Por fin, gracias a Cuatro, se podrá ver esta noche en abierto uno de los estrenos más entretenidos y con más audiencia de cuantos hemos visto este curso. Llega Sleepy Hollow. Hoy por fin podremos ver en abierto, en Cuatro, una serie que ya conocimos en octubre de 2013 en la pasada edición del Festival Canal + de Series y que desembarcó en nuestro país de la mano de Fox: "Sleepy Hollow", enésima versión del clásico relato fantástico de Washington Irving y una de las revelaciones de esta temporada en Estados Unidos. Sleepy_Hollow_Serie_de_TV-279832324-large Lo cierto es que del original literario apenas quedan más que la acongojante figura del Jinete sin cabeza, su antagonista Ichabod Crane y un pueblo, Sleepy Hollow, con tanta actividad sobrenatural y malrollera que está llamado a ser el nuevo Sunnydale televisivo en lo que a “bocas del Infierno” se refiere. Y es que la serie que emite Cuatro esta noche supone una muy libre versión (en clave actual y urbana) de la obra de Irving. A ello hay que sumar que "Sleepy Hollow" tiene en su mayor virtud su mayor defecto: sacrificarlo todo por el entretenimiento. Algo “esperable” teniendo en cuenta que los responsables de esta serie son, por una parte, la dupla creativa formada por Alex Kurtzman y Roberto Orci ("Transformers", "Watchmen", "Star Trek", "Alias", "Fringe"…) y, por otra, Len Wiseman, padre de la saga cinematográfica "Underworld"; es decir, tipos especializados en el arte de entretener al personal.
El reparto de la serie El reparto de la serie
Así las cosas, "Sleepy Hollow", pese a tener una temática más propia de Halloween, es una serie ideal para esta época de verano en la que a nadie le apetece calentarse la cabeza. Es decir, si alguien va buscando un guión de calidad, unas interpretaciones memorables o una intensidad dramática shakespeariana, se ha equivocado completamente de serie. Con "Sleepy Hollow" hay que asumir que hay cosas que pasan porque sí, que las transiciones no existen, que los personajes tienen tantos matices como una puerta y que no hay que buscarle tres pies al gato, al jinete, a la bruja, al diablo o a quien sea. "Sleepy Hollow" es una serie para disfrutar sin la cabeza, nunca mejor dicho. Es un thriller sobrenatural con la misma trascendencia que un refresco con hielo en una terraza, y esto no necesariamente es malo. Como tampoco lo es el hecho de que sea un producto cuyos componentes técnicos o argumentales, mirados por separado, no supongan en absoluto nada nuevo para el espectador ya que, bien mezclados y servidos, funcionan muy eficazmente como pasatiempo: ahí están las excelentes audiencias que ha conseguido en Estados Unidos y que le han valido una renovación para una segunda temporada. Por eso, para quien quiera simplemente disfrutar de cuarenta y cinco minutos (es lo que dura cada episodio) de entretenimiento sin resaca de ningún tipo, "Sleepy Hollow" es una buena opción. Para quien aún se emocione con historias de fantasmas, hechiceras y seres más allá de la tumba y la lógica, lo mismo. Para quien le guste asistir a la enésima lucha entre el Bien y el Mal, también. Y para quien quiera ver algo en la televisión en abierto que no provoque ganas de sacarse los ojos, igual. Por Javier Crespo Cullell