La noche del lunes 27 de noviembre marcó la historia de la televisión española. Sobró un gesto, menos de diez segundos, para que la audiencia del país fuera testigo de un momento en OT 2017 pionero en la cadena pública de España. Como particularidad, esta pequeña acción que se presenció en prime time no involucraba violencia o miseria - como la mayoría de esas imágenes que se graban en la retina del espectador y que se recuerdan durante toda la vida -, sino que se trataba exclusivamente de amor. El beso de una pareja. Ella, concursante del talent show Operación Triunfo. Él, su novio, un hombre transexual. OT_2017_REVOLUCION_1 Los protagonistas de este beso son Marina (de 19 años) y Bastian, que apareció por sorpresa en directo para apoyar a la nominada (y finalmente expulsada) de la semana. Parecía que revivir el formato sin que fuera un fracaso era una misión imposible, hay que recordar que OT 2017 llega 16 años después de la primera edición del programa; aquella que dio a conocer a artistas como David Bisbal. Pero, contra todo pronóstico, el programa, que lleva ya en emisión desde hace un mes, gana a cada gala más audiencia. Y no solo eso. Sino que ha resultado ser el ejemplo más claro de que la única arma que necesita la generación Millennial para cambiar el mundo es un micrófono y una plataforma que le dé visibilidad. Sin querer, gracias a la naturalidad forzosa que impone ser grabado durante todo el día mientras se trabaja y se convive en el mismo lugar, los concursantes del nuevo Operación Triunfo se han convertido en una suerte de espectro vital en el que caben, sin ningún conflicto, todos los colores y formas. Más allá de los concursantes, el soplo de aire fresco de la archiconocida academia musical viene dado también gracias a la plantilla de profesores.  Con Noemí Galera, personaje mítico del formato, en la dirección de la escuela de talentos.
El descubrimiento principal para el gran público ha sido la pareja sentimental y artística que forman Javier Ambrossi y Javier Calvo - parte de nuestra Generación Vanidad-. Ambos, en esta nueva generación de OT, son profesores de interpretación. De hecho, los espectadores del canal 24 horas del programa - que se emite en directo en YouTube- ya “conocían” a Bastian. Marina hablaba emocionada con Ambrossi hace unas semanas de su novio cuando el director de La llamada vestía una camiseta que rezaba "Protect trans kids".
La gala de anoche abrió con un número grupal de La revolución sexual. Un himno a la diversidad de La Casa Azul, el proyecto del productor Guille Milkyway (también profesor de la academia).

Y sin quererlo se convirtió en el reflejo perfecto de la resurrección de un formato. Un prograa que en su momento fue tachado de artificial y descafeinado de toda realidad social y que ha traído a 2017 lo que faltaba en nuestras pantallas... Una imagen natural y desprovista de morbo de todas las realidades que existen en esta nueva generación. Una generación abierta, inclusiva y libre de prejuicios.

¡Nuestra revolución ya está aquí!

Alberto Herrero – @herreroar