La respiración, el cuerpo y la mente están interconectados. Por ello, cuando realizamos un cambio en alguno de ellos, automáticamente se produce un cambio en los demás. A través del control de la respiración, se alcanza el control de la mente y es que esta puede ser desde nuestra mayor fuente de sufrimiento, hasta nuestra mayor fuente de felicidad, ¡todo está en la cabeza! Por ello, controlar nuestro estado mental mediante la respiración nos permitirá tener una vida un poquito más plena...

¿Cómo? Prácticas como el yoga o la meditación pueden hacernos la vida más fácil, solo que a veces hay leyendas urbanas o creencias populares que nos impiden lanzarnos a probarlas. En Vanidad te revelamos los mitos, realidades y beneficios más comunes de estas prácticas. Así... ¡ya no tendrás excusa!

MEDITACIÓN: mitos, realidades y beneficios

 
1. No tengo tiempo

Esto, más que un mito, es una excusa como la copa de un pino. Con meditar 10 minutos al día es suficiente para notar beneficios en tu salud. Piensa que con este tiempo de introspección mejorarás tu calidad de vida, consiguiendo una mayor capacidad de concentración y paz mental.

2. Meditar es difícil

Como casi cualquier práctica introspectiva, requiere un tiempo hacerse a ella hasta que se convierte en un hábito. Piensa que la meditación es una práctica nueva para ti que, como venimos comentando, requiere de un proceso de introspección. Eso a nuestro subconsciente le puede generar cierto rechazo y esto es precisamente lo que puede frenarte.

Recuerda, ¡la clave es la motivación! Y, por supuesto, la firme convicción de que es una inversión en ti y en tu mente. 

Mitos de la meditación

3. Hay que dejar la mente en blanco

Otra creencia que, además de no ser cierta, es prácticamente imposible. No olvidemos que el cerebro está siempre activo, incluso cuando dormimos. Así, lo que se pretende con la meditación es ser más conscientes del momento presente, de nuestra respiración y del entorno en el que nos encontramos.
 
No debes frustrarte si no consigues esto a la primera, piensa que con tan solo realizar esta práctica ya estás calmando tu mente y potenciando tu autocontrol.

4. Tengo que dejar de hacer lo que esté haciendo para poder meditar

Esta es una concepción de la meditación que, si bien la tiene el 99% de las personas, solo es cierta a medias. En este punto, habría que diferenciar la meditación formal, que es la que se conoce mayoritariamente como el tipo de meditación en el que tienes que estar en soledad y en un espacio tranquilo, con la meditación no formal, que puede ser en forma de escucha activa, comiendo de manera consciente o simplemente, observando tu cuerpo. Básicamente, engloba cualquier acción relacionada con tu bienestar que no te obligue a pensar otras cosas externas.

Prejuicios de la meditación

5. Para meditar tengo que hacer la postura del loto

Esta creencia se extendió debido a la popularidad del budismo y otras filosofías orientales. Para la meditación formal, es recomendable estar con una postura erguida y con la espalda recta, sí, pero con estar bien sentado en una silla es suficiente para que la práctica sea efectiva.

6. La meditación consiste en tener el control de tus pensamientos

Más que tener el control, que es imposible, la meditación lo que pretende es que tengas la capacidad de observar tus pensamientos con perspectiva e intentar dejarlos pasar o modificarlos, pero jamás controlarlos. Por ejemplo, el mindfulness ofrece la capacidad de guiar tus pensamientos, pero sin llegar a controlarlos.

7. La meditación es algo de budistas

Muy importante de desmitificar ya que hay personas que rechazan la meditación porque no quieren ligarse a prácticas religiosas. Al igual que las religiones, la meditación trabaja el autoconocimeinto y la introspección, por lo que cuenta con prácticas meditativas, pero en absoluto requiere llevar un estilo de vida religioso.

La meditación es algo de budistas

Una vez superados estos prejuicios, disfruta de los muchos beneficios de la meditación como el aumento de la sensación de felicidad, disminución de los niveles de estrés y depresión, mejora de la capacidad de concentración y la activación del sistema nervioso parasimpático (que es el que se encarga de regular nuestra capacidad de relajación)... 

¡Prueba y verás!

 

Lara Ontiveros: @lara_ontiveros_

Imágenes: Unsplash