Pocas ficciones cuentan con la
fanbase de
Sexo en Nueva York. Su popularidad, que inicialmente basculó sobre el interés que tiene ver a un grupo de mujeres adultas resolviendo cuestiones sexuales sin tabúes ni medias tintas, se debe en gran parte al vestuario.
Un excelente trabajo de la estilista Patricia Field, quien se empleó a fondo para vestir a los cuatro personajes protagonistas de la producción. La abogada
Miranda Hobbes y su armada de trajes agresivos y ocurrencias
athleisure. La galerista
Charlotte York y su debilidad por las trenzas, las faldas en A y el pijerío más clásico –ribeteado y
perlas-. La relaciones públicas
Samantha Jones y su exquisito descaro, siempre contoneándose con los atuendos más ajustados. Y, cómo no, la columnista
Carrie Bradshaw, cuyo gasto en zapatos podría liquidar una hipoteca.
Es difícil elegir favorita. Entre Sarah Jessica Parker y Kim Cattrall, las actrices que encarnan a Bradshaw y Jones, siempre ha existido gran rivalidad fuera de escena. La última discusión de ambas,
que podría tener como consecuencia la no existencia de una tercera película sobre el grupo, nos ha obligado a enfrentar a sus personajes e iniciar una guerra de estilo. El debate está servido.
DE OFICINA
La oficina de Carrie es su apartamento, lo que no quita para que la columnista vaya siempre echa un pincel entre semana. Bien porque sale de casa antes de sentarse a currar -a por el café, tabaco o un bolso de Gucci- bien porque se reúne, Cosmopolitan en mano, con lo más granado del panorama editorial neoyorquino. La publicista Samantha Jones confía su poder a Chanel. Aquí Bradshaw gana… ¿no?
DE FIESTA
Una, Carrie, arriesga más, y la otra, Samantha, va a lo fácil. Claro que lo fácil sería elegir un mini vestido negro ceñido de la marca de turno... Y no un Thierry Mugler de leopardo con abertura de pies a cintura… La falda verde con abullonado de Vivienne Westwood de Bradshaw es igualmente espectacular.
Punto para Jones, no obstante.
DE BRUNCH
Camisa de vestido, sí, gracias. Tanto mejor con cinturón de Hermès. El traje rosa de Emanuel Ungaro de Jones se queda corto en innovación –aunque el
color block incluya hasta la bolsa-.
Carrie sale más
de brunch, Carrie gana.
DE ANDAR POR CASA
Si nos ceñimos al
look, gana Bradshaw –larga vida al monstruo de las galletas-. Si pensamos en la historia tras él… Mejor si el pijama no es de uno. El ‘duque’ de Samantha viste grande.
¿Gana la primera?
DE DOMINGO
Entre salir de casa en Adidas y sin peinar y no salir por estar liada –en el caso de Jones, literalmente-, que cada cual elija. De domingo todo vale.
¿Tablas?
Alejandro Bernad –
@alejandrobernad
Imágenes: archivo HBO
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