El verano no ha terminado y aprovechamos este dulce momento para hacer un repaso por algunas de las películas que mejor reflejan ese tópico (tan loco) que son los
amores de verano. Especialmente relacionados con la adolescencia, pero no limitados a ella, como prueban -entre otras muchas- “El Graduado” o “Fuego en el cuerpo” y, por supuesto, nuestra experiencia.
El rayo verde
Uno de los títulos más destacados de la casi inabarcable trayectoria de
Eric Rohmer, “El rayo verde”, toma su título y se inspira en un relato de Julio Verne acerca de la posibilidad de apreciar -en determinadas condiciones- una luz de color verdoso que hace a quienes los presencian juntos, enamorarse entre sí.
La historia relata, con el característico estilo pausado y realista del director francés, el verano de una chica que, tras romper con su novio, se encuentra sola y sin planes en París, por lo que decide viajar por su cuenta a diferentes lugares en los que no dejará de sentir la presión del entorno por relacionarse con otros hombres pese a su indiferencia hacia ellos. Sólo al final de su viaje (y del verano) observará el rayo verde.
Adventureland
Una de las películas recientes que mejor retrata el aburrimiento y la consiguiente desesperación que provoca el verano cuando tienes poco que hacer, o los planes más apetecibles cambian en el último momento. Así le sucede a
Jessie Eisenberg, quien tras finalizar el instituto se ve obligado -de un día para otro- a trabajar en un pequeño parque de atracciones de su ciudad, en lugar de viajar por Europa junto a sus amigos como planeaba, claro que no contaba con la brillante y guapísima
Kristen Stewart.
Ambientada en 1987 (aunque la música es lo más característico de la época), Adventureland es una de las comedias más recomendables de los últimos años, una rareza que respeta el cine para adolescentes, sin por ello infantilizar a sus protagonistas, pese a tocar varios de los clichés asociados al género.
El Graduado
Clásico del cine por excelencia. En su primer papel destacado,
Dustin Hoffman, que superaba por mucho la edad de su personaje (un joven recién graduado de la universidad, mientras el actor rondaba los treinta años), plasma a la perfección el hastío y la indecisión del protagonista, Ben Braddock, que no sabe qué hacer con su vida -aparentemente resuelta-, y cuya existencia se complica aún más cuando inicia un romance con una mujer mayor amiga de la familia.
Los planos de Hoffman en la piscina azul turquesa, o los finales; con él y Katharine Ross en el autobús, que en lugar de cerrar la historia, la dejan abierta a múltiples interpretaciones, son sólo algunos de los motivos por los que debes verla una vez más.
Verano en Louisiana
Ambientada en los años cincuenta en un pueblo del sur de Estados Unidos, una chica de catorce años (
Reese Witherspoon, en su primera aparición en el cine) se enamora por primera vez de su nuevo vecino, algo mayor que ella, interpretado por Jason London; uno de los ídolos juveniles de los noventa, que un par de años más tarde participaría en “
Dazed & Confused” y protagonizaría junto a Alicia Silverstone el videoclip de Aerosmith,
“Amazing”.
La historia destaca entre otras de temática similar por la fuerza de las imágenes y la sensibilidad del director y de la propia Reese, en uno de sus mejores trabajos.
Fuego en el cuerpo
Aunque en este caso no se puede hablar estrictamente de amor, la historia transcurre durante las calurosas noches de verano de Florida, donde vive la protagonista, Kathleen Turner, que pretende librarse de su marido a través de su amante, William Hurt, un pobre abogado al que prácticamente vuelve loco y engaña manipulándole de mil maneras.
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Entre medias los muelles de Florida, el sol abrasador y un jovencísimo Mickey Rourke. Que el amor no sea correspondido no significa que deje de ser amor.
Paula Robles
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