno de los implicados en un rodaje, desde el actor más influyente hasta el técnico más anónimo, y no dejar de hacerlo nunca. Creo que ahí radica el secreto del éxito. https://youtu.be/CTumTrI07oU “Perdiendo el norte” está dirigida por Nacho García Velilla, que ya demostró su saber hacer en series como “7 vidas” o comedias como “Fuera de carta”. Aquí has compartido rodaje con los actores Javier Cámara y Carmen Machi. (Ríe) ¡Sí, desde luego no se me ocurren dos suegros mejores que ellos! En cuanto a Nacho, se nota que lleva años haciendo comedia y tiene muy claro lo que quiere. Ha sido una experiencia increíble para mí. Muchos actores dicen que la mejor escuela es el teatro. Tú ya tienes experiencia sobre las tablas: has protagonizado una obra basada en un guión de David Mamet. ¿Opinas igual? Un buen actor debe serlo en cualquier formato: teatro, cine y televisión, cada uno con sus ritmos y singularidades. Ahora bien, te diré que cada vez que me subía al escenario estaba cagada. Ahí no hay filtros, como te quedes en blanco o te dé un ataque de tos, no hay posibilidad de cortar la toma y repetirla. Por suerte no me ha pasado nunca. Creo que el ser humano tiene un instinto de supervivencia, te enfoca solo en lo que tienes que hacer: en este caso, actuar. Una vez se me cayó el micro y seguí moviéndome como si nada por el escenario, arrastrando la petaca de aquí para allá (ríe). Hiciste moda infantil y ahora sales con un modelo. ¿Te pica de nuevo el gusanillo? A mí la moda siempre me ha gustado, aunque no soy una experta, no es mi trabajo. Yo visto con lo que me siento a gusto, no tiene por qué ser trendy ni necesariamente actual. Soy más de ponerme una bota motera, unos jeans, una camisa vaquera, un jersey básico ancho…. Para que me pongan divina ya tengo las sesiones de fotos y los rodajes. Por Luis Meyer Fotografía Virgili Jubero Realización Natalia Ferviú Maquillaje y peluquería Iván Gómez @kasteelagent para CHANEL y BALMAIN HAIR STYLING LINE Úrsula Corberó @A6cinema.com Vídeo Nacho de la Fuente Para saber más busca nuestro número de marzo.

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