Busca, define, encuentra. ¡Busca! ¡Define! ¡Encuentra! Señores me dan estrés, en serio. Me estresan, qué pasa, que tengo que salir a buscar alguien que me complete en mi vida, ¿no? En plan sabueso, olfateando un montón de lugares y culos ajenos a ver cuál se adapta a mis circunstancias, a lo que yo creo que necesito, a lo que los demás creen que necesito… Me van a disculpar, pero no lo veo necesario. ¿Saben una cosa? Generalmente cuando uno busca no encuentra nada, por varias razones: busca cosas que no existen, cosas que se imagina en su cabeza, (como ese libro y ese argumento de película de sobremesa), busca cosas demasiado perfectas, no da pie a dejarse sorprender por nada más y, lo que es peor, acabará con la peor elección por haberla conocido en el momento en el que ya estaba cansado de buscar y por eso, se conformará con ella misma. “Venga tú, no estás tan mal, pues así me quedo”. Mal. Bienvenidos a la contrarreloj del amor, date prisa, corre, que se te pasa el arroz, digo, el amor, bonita. ¿Por qué tenemos tanta prisa? Entiendo que cuando creemos que hemos encontrado algo que vale la pena, apostemos por ello, pero antes de nada tenemos que ser muy cautelosos… ¿es un sentimiento verdadero o es una necesidad?, ¿hay mariposas?, ¿esa persona siente lo mismo por nosotros? Yo no soy quien para ir aconsejando que es necesario medir un poco cada paso que se dé, porque soy justamente lo contrario, me abrazo a la aventura y a aquello que me hace sentir por encima de mis posibilidades, porque si no, qué. !Qué alegría ser una chica de cenas, paseos y mantita! ¿Y ya está? ¿No pretendes hablarme de nada más? ¿No vas a debatir tus opiniones, no me vas a enseñar nada? ¿Pretendes que sea un cuadro bonito del salón? Huyo de la mediocridad insulsa, pero está clara una cosa, las personas interesantes son difíciles de encontrar, así que simplemente sal y deja, por una vez, que la vida te sorprenda. Y no busques, vívete.

 

Alejandra Remon – @alejandraremon

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