La piel es nuestra esencia. Su cuidado a lo largo de los años es fundamental para tener un rostro saludable y joven, que haga frente al inexorable paso del tiempo, así como para ganar en salud. Así, el uso continuo de limpiador facial es una acción clave para mantener una piel cuidada y sana... pero las posibilidades en esta tarea son muchas y responden a un amplio abanico de productos cosméticos y hábitos que se pueden seguir diariamente para llevar una buena línea. 

La costumbre adecuada implica realizar una limpieza facial cada día, por la mañana y la noche, porque las células e impurezas se renuevan frecuentemente. Esto se traduce en la aparición de poros y manchas cuyo impacto se reduce con el uso de los geles adecuados. Cada piel es distinta, así que la variedad de productos que se pueden utilizar es inmensa. Lo recomendable es analizar la situación de cada uno y buscar el cosmético que mejor se adapte. Hay geles que deben limpiarse con agua y otros se quedan incrustados en la piel...

Otra posibilidad, que significa un paso hacia adelante, es la doble limpieza; que consiste en realizar dos acciones de este estilo. Si bien las mujeres están acostumbradas a este hábito debido a la necesidad de desmaquillarse antes de ir a la cama, la doble limpieza implica un proceso un poco más complejo, aunque muy efectivo. En primer lugar hay que utilizar una crema oleosa, es decir, que tenga aceite, y servirá para eliminar los excesos de grasa y el propio maquillaje. Después una crema más suave para dar otra capa de pureza al rostro y asegurar que toda la contaminación ha sido eliminada. 

Analiza tu tipo de piel y los errores que -posiblemente- cometes

Hay un denominador común entre los diferentes tipos de pieles, que se pueden agrupar por normal, seca y sensible. La primera requiere de un jabón suave, a fin de evitar el riesgo de daños. Las pieles sensibles sí que piden un producto más potente, como una loción micelar característica para este tipo. Por otro lado, quien tenga una dermis más seca, debe reforzar el uso de cremas hidratantes, ya que su principal razón es la pérdida de agua transdérmica. 

La lista de posibles errores comunes en el hábito de la limpieza facial también es amplia. La exfoliación en exceso es el más común y esto puede ser contraproducente hasta el punto de irritar la piel. El agua muy caliente tampoco es positiva, así como utilizar durante mucho tiempo y con demasiada fuerza la toalla a la hora de secar. 

Los mejores limpiadores faciales

La oferta de limpiadores faciales es muy amplia y este mes, debido al conocidísimo Black Friday, es el momento idóneo para adquirir estos productos de alta calidad a muy buen precio.

Puedes elegirlos en modo de gel o espumosos (nuestros favoritos y perfectos para todo tipo de pieles), u más específicos para rostros concretos. Asimismo, presta atención a los ingredientes que contiene. Normalmente el limpiador facial suele estar formado por agua termal, extractos de calmantes como malva y manzanilla, aceites reguladores, hidratantes y regeneradores y, en el caso de querer tratar las pieles grasas y/o acneicas, ácido salicílico. 

Ahora sí, ¡ya estás lista para limpiar tu piel como se merece!

 

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