El 3 de octubre comenzó la nueva temporada de Nave 10 de Matadero, el espacio madrileño de creación dramática contemporánea, y lo hizo por todo lo alto con el estreno de «Juana de Arco», una obra muy prometedora que ha terminado engatusando al público. Bajo la dirección de Marta Pazos, un elenco de siete mujeres, con nombres como el de Macarena García, entre otras, llena diariamente el patio de butacas. Tanto es así que ya apenas quedan entradas de aquí al 3 de noviembre, último día de función de la obra. 

Así, a través del texto, Sergio Martínez Vila ha conseguido reinventar la ya conocida imagen de Juana de Arco, cuya historia ha sido protagonista de obras como «La pasión de Juana de Arco» de Dreyer o «La doncella de Orleans» de Federico Schiller. Su pieza nos ha transportado al siglo XV pero nos ha permitido observarla desde el siglo XXI, enriqueciendo nuestro punto de vista y haciendo de Juana, algo más que un mito. 

Elenco y directora de Juana de Arco. De izq a derecha: Georgina Amorós, Lucía Juárez, Ana Polvorosa, Marta Pazos, Joana Vilapuig, Bea de Paz, Macarena García y Katalin Arana ©Carlos Luque vía Nave 10 Matadero

Elenco y directora de Juana de Arco. De izq a derecha: Georgina Amorós, Lucía Juárez, Ana Polvorosa, Marta Pazos, Joana Vilapuig, Bea de Paz, Macarena García y Katalin Arana ©Carlos Luque vía Nave 10 Matadero

 

Un equipo de ensueño: desde Macarena García a Belén Martí Lluch

 

Juana de Arco es una obra sobre una mujer, dirigida por una mujer e interpretada por mujeres.

Marta Pazos, directora y creadora de la obra, tiene ya a sus espaldas una serie de triunfos profesionales que la preceden. El año pasado pudimos disfrutar de su último trabajo, «Safo», una pieza cuya protagonista también es una mujer que ha sido reconocida por sus logros a lo largo de la historia. Bajo su mirada femenina, las historias protagonizadas por mujeres se envuelven de un aura de lo más sensible y humana, consiguiendo conectar con el público actual hablando de mujeres del pasado.

Su prometedora dirección une fuerzas con el elenco de mujeres que ponen voz, cuerpo y alma a los personajes de la obra. Como Juana, hemos podido ver a una espléndida Joana Vilapuig  («Pulseras Rojas, «Selftape») que da vida a uno de los personajes más enigmáticos de la historia del arte. Joana es popularmente conocida por su papel protagonista en la aclamada serie catalana «Pulseras Rojas» y por, años más tarde, escribir, dirigir e interpretar la miniserie de Filmin «Selftape», en la que ella y su hermana nos cuentan cómo ha resultado su carrera tras haber tenido tanta fama durante la infancia y lo duro que es enfrentarse al mundo laboral como actriz. 

Como Delfín de Francia, en un papel muy distinto de lo que acostumbramos a ver de ella, deslumbra Macarena García («Blancanieves, «La Mesías»), contrastando la dulzura que la caracteriza con la actitud masculina que demanda el personaje que interpreta. A estas dos actrices se les suman otros dos rostros muy conocidos como son el de Ana Polvorosa («La Piedad», «Las chicas del cable») y Georgina Amorós («Todas las veces que nos enamoramos», «Segunda muerte»). 

Joana Vilapuig y Macarena García en escena ©Jesús Ugalde vía Nave 10 Matadero

Joana Vilapuig y Macarena García en escena ©Jesús Ugalde vía Nave 10 Matadero

 

Asimismo, se suman al reparto tres rostros menos conocidos pero que rebosan el mismo talento y que para algunos han sido todo un descubrimiento: Katalin Arana, Lucía Juárez y Bea de Paz. Las siete mujeres llenan el escenario con su presencia y su versatilidad, pasando por distintos personajes y distintas disciplinas como son la danza, el texto y el canto.  

Además, entre los miembros del equipo, «Juana de Arco» ha contado con la coreógrafa, bailarina y actriz Belén Martí Lluch, integrante de la compañía de danza Mucha Muchacha y responsable de coreografías tan icónicas como la del grupo Stella Maris en la serie «La Mesías». La expresión corporal juega un papel muy importante dentro de la pieza y Belén ha sido la encargada de conseguir que funcione a la perfección junto al espacio sonoro y la música diseñados por Hugo Torres. 

Otra pieza clave dentro de la obra es, inevitablemente, el vestuario, cuyo diseño es responsabilidad del diseñador español Leandro Cano. 

La historia de Juana y su reveladora puesta en escena

 

Empieza la función y todo es de color burgundy: el telón del fondo, la moqueta del suelo… Las siete intérpretes entran a escena vestidas del mismo color y comienzan poco a poco a realizar una danza que recuerda a los ritos paganos del pasado. La música electrónica inunda la sala. Estamos ante la hoguera que supuso el fin de nuestra protagonista; Juana de Arco. 

«Seré yo o no seré nada» es el lema de Juana, una joven de diecisiete años que, motivada por su espiritualidad, reúne el valor suficiente para acudir al Delfín de Francia durante la Guerra de los Cien Años y pedirle, en nombre de Dios, que la deje liderar la batalla. Es el magnetismo de la joven lo que interesa a Marta Pazos y Sergio Martínez Vila, y cómo a través de sus encuentros divinos, Juana es capaz de adelantarse a su época, siendo joven y mujer, reuniendo el carácter suficiente para exigir tal cosa y, además, conseguirlo.

Actrices en escena de la obra Juana de Arco

Actrices en escena de la obra Juana de Arco ©Jesús Ugalde vía Nave 10 Matadero

 

Tras una primera victoria y después de haberse constituido como líder para los soldados, la joven entra en una encrucijada consigo misma y sobre el valor de sus actos. Su flaqueza momentánea la acaba sentenciando en un juicio en el que es acusada de herejía, una escena agresiva que genera una inevitable impotencia en el espectador. Las prácticas de la joven son tachadas de magia negra y de tratos con el diablo, pero más allá de eso, existe un factor por el que Juana es juzgada con una dureza aún mayor: durante la guerra, la joven ha modificado su apariencia, adoptando una imagen masculina, lo que resulta un insulto para aquellos que la juzgan y por lo que finalmente es condenada a muerte. 

El trágico final de Juana en la hoguera no es más que un reclamo de la falta de tolerancia y entendimiento que existía entonces y que aún perdura. Y es que el mensaje de la obra no sólo es de índole feminista, sino queer, y planta sobre el escenario un debate que aún hoy día circula en las calles: la identidad de género. 

Juana, que está profundamente unida a su espiritualidad y su relación con Dios, es juzgada por la propia Iglesia que lo representa en la Tierra.

La puesta en escena de la pieza de Pazos es quizá lo más revelador de la obra. Desde las coreografías hasta la música, pasando por los pocos elementos que configuran un espacio escénico hipnótico y por el diseño de vestuario, «Juana de Arco» se convierte en un espectáculo de lo más vanguardista. En el escenario existe un constante juego con el ilusionismo y el empleo de los elementos para aportar profundidad, sensación de grandeza y transportarnos a las distintas escenas.  

La danza es un elemento clave que representa escenas tales como la batalla de Orleans en la que Juana se alza como líder; a través de movimientos lentos pero enérgicos, acompañados de una música envolvente y un diseño de luces estroboscópicas, el público es teletransportado a la escena, disfrutando de un espectáculo armónico y de vanguardia. Además, las distintas coreografías construyen las personalidades de los personajes y representan la unión de los mismos.  

Ana Polvorosa en la obra Juana de Arco

Ana Polvorosa en escena ©Jesús Ugalde vía Nave 10 Matadero

 

Otro elemento decisivo para el enfoque de la pieza es el vestuario. Destacan, entre otros, los trajes azul cielo de mangas colgantes que lucen las intérpretes que representan lo divino y que, en contraste con el rojo sangriento del escenario, trasladan esa sensación de grandeza y pureza que simboliza la espiritualidad para Juana.

Por otro lado, no podemos pasar por alto la reinvención del clásico soldado que reside en el imaginario colectivo, ya que los uniformes de los soldados en batalla son unos modernos conjuntos de traje, con corbata incluida, cuya tela es empleada para elaborar un corpiño que termina con un volante en el bajo estilo globo y que representa la característica armadura de Juana de Arco, modernizando a través de la tendencia un elemento crucial para el desarrollo de la obra y del personaje.

Nosotros ya hemos visto «Juana de Arco» en Nave 10, ¿y tú? ¿A qué esperas para conseguir tus entradas?

 

Laura Echeverria Hermoso: @lauetxh

Imágenes: Cortesía de Nave 10 Matadero